jueves, septiembre 19, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Ingmar Bergman: “Tres diarios”

Pablo Cabañas Díaz
Considerado como uno de los realizadores clave de la segunda mitad del siglo XX, Ingmar Bergman (1918-2017), dirigió más 40 películas y más de cien obras de teatro. Bergman, en 1990 publicó una autobiografía centrada en su producción fílmica, que llevó  por título Bilder (Imágenes),  y llenó un vacío de las memorias que con el título de Linterna mágica  apareció en 1987. En su libro autobiográfico publicado en 2004, reveló la existencia de su hija María —a quien mantuvo en secreto desde su nacimiento en 1959 hasta 2004—, fruto de su relación fuera de matrimonio con la condesa Ingrid von Rosen, convertida después en su quinta y última esposa. La “dolorosa revelación”, según palabras de Bergman, está narrada en el libro “Three diaries” (“Tres diarios”) que entrelaza los diarios íntimos del gran cineasta, de su hija María y de la condesa Von Rosen, en los siete angustiosos meses que precedieron su muerte, en 1995, por un cáncer de estómago. El libro comienza con un prólogo de Maria von Rosen e Ingmar Bergman, del cual me parece importante lo siguiente: “los diarios fueron escritos en el momento, y nunca fueron pensadas para ser examinados por ningún otro autor que no fueran sus autores. Durante la presentación, Bergman contó que no le habló a su hija sobre su paternidad hasta que ella, cumplió los 22 años. Tuvo nueve hijos reconocidos nacidos de sus numerosas relaciones.
En su autobiografía Bergman cuenta que conoció a Ingrid en 1957 y que tuvo con ella un romance intermitente hasta 1969. Durante ese período el sueco tuvo dos matrimonios, con la bailarina Gun Grut y con Kabi Laretei, y un hijo con Liv Ullmann, una de sus actrices predilectas, con quien también tuvo una relación prolongada.
El mismo año en que Bergman se divorció de Grut y se casó con Laretei —1959—, nació María. El romance entre él y Von Rosen fue un escándalo. “Tanto Ingrid como yo éramos personas casadas. En la primavera de 1959 nació nuestra hija. La situación se hizo difícil de manejar e Ingrid cargaba con la culpa en su conciencia”, escribió en “Tres diarios”.
Por esta razón, la paternidad de María fue mantenida en secreto. Hasta esta revelación —cuenta ella en el libro— sólo sentía “furia” hacia Bergman por ser el hombre que “se llevó a mi madre”.
En 1971 el director se casó con Ingrid y ella tuvo un papel en su película “Gritos y susurros” (1972), que protagonizó Ullmann. Bergman dice en su libro que ese matrimonio —que soportó críticas, sospechas y hostilidades— llegó a suponer “una agresión abierta” en el mundo de las artes, donde él era una figura reverenciada. En la soledad de su casa, ubicada en el desolado islote de Faro, sobre el mar Báltico, Bergman escribió que, desde la muerte de Ingrid, a su vida “la caracterizaba una pena que no desaparece. Vivo encerrado en un dolor que no pasa”. Ante la muerte de Ingrid, padre e hija revelan en el libro que reaccionaron de forma diferente. María estaba agradecida porque :”Mamá no tuvo que sufrir hasta el final”. El, en cambio, cuenta que se sentó en la cama junto a ella y “lloré y grité, la acaricié y la besé. Aún estaba tibia. Y pensé que estaba respirando”.

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