jueves, marzo 28, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Guerrero

Pablo Cabañas Díaz

Guerrero es una entidad que registra ciclos recurrentes de violencia, que se originan desde los ámbitos político o institucional, social y delincuencial. El actual ciclo de violencia en la entidad se asocia a la disputa entre los grupos del crimen organizado por el control de la producción y el comercio de narcóticos, en particular la marihuana y la amapola de donde se obtiene la goma de opio, base de la heroína y la morfina. Este estado ocupa el primer lugar como productor nacional de amapola y el segundo lugar mundial, después de Afganistán; también es una de las principales entidades que producen marihuana. Pero no es un fenómeno nuevo, pues la producción de estos narcóticos se realiza desde el último cuarto del siglo pasado; además, Guerrero siempre ha sido puente estratégico en la ruta comercial de drogas ilegales que provienen de Centro y Sudamérica hacia Estados Unidos.

 

El representante de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, Antonio Mazzitelli,  recientemente explicó que en Guerrero “no hay presencia del Estado, ni carreteras ni hospitales; ni siquiera el narco está bien organizado. El mercado de la droga se lo disputan grupos criminales antagónicos”. Es, según Mazzitelli un territorio marcado por la impunidad, donde asesinar es cotidiano y el miedo una constante. “No existen detenciones. El representante de la la ONU menciona que  la producción de amapola en México se ha disparado 50% en los últimos cinco años, según la agencia antidroga estadounidense (DEA). También sostiene que el efecto ha sido devastador y las muertes por sobredosis se han triplicado desde 2010 en Estados Unidos, y en el sur, en entidades como Guerrero, la negra tierra de Iguala, todo se ha venido abajo. Y Acapulco es la tercera ciudad más violenta del mundo.

 

 

Mucho se ha escrito sobre dicha guerra contra el narcotráfico. Entre los pocos acuerdos en este debate, sobresalen dos puntos: la ofensiva militar no fue acompañada con el fortalecimiento de las instituciones locales de seguridad y justicia, y no se implementó adecuadamente una política integral de prevención de las condiciones sociales que incuba la violencia. El otro resultado de esta guerra ha sido catastrófico en términos de pérdidas de vidas humanas ; y ha generado un proceso de  fractura de los territorios en disputa y  el control de las instituciones, sobre todo municipales, por parte del crimen organizado.

 

Los municipios de Guerrero representan un desafío a las instituciones del estado mexicano para garantizar seguridad, paz y tranquilidad a sus habitantes.  Guerrero es la entidad  más violenta de  México, con una tasa de homicidio en aumento: 62 por cada 100,000 habitantes, en comparación con la tasa nacional que es de 17 por cada 100,000 habitantes, según arrojó el estudio Índice de Paz 2017, que realizó por onceavo año el centro internacional de investigación Institute for Economics and Peace (IEP). Ante ese panorama, el gobernador priista de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, ha pedido públicamente la legalización de los cultivos de opio para uso medicinal.  El municipio de Coyuca de Catalán, cuyo territorio se extiende por la Tierra Caliente y la Sierra, ocupó el primer lugar en la siembra de amapola, donde la Sedena ubicó mil 134.25 hectáreas sembradas, mismas que fueron destruidas.

Hay mil 287 poblados en la sierra y todos se mantienen de cultivar esta planta. De cada hectárea sembrada de amapola se producen ocho kilos de goma de opio, con la cual se puede producir un kilo de heroína que, en el mercado, tiene un costo de cuatro millones 500 mil pesos.

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