viernes, abril 19, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Guanajuato: Delitos contra menores

Pablo Cabañas Díaz

Una denuncia anónima y la resolución de un amparo pusieron en evidencia  las graves violaciones a los derechos de niños, niñas y adolescentes  que se encuentran albergados en la Ciudad de los Niños en Salamanca, Guanajuato  dirigida por el sacerdote Pedro Gutiérrez Farías, las cuales han ocurrido con complicidades de autoridades e instancias oficiales como los sistemas Desarrollo Integral de la Familia (DIF) estatal y municipal y el Registro Civil.

 

La resolución del juicio de amparo indirecto con número 475/2016-VIII emitida por la juez Karla María Macías Lovera, del juzgado Noveno de Distrito en Irapuato, puso al descubierto la situación en  que viven cien niños y niñas albergados  en la Ciudad de los Niños en Salamanca. Según testimonios que aparecen en el expediente, los menores han sufrido violencia física, sexual y psicológica que pone en riesgo su integridad, por lo que la juez federal pide que sean reubicados los internos de dicha asociación.

 

Según testimonios que se encuentran en el expediente, varios niños y niñas que presentaban huellas de maltrato, explicaron que los golpeaban con un palo y que la monja les había dicho que no lo dijeran porque les iban a cerrar la casa y no iban a tener a dónde ir, pues algunos niños fueron abandonados,  y otros son menores de edad a los que sus familiares los han internado por falta de recursos.

 

El expediente cuenta con el relato de un joven que llegó a Ciudad de los niños cuando era un bebé y posteriormente lo mandaron a Ciudad Juvenil, “desde que tengo uso de razón sufrí de golpes con palos, nos hincaban sobre un palo y nos golpeaban, a mí en varias ocasiones Martín me golpeó tanto que tengo varias cicatrices en el cuerpo a causa de sus golpizas y no sólo a mí sino a mujeres y niños también. Recuerdo que en una ocasión hasta a un compañero le quemaron las plantas de los pies; nos encerraban por días en un cuartito de un metro de alto que se encuentra en los dormitorios de hombres, y había veces que metían a varios jóvenes ahí, algunos duraban una semana sin comer”.

 

El joven señala que el sacerdote tenía conocimiento de esto, ya que él también llegó a golpearlos, “también sé que abusaba de las niñas, porque se metía a sus dormitorios y se escuchaba llorar a las niñas y ellas después salían corriendo y no querían decir nada. Una vecina de Ciudad Juvenil declaró ante instancias policiales que “en una ocasión, recuerdo que eran los meses de frío, encontré tirado en los barbechos a un niño golpeado al que llevé a mi casa y ahí estuvo por mucho tiempo, ese niño nos platicó de todos los golpes y maltratos físicos a los que los somete tanto el Padre Pedro como el encargado, Martín Bermúdez Armenta”. La mujer relata que en su casa ha dado albergue a alrededor de 7 a 8 muchachos los cuales salen por malos tratos y golpes muy fuertes, “y yo en diversas ocasiones le he reclamado al Padre y a Martín que porqué golpean y maltratan a los niños y me dicen que no me meta en lo que no me importa”.

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