Pablo Cabañas Díaz.
José Guadalupe Moreno de Alba (1940- 2013), es considerado uno de los académicos que más contribuyeron al estudio de la lengua española y que trazó nuevas rutas para profundizar sus orígenes y transformaciones. Ingresó en 1964 a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para cursar el nivel superior y el posgrado: licenciatura en lengua y literaturas hispánicas (1964- 1967), maestría en letras (1968) y doctorado en letras (1969-1970), en cuyos exámenes profesionales y de grado, respectivamente, obtuvo la mención honorífica. Gracias a su sobresaliente desempeño y su vocación por el estudio de la lengua española, su profesor Juan Miguel Lope Blanch, lo invitó a ingresar, en 1967, como investigador becario al recién fundado Centro de Lingüística Hispánica, y en 1969 fue promovido a investigador y en este mismo año comenzó a dar clase en la Facultad de Filosofía y Letras.
Su desempeño en la ciencia lingüística le valió el reconocimiento, dentro y fuera de nuestras fronteras, como una autoridad en el idioma español hablado en México. Dentro de su muy extensa bibliografía que incluye más allá de 20 libros y de un centenar de artículos especializados. Sobresale su participación en los magnos proyectos de carácter colectivo: el “Atlas Lingüístico de México” y el “Proyecto del habla culta de la Ciudad de México”. Su presencia como ponente en más de 60 congresos internacionales y las 20 conferencias que como invitado especial dio en diversas universidades estadounidenses, europeas y asiáticas, confirman el reconocimiento internacional de que gozó. Durante más de 20 años, el experto escribió una serie de artículos sobre el idioma español en los que se describe de manera amena y erudita las características actuales del castellano que se practica en México, recordó. Sus textos aparecieron con el nombre de “Minucias del lenguaje” en diversas publicaciones periódicas, las cuales, al cabo de varios años, fueron publicadas por el Fondo de Cultura Económica, editorial que los reunió y sistematizó en varios tomos. El último de ellos publicado en 2003 con el título de “Suma de minucias del lenguaje”.
Sirviéndose del desarrollo tecnológico, la Academia Mexicana de la Lengua y el Fondo de Cultura Económica presentaron y difundieron la versión electrónica de las “Minucias del lenguaje”, con el propósito de acceder a más gente.
El 10 de marzo de 1978, el investigador ingresó como miembro de número a la Academia Mexicana de la Lengua, ocupando la silla XV, organismo en el que llegó a ser bibliotecario y, desde 2003, director. Desde 1983 fue miembro de la Asociación Internacional de Hispanistas. Dentro de la UNAM, dirigió el Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras, la Facultad de Filosofía y Letras y el Centro de Enseñanza Para Extranjeros. De 1991 a 1999 fue director de la Biblioteca Nacional de México.
En 1996 fue nombrado secretario de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL); fue investigador nacional emérito del Sistema Nacional de Investigadores y miembro correspondiente de la Academia Cubana de la Lengua y de la Academia de Estados Unidos de la Lengua Española.
Entre los premios que recibió se hallan el que entrega la Cátedra Gilberto Owen, otorgada por el Colegio de Sinaloa en 1988; la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, otorgada por España en 1999, y el Premio Universidad Nacional en investigación en humanidades otorgado por la UNAM en 2003.
Asimismo, el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura otorgado por el gobierno de México en 2008.
De sus obras destacan “El español en América” (1988) y “Suma de minucias del lenguaje” (2003), además de sus publicaciones en dialectología del español americano y su colaboración en el proyecto del “Atlas lingüístico de México” (1990), coordinado por Juan M. Lope Blanch.