viernes, noviembre 22, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Grandes maestros: Jorge Ayala Blanco

Pablo Cabañas Díaz.

Jorge Ayala Blanco (1942), estudió la carrera de Químico Industrial en el Instituto Politécnico tras intentar entrar a estudiar cine en la UNAM, ocupó un lugar como maestro y no como alumno. Ejerce la crítica cinematográfica de forma ininterrumpida desde 1963 a la fecha. Es profesor de carrera en la UNAM en lo que fue el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y ahora es la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas. Ayala Blanco ejerció la crítica de cine en suplementos como México en la Cultura del diario Novedades (1963-1968), La Cultura en México de la revista Siempre! (1968-1987), Diorama de la Cultura de Excélsior (1969-1973), en la sección cultural de La Jornada (1986) y en la Revista Mexicana de Cultura, suplemento cultural del periódico El Nacional (1997-1998). De 1966 a 1968 fungió como secretario de redacción de la Revista de Bellas Artes. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores (1965-1966) y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 1988.

Sus libros más conocidos son: La aventura del cine mexicano (1968), La búsqueda del cine mexicano (1974), La condición del cine mexicano (1986), La disolvencia del cine mexicano (1991) ; La eficacia del cine mexicano (1994); La Fugacidad del Cine Mexicano (2001), La Grandeza del Cine Mexicano (2004), La Herética del Cine Mexicano (2006 ), La Ilusión del Cine Mexicano (2012), La Justeza del Cine Mexicano (2011), La Khátarsis del Cine Mexicano (2016), La Lucidez del Cine Mexicano (2016), La Madurez del Cine Mexicano (2017), La Novedad del Cine Mexicano (20189y La Ñerez del Cine Mexicano (2019).

En 1989, fue demandado por una de sus críticas por el director Arturo Ripstein, quien ante el juzgado cuadragésimo sexto de lo civil, le pidió una indemnización por un monto de 60 millones de pesos bajo el argumento de que las críticas sobre su  película “Mentiras piadosas” y sobre el libro de Emilio García Riera “Arturo Ripstein habla de su cine”, editado en l988, lo habían dejado sin posibilidades de filmar por más de años y medio.  La respuesta de Ayala Blanco fue severa: “Ripstein dice que por una nota escrita por mí dejó de tener películas, pero ¿si yo hubiera escrito una nota elogiosa tendría ahora veinte películas?”.

Valga este diferendo para ejemplificar el nuevo posicionamiento del crítico frente a la obra de Alejandro González Iñarritu, que según Ayala Blanco solo vende el tremendismo mexicano. Su falta de interés por el cine de González Iñarritu se manifestó en duras críticas.  Es evidente que González Iñárritu marcó un retorno de la temática popular en el cine mexicano, al tiempo que puso de moda la utilización de los espacios urbanos marginales. Amores perros según Ayala Blanco, es una película “en donde nada es lo que parece”. Todos los protagonistas en la película toman las situaciones como si fueran mandadas por el destino y no se preguntan la razón de esto. Según el crítico, en los ojos de todos ellos se ve la tristeza y la desesperación, pero en ningún momento se escucha la expresión “¿por qué?” Todos los personajes parecen estar de acuerdo con lo que les mandó la vida.

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