Pablo Cabañas Díaz.
Aurora Reyes Flores, (1908 -1985), fue una pintora, escritora, maestra, militante del Partido Comunista Mexicano y luchadora social. Su vida y obra poética y plástica se narran y compilan en el libro Aurora Reyes. Alma de Montaña, de la investigadora Margarita Aguilar Urbán –con prólogo de Alberto Híjar, especialista del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de las Artes Plásticas (Cenidiap)–, publicado por el Instituto Chihuahuense de la Cultura, en 2010.
Aurora, fue nieta del general Bernardo Reyes su padre fue el ingeniero León Reyes y sobrina del escritor Alfonso Reyes, fue una mujer que “se empoderada”. Pues si bien entonces no existía el término, ella decidió que quería pintar, al margen del contexto que le rodeaba, y buscó un lugar como muralista.
El logro más importante de Aurora en esta época fue, sin duda, haber ganado por concurso la oportunidad de pintar su primer mural en el vestíbulo del Centro Escolar Revolución, una escuela modelo de la educación socialista construida en 1934. Esta obra fue designada en primera instancia como “La maestra asesinada”, pero el título varió con los años hasta quedar como “Atentado a las maestras rurales.”
En diversas entrevistas, ella se autoasignó el título de ‘primera muralista mexicana en vista de que las otras mujeres –refiriéndose a Marion y Grace Greenwood, que habían pintado antes que ella en el Mercado Abelardo Rodríguez–“eran gringuitas”. Lo cierto es que Isabel Villaseñor, junto con Alfredo Zalce, ya había realizado un mural en una escuela primaria rural en Ayotla, Estado de México, en 1929. Sin embargo, quizá por la relevancia del conjunto de murales auspiciados por el cardenismo, la afirmación ha sido reiterada por varios críticos y se le ha otorgado a Aurora la dignidad de haber sido la iniciadora del movimiento muralista femenino en el país.”
La ruptura de Aurora Reyes con su esposo el escritor Jorge de Godoy, y el haberse hecho cargo de sus hijos, contribuyó a enfrentar ese mundo machista y pelear para, al final, tener un lugar en la historia del muralismo, como autora. Ella no pintó con ninguna pareja, se trepa sola a los andamios y lo interesante es que su tema es la mujer, la violencia contra las maestras, también ve la situación de los maestros, era la época en la que se impulsó la educación socialista y los maestros eran desorejados, las maestras golpeadas… yo creo que en eso (los temas de mujeres) radica su importancia”.
Reyes hizo su primer mural en 1936. Vendrían luego, ya en 1962, Trayectoria de la cultura en México, Presencia del maestro en los movimientos históricos de la patria, Espacio, objetivo futuro y Constructores de la cultura nacional, ubicados en el auditorio 15 de Mayo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en la calle Belisario Domínguez, Centro Histórico de la Ciudad de México; y en 1978, Primer encuentro, en el salón de Cabildos de la delegación (hoy alcaldía) de Coyoacán, consigna Aguilar Urbán en su libro. Al muralismo y a la escultura se les consideraba en la época de auge de la llamada Escuela Mexicana de Pintura como un trabajo “rudo”.