Pablo Cabañas Díaz
El escritor Truman Capote mencionó una vez que “el estilo es lo que uno es”, y nadie tenía más estilo que su círculo íntimo de bellas y adineradas amigas que Gloria Guinnes (1912-1980). Capote las llamaba “cisnes”, eran mujeres de la alta sociedad que se habían casado con millonarios. En 1953, Gloria se casó con el político británico y banquero Thomas Loel Guinness. Su historia de pobreza y riqueza conquistó, a la élite de Nueva York. Nació con el nombre de Gloria Rubio y Alatorre, en la ciudad de Guadalajara . Su familia era de escasos recursos económicos. Libre de pretensiones, Gloria logró que la gente inevitablemente se sintiera atraída por ella. Su primer esposo fue Jacobus Hendrik Franciscus Scholtens, ella tenía solo 20 años cuando fue su matrimonio y él 47, poco antes de cumplir dos años de esa unión se divorció. Después tuvo talento para escoger a sus esposos: su segundo matrimonio fue con Graf von Furstenberg-Herdringen, heredero de una familia noble alemana mientras que el tercero fue con Ahmad-Abu-El-Fotouh Fakhry Bey, nieto del rey Fuad I de Egipto. Su último enlace fue con el multimillonario Thomas Loel Guinness, descendiente de la familia cervecera. Loel como fue conocido era muy rico y pretencioso como su esposa Gloria.
Su vida estuvo rodeada de privilegios, excesos y escándalos .Tuvo decenas de amantes, y sobrevivió a los rumores de que había sido prostituta de lujo, poseía un vestidor completo en cada una de sus casas alrededor del mundo -tenían cinco- con ropa adecuada para el clima que imperaba cuando ella las visitaba. Odiaba hacer maletas. Solo viajaba con la ropa que llevaba puesta. “¡Es tan cómodo!” “No pierdas tu tiempo y no tienes nada que declarar en la aduana”. Solo llevaban a su personal de confianza a todos lados: un chef, un mesero personal y cuatro meseros para armar sus recepciones. Tenían un jet para vuelos intercontinentales, un avión para volar por Europa y un helicóptero para viajes cortos en los Estados Unidos.
A pesar de haber obtenido el segundo lugar en 1962 en una encuesta realizada por la revista Time como: “La mujer mejor vestida del mundo”, perdió ante la entonces Primera Dama de los Estados Unidos, Jacqueline Kennedy, Eleonor Lambert la creadora de la lista afirmó que sin duda Gloria Guiness era ” la mujer más elegante del mundo”. Lambert fue la “emperadora” de la moda. Al entrar de lleno en la industria de la moda, en los años 50, descubrió que la moda estadounidense estaba muy rezagada con la europea, así que decidió hacer una lista de candidatas a “las mejor vestidas”. Para sumarle fuerza su lista, la envío a votación con los creativos de los grandes almacenes, editores de los medios de moda más relevantes y a las agencias de relaciones públicas más reconocidas. La lista dejaba fuera a las grandes actrices de Hollywood y a la realeza europea, en cambio, incluía herederas y esposas de las grandes fortunas de Estados Unidos. Pero no todo fue glamour para Gloria, Aline Griffith y Dexter, condesa de Romanones la acusó de que en los años en que era la”Condesa von Fürstenberg” tuvo tratos con importantes nazis, entre ellos con Herman Göring. La acusación colaborar con los nazis la persiguió hasta su muerte. Poco antes de morir se declara ajena la mundo en que vivía. Sus quejas : “ nadie nota el diseñador de alta costura que realizó tu vestido…esta ya no es la vida que yo deseo seguir viviendo”. En sus últimos días, no se sabe si su muerte fue natural o un suicidio, pues ella declaró que no soportaría tres cosas de la vida: “ envejecer, engordar y perder a su esposo”.