Pablo Cabañas Díaz.
Con sus 88 años es Vicente Rojo, el único superviviente de la llamada generación de “la ruptura”. Sus representantes más importantes han muerto, el último fue Manuel Felguérez. Nos han dejado Rufino Tamayo, Lilia Carrillo, Fernando García Ponce, José Luis Cuevas, Pedro Coronel, Günther Gerzo, Belkin, Carlos Mérida, Francisco Icaza, Vlady, Cordelia Urueta, Remedios Varo, Mathias Goeritz, Roger von Gunten, Francisco Zúñiga, Gironella, y Juan Soriano. El maestro Francisco Toledo que se fue en septiembre del año pasado.
En la década de los años cincuenta del siglo pasado, la guerra fría, se hizo presente en el arte mexicano, el Estado dejó de ser el único promotor de la cultura. Además, las necesidades expresivas del arte cambiaron y tuvo lugar la creación de un mercado del arte favorecido por el auge de una nueva burguesía que buscaba en las galerías objetos de ornato para sus nuevas mansiones.
De acuerdo a la crítica Teresa del Conde estos creadores desestimaron la temática de izquierda que poseía el muralismo y se enfocaron en temática alejadas de los temas políticos, lo que les granjeó a la postre críticas debido a su distanciamiento de las causas sociales. Fue Del Conde la que acuñó el término de “generación de la ruptura” en el que se pueden colocar a muchos célebres artistas que definieron las bases del arte mexicano del siglo XX y que alcanzaron gran notoriedad por su obra.