Pablo Cabañas Díaz.
La producción de petróleo en el 2019 cayó 4%, mientras los ingresos también sufrieron una contracción de 16%, respecto del 2018. Como consecuencia, el flujo de capital fue negativo en 8 mil 200 millones de dólares durante el 2019, de seguir en línea esta tendencia las emisiones de Pemex se irían al terreno de los bonos basura o especulativos. Estos resultados revelan que hay un agotamiento de los campos petroleros, que no invirtieron a para darle viabilidad en el mediano plazo a la empresa, y que el plan de producción de Pemex que buscaba explotar 40 campos prioritarios, no se ejecutó; es más, que sólo cuatro resultaron productivos. El total de los pasivos de Pemex, que incluyen deudas de corto y largo plazo, impuestos y derechos, así como pasivos laborales, ascienden a 206 mil 236 millones de dólares, 10% más que el cierre del año anterior. En cambio, la deuda financiera total disminuyó 4.8% comparada con el cierre de 2018, al situarse en 105 mil 200 millones de dólares.
En este escenario, la nueva refinería de Dos Bocas ubicado en el municipio de Paraíso, Tabasco, tiene un retraso que en el mejor de los casos operaría en 2027. Los números están tan fuera del cronograma que incluso varias empresas internacionales declinaron las invitaciones para trabajar en la obra, los tiempos y la premura del proyecto, se le suma la crisis de pagos a proveedores de Pemex lo que genera en el mercado internacional desconfianza. Se ha estimado que la nueva refinería, tendrá un costo de inversión aproximado de 8 mil millones de dólares, aunque en un informe del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) se indica que dicho costo podría ser de 15 mil millones de dólares. Lo cierto es que hasta ahora, ningún país del mundo ha logrado construir una refinería de gran escala en tres años. Aún en el caso de que la actual administración logre terminar de construir la refinería de Dos Bocas en el año 2024 ─como se tiene programado─ y en ese mismo año comenzara sus operaciones, sería hasta el año 2044 cuando dicha refinería podría comenzar a reportar posibles ganancias monetarias.
Desde una perspectiva exclusivamente financiera el proyecto de la refinería de Dos Bocas es no es factible en el escenario de que para el 2044 en que pudiera comenzar a reportar ganancias monetarias, posiblemente en esos años se consolide la tercera revolución energética mundial y el petróleo haya sido desplazado como principal fuente de energía para que su lugar sea ocupado por las energías renovables. La inyección de recursos públicos a Pemex para reducir su vulnerabilidad financiera y permitirle incrementar sus inversiones, implica un esfuerzo fiscal no exento de costos de oportunidad. Así, los recursos públicos que se destinen a profundizar el saneamiento de las finanzas de Pemex, y a permitirle una mayor actividad en la exploración y extracción de hidrocarburos, dejan de destinarse a otros rubros de impulso del desarrollo y bienestar en México el resultado-hasta ahora- es el una pérdida constante que se habrá de agravar con el atraso en la construcción de Dos Bocas.