miércoles, diciembre 18, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Democracia y libre mercado

Pablo Cabañas Díaz

Desde la filosofía clásica, correspondió a Platón el triste honor de iniciar la defensa de los secretos del poder, y de la necesidad de las ‘mentiras nobles”: “La verdad merece que se la estime por sobre todas las cosas […] Pero la mentira es algo que, aunque de nada sirve a los dioses, puede ser útil para los hombres a manera de medicamento, está claro que una semejante droga debe quedar reservada a los médicos sin que los particulares puedan tocarla [. . .]

La democracia, creación de los atenienses y régimen político por excelencia en los siglos XX y XXI, enfrenta a sus más acérrimos enemigos: el totalitarismo del siglo pasado y el fundamentalismo del tercer milenio. En el horizonte se ven, con nitidez, figuras que amenazan con destruir lo que hasta el momento, es el menos malo de los regímenes políticos imperantes.

La democracia no sinónimo de libre mercado,  pued incluoso llevarnos al deterioro y a la anulación de la democracia. Esto es algo que planteó Popper, uno de los más importante filósofos liberales del Siglo XX, cuando describió la llamada “paradoja de la libertad”, señalando que “ la libertad si es ilimitada se anula a sí misma. La libertad ilimitada significa que un individuo vigoroso es libre de asaltar a otro débil y de privarlo de su libertad… Estas consideraciones destinadas originalmente a aplicarse a la esfera de la fuerza bruta o de la intimidación física, deben aplicarse también a la económica.

La libertad económica ilimitada puede resultar tan injusta como la libertad física ilimitada, pudiendo llegar a ser el poderío económico casi tan peligroso como la violencia física. Más cuando  la supresión de la violencia  se imposibilita y la protección de la propiedad no se puede garantizar. En este escenario una minoría económicamente fuerte explota a la mayoría de los económicamente débiles.

Necesitamos un Estado fuerte y ágil. Un Estado que contribuya al fortalecimiento del régimen democrático. Un Estado, capaz de enfrentar los discursos mesiánicos de todo tipo, económico, religioso o político. El totalitarismo siempre es un mal. El sistema totalitario, sustituye la propuesta, instalando en su lugar la imposición. Al igual que la ideológica conservadora encuentra su  sustento contemporáneo  en la exclusión y en la negación de los derechos humanos yambientales.

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