Pablo Cabañas Díaz
Desde el pasado 15 de diciembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo la promesa de elevar la producción petrolera durante su sexenio, para que pudiera pasar de 1.7 millones a 2.4 millones de barriles diarios . Tres meses después, de que las tres calificadoras de riesgo más importantes para los inversionistas, Fitch, Standard & Poor’s y Moody’s, pusieran en duda la eficacia del proyecto de un rescate sustentado más en percepciones y de no contar con una salida alternativa a la llamada Reforma Energética de Enrique Peña Nieto, se da la cancelación de la Cumbre de la Alianza Energética México-Alemania.
La Cumbre fue cancelada por instrucciones de la Secretaria de Energía, Rocío Nahle. Se trata de una Alianza implementada en 2016, la cual buscaba impulsar la implementación de soluciones tecnológicas y económicamente viables para el éxito de la transición energética. “Alemania es el líder de la transición energética, la iniciaron antes del año 2000 y son los que han acumulado más experiencia, entonces sí es importante cualquier intercambio de ideas con ellos.
Fuentes cercanas al evento confirmaron que se cancelaba el evento, porque “los temas no se ajustaban a la nueva realidad (del sector energético mexicano) y favorecian mucho al plan de energía del sexenio anterior”. Aun cuando intervino el Embajador de Alemania, no se pudo poder sacar a flote a la Cumbre Energética organizada por la Agencia de Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ). La Alianza Energética entre México y Alemania (Deutsche – Mexikanishe Energiepartnerschaft) se restringió a informar “con gran pesar” que la Cumbre se canceló “por motivos ajenos” a dicha Alianza y agradeció el interés y el entusiasmo de quienes habían apoyado la Cumbre. Los invitados y ponentes de México, Alemania fueron los más sorprendidos de la decisión de Nahle, quien al parecer no consultó con Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, y quien tiene la responsabilidad de promover la inversión en México.