Pablo Cabañas Díaz
En el recuento de lo ocurrido en las últimas cuatro semanas es suficiente para poder enunciar que la Secretaria de Educación Pública fue marginada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de los temas relevantes de la agenda magisterial. Este martes habrá una nueva reunión en la Cámara de Diputados con los dirigentes de la Sección 22 y el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados,Mario Delgado. ¿Cuáles son las principales exigencias ? La abrogación total de las reformas impulsadas y aprobadas durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Esto incluye evaluación a profesores; concursos por plazas; sanciones por ausencia injustificada y adicionalmente, autodeterminación de escuelas para que, junto con padres de familia, determinen incluir materias y temas en su currícula.
La Sección 22 de Oaxaca, por si misma ha impedido los trabajos de la Cámara de Diputados a partir del bloqueo del recinto legislativo de San Lázaro durante dos semanas, lo que ha tenido como consecuencia el aplazamiento de la discusión y votación del proyecto de Reforma Educativa. Wilbert Santiago, vocero de la Sección 22 argumentó que la protesta se debe a la falta de un “diálogo correcto” sobre los derechos laborales del magisterio. El “diálogo correcto” debe entenderse como el cumplimiento del compromiso de una abrogación total de la reforma educativa que “debe llevarse a la práctica jurídica”, es decir “que no quede ni una coma”.
La CNTE surgió en 1980 como una contracorriente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) . La CNTE crece gracias a la desigualdad de resultados, y de recursos, entre regiones y tipos de servicio educativos. Los contrastes son agudos: en la Ciudad de México la escolaridad promedio equivale a dos años de educación media superior (11 grados), mientras que en Chiapas, con 7 grados nada más, la media se ubica en primero de secundaria. Solo 4 de cada 10 escuelas primarias cuentan con, al menos, una computadora. Es muy baja la dotación de este servicio, pero aún peor si distinguimos entre primarias generales (5 de cada 10), y comunitarias (ninguna cuenta con servicios informáticos), o bien si comparamos a las secundarias generales, en que 84% tiene acceso a estos insumos, mientras que en las comunitarias -a las que asisten los más pobres- solo 2%. El problema educativo, es mayúsculo, tanto en el acceso como en aprendizaje, y está sesgado por la desigualdad social, reflejada en la inequidad educativa