lunes, diciembre 9, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Asesinatos y falsedades

Pablo Cabañas Díaz

 

Desde la declaración de guerra al narcotráfico por parte de Felipe Calderón al inicio de su gestión en 2007 hasta el año  2017, México destaca a nivel mundial como uno de los países con mayor índice de criminalidad, con cifras de asesinatos sin precedentes y con frecuentes denuncias sobre violaciones a los derechos humanos.

La violencia contra periodistas inició este año en marzo con el asesinato de Cecilio Pineda, un reportero independiente que trabajaba en Guerrero. Dos semanas después fue asesinado Ricardo Monlui Carbrera, de El Sol de Córdoba, en Veracruz, estado donde desde 2012 han sido asesinados 22 comunicadores. También en marzo fue asesinada Miroslava Breach , colaboradora del diario Norte de Ciudad Juárez y del periódico La Jornada. En abril, en Baja California Sur, fue asesinado Maximino Rodríguez Palacios, quien fue corresponsal de El Heraldo y de Excélsior, así como autor de una columna en la que trataba temas de seguridad y política. El 15 de mayo de 2017 fue asesinado el periodista Javier Valdez Cárdenas en el estado de Sinaloa. A este crimen se suma el ataque armado que sufrió un equipo de reporteros en el estado de Guerrero dos días antes, el sábado 13 de mayo.

El 16 de mayo, Peña Nieto  pesentó  sus “Acciones por la libertad de expresión y para la protección de periodistas y defensores”, dos días después del asesinato de Javier Valdez Cárdenas en Sinaloa . Inició su discurso con la afirmación de que su Gobierno no ha atentado en contra de la libertad de expresión ni la labor informativa de la prensa. En el salón Adolfo López Mateos de la residencia oficial de Los Pinos, dijo que no estaba ahí para “dirigir discursos” y sí para reafirmar que las muertes de los periodistas no queden impune.

Unas vez más, Peña Nieto ha reaccionado con salidas improvisadas a las crisis de derechos humanos, con decálogos y un listado de acciones administrativas. Lo hizo así frente a la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, y cuando se vio envuelto en el escándalo de la “Casa Blanca”.  Ahora en breve exposición Peña Nieto instituye  un plan que aspira a no dejar impunes los asesinatos de los comunicadores. Lo basó en la coordinación del Gobierno federal con los locales para homologar un protocolo que mantenga bajo protección tanto a periodistas como a defensores de derechos humanos.

La semana pasada  el gobierno federal desmintió el reporte llamado “Armed Conflict Survey 2017” (ACS), publicado por el International Institute for Strategic Studies (IISS) sobre el aumento de la violencia en México. A través de un comunicado, la Cancillería  señaló  que el reporte utilizaba cifras cuyo origen desconocía mismas que  reflejaban estimaciones basadas en metodologías inciertas, y aplicaba términos jurídicos de manera equivocada. En la redacción del desmetido se  observa un efecto de superioridad ilusorio al cuestionar la metodología del estudios del IISS.  Una semana después la visibilidad de la violencia  y la inseguridad que se vive en  México fue imposible de manipular para las autoridades.

México ocupa la posición 147, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada por Reporteros Sin Fronteras en 2017.   Amnistía Internacional (AI) en el informe “Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos bajo amenaza: La reducción del espacio para la sociedad civil señala que en México hay “más de 30 mil personas han sido dadas por desaparecidas desde 2006. No se sabe con certeza cuántas son víctimas de desaparición forzada a manos de agentes estatales y cuántas a menos de agentes no estatales”,  señala el trabajo. El pasado 10 de mayo, Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez, miembro del Colectivo de Desaparecidos de San Fernando, en Tamaulipas, fue asesinada.

El número de muertos por causa de homicidios en México supera el promedio en el mundo: de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el país son asesinadas 19 personas por cada cien mil habitantes, el promedio en el mundo son seis. Este dato resulta de la Estadística Mundial de la Salud 2017, presentada en Ginebra, Suiza. Un estudio que concentra las bases de datos de 194 estados miembros concernientes al 2015. En este estudio no sólo México se encuentra entre los que superan el promedio de asesinatos, de hecho la región de las américas (que agrupa 33 países) 26 naciones tienen más de siete muertos por cada cien mil habitantes, el más crítico es Honduras, que registra 85.7 decesos por esta razón. Estas cifras de organismos internacionales muestran las falsedades que el gobierno de Peña Nieto insiste en presentar a las sociedad mexicana y a la comunidad internacional.

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