martes, abril 16, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Anécdotas del poder Rodolfo “El Gitano” Valdez

Pablo Cabañas Díaz

Los vínculos entre la política y el narcotráfico están presentes entre las versiones del asesinato del gobernador Rodolfo T. Loaiza, acontecido en las primeras horas del 21 de febrero de 1944, mientras se encontraba en los festejos del carnaval de Mazatlán. El mandatario se encontraba en el patio del hotel Belmar celebrando como cualquier otro mazatleco. Hombres y mujeres iban y venían por todas partes, muchos de ellos portaban el antifaz de carnaval. Fue por lo que nadie prestó atención alguna a aquel hombre alto que sigiloso se deslizaba entre la gente hasta la mesa donde se encontraba. Al estar muy cerca de éste, el enmascarado sacó una pistola y le disparó.

Un testigo brindó la siguiente versión de los hechos. El gobernador Loaiza estaba sentado con sus amigos en una mesa en el patio del hotel Belmar cuando comenzaron a dispararle. Tres compañeros se unieron al asesino y huyeron a través del lobby disparando. Dos turistas y otros fueron heridos. Los pistoleros huyeron en un automóvil. Se llamó a sesión especial del congreso para nombrar un gobernador provisional y el carnaval, uno de los atractivos turísticos más célebres de México, fue cancelado por las autoridades de la ciudad.

Luego de su captura, casi un año más tarde, el homicida fue trasladado a la ciudad de México. Dos días después tuvo una reunión a solas de más de una hora con el secretario de la Defensa Nacional, general Lázaro Cárdenas. No negó haber sido el autor material del asesinato, pero acusó al general Pablo Macías Valenzuela, gobernador de Sinaloa (1945-1950) y exsecretario de Guerra y Marina (1940-1942), de haber sido el autor intelectual. Tres años y medio después del asesinato del mandatario sinaloense, El Gitano concedió una entrevista al periodista estadounidense Edward H. Knoblaugh. En el desarrollo de ésta sin vacilación Valdez confesó haber sido él quien mató al gobernador Loaiza. ― ¿Por qué lo mató? le preguntó aquél. La respuesta fue directa, sin tapujos: ―Maté a Loaiza porque el general Macías Valenzuela, me ordenó hacerlo.

El gobernador sinaloense no fue el único mencionado en la prensa. También se hablaba del general Maximino Ávila Camacho, de los terratenientes del sur de Sinaloa, de la familia de Alfonso Tirado -rival político de Loaiza y expresidente municipal de Mazatlán, asesinado en Culiacán en 1938 por el jefe de la policía judicial.

Luis Spota entonces periodista de Excélsior, elaboró una versión según la cual Loaiza recibió 80 mil pesos que le obsequiaron los traficantes de Sinaloa para poder recoger libremente la cosecha de adormidera a principio de año, el gobernador aceptó el dinero sin comprometerse a nada; luego mandó arrasar los plantíos, los traficantes burlados planearon la venganza.

El Gitano, fue presentado como el autor confeso del crimen, mientras corrían con fuerza los rumores de que Pablo Macías, el gobernador que había remplazado a Loaiza, estaba implicado en el asesinato. Sin embargo, el gobernador Macías también había sido titular de la Secretaría de Guerra y Marina, durante el periodo de Manuel Ávila Camacho y tenía prestigio, relaciones e influencia. Rodolfo Valdez se entregó a las autoridades en 1947 y fue condenado a 26 años de prisión. Una vez en la cárcel, confesó casi todos sus crímenes, incluido el del asesinato de Rodolfo Loaiza, que implicaba a poderosas familias, políticos, militares y opositores sinaloenses, destacando entre ellos el nombre del sucesor de Loaiza en la gobernatura. Poco tiempo duró la prisión, ya que se fugó en 1950, dedicándose de nuevo al asesinato y a la venta de drogas. Finalmente fue apresado por agentes federales en un domicilio de Guadalajara cuando traficaba cocaína, en 1959. Juan Castro Avilés y Gilberto Pinto Vargas llevaban varios días vigilándolo hasta que iniciaron el operativo en su casa de la privada Chapultepec Country. El Gitano mató a Pinto Vargas con dos tiros, pero Castro Avilés le disparó en un ojo, quedando malherido. Incluso la hija del traficante, una vez caído su padre, tomó su pistola, la Reina Juliana, y abrió fuego contra el agente federal. Rodolfo Valdez fue detenido y luego juzgado en Culiacán, donde se le dieron 14 años de prisión acumulados a su anterior sentencia. Ahí murió el 15 de agosto de 1963, cuando iba a cumplir 60 años.

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