Pablo Cabañas Díaz
Vanessa Rubio, coordinadora de la Oficina del candidato a la Presidencia, José Antonio Meade, en un acto de prestidigitación política nos quiere convencer que su jefe se encuentra en segundo lugar en las preferencias electorales. Y expresó: “esto a penas comienza señoras y señores”. Rubio con una encuesta “patito” de la consultora Parámetro del Estado de México, nos quiere convencer que Andrés Manuel López Obrador va la cabeza de las preferencias electorales, con el 30.5 por ciento de la intención del voto; pero en el segundo lugar va Meade, con el 23.8 por ciento, en tanto que en el tercer sitio está Ricardo Anaya, con el 23.3 por ciento.
La campaña de José Antonio Meade sigue estancada. Un hecho que merece la atención en este proceso electoral es que Jorge Meade Ocaranza, candidato del PRI al gobierno de Morelos, rechace cualquier parentesco con el “candidato ciudadano a la presidencia de la República”, porque piensa que el apellido en lugar de ayudarlo lo perjudica. Ante este,
Si la de Meade fuera una campaña exitosa, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), y los partidos políticos locales Mover a Chiapas y Chiapas Unidos, no hubieran disuelto la alianza que habían acordado con el PRI, rumbo a las elecciones para gobernador en julio próximo. El problema del Verde no es solo en Chiapas, también decidió competir con candidatos propios en Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla y Tabasco. Y mantiene en vilo la coalición en la Ciudad de México. Otro aliado del PRI, Nueva Alianza postulará a sus propios abanderados en Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco y Veracruz.
La intención del PRI de que la alianza “Todos por México” postulara sólo a priistas a las gubernaturas no fue acompañada por sus aliados del Partido Verde y Nueva Alianza. Ahora también Meade deberá lidiar con una campaña de voto diferenciado en ocho de las nueve entidades donde habrá elecciones de gobernador concurrentes con la presidencial. Las tensiones más notorias ocurrieron con el gobernador Manuel Velasco, militante del Verde, quien se inconformó con la candidatura del priista Roberto Albores Gleason.
En otras entidades con menos notoriedad a nivel nacional, el PVEM también prefirió apostar por sus propios cuadros. Es el caso de Guanajuato, donde no respalda al ex líder de la CNC Gerardo Sánchez García, y postularán al diputado celayense Arturo Camarena. En Jalisco, donde el PRI destapó a Miguel Castro —exalcalde de Tlaquepaque—, el PVEM postulará al exaspirante independiente Salvador Cosío. En Tabasco, los verdes no respaldarán a la priista Georgina Trujillo y, según su dirigente estatal, Federico Madrazo, podrían postular al también ex aspirante independiente, Jesús Alí de la Torre. En Puebla, no va con el exalcalde y exdiputado priista Enrique Doger. En Morelos, decidió respaldar al perredista Rodrigo Gayosso, hijastro del gobernador Graco Ramírez, en lugar de ir en la boleta con el candidato priista Jorge Meade, exdelegado de la Sedesol en la entidad.
La alianza que postula a José Antonio Meade a la Presidencia también se rompió por la vía del Partido Nueva Alianza. Luis Castro, dirigente nacional del Panal, advirtió en diciembre de 2017 que el Panal propondría candidatos propios en las nueve entidades, pero hasta el momento sólo se ha confirmado que no irán con el PRI en cinco: Jalisco; Morelos, donde postularán al diputado Matías Nazario, que rompió con el PRI por no postularlo; Puebla, Tabasco, con su ex candidato en 2012, Manuel Paz Ojeda, y Veracruz, donde se registró como precandidata la ex diputada local de Morena, Miriam González Sheridam.
Será un año difícil para el PRI en la pelea por las gubernaturas. De las nueve en disputa, el tricolor no pinta como favorito en ninguna de ellas. Morena se perfila como favorito en cinco: Ciudad de México, Veracruz, Chiapas, Tabasco y Morelos; el PAN en dos: Guanajuato y Yucatán; y Movimiento Ciudadano (MC) en una : Jalisco. En el caso de Puebla, la disputa será entre Morena y PAN, mientras que en Yucatán será entre PAN y PRI, de acuerdo con diferentes encuestas. Esto a penas comienza señoras y señores como bien manifiesta Vanessa Rubio.