Luis Alberto García / Morelia, Mich.
*Conquistador indómito, rival de Hernán Cortés.
*Se hizo célebre por las masacres que perpetró.
*Fue gobernador y presidente de la Audiencia novohispana.
*Las influencias familiares lo apoyaron a lo largo de su vida.
La historia de la Nueva España y posteriormente del México independiente tiene contrastes apenas creíbles, y es que, aunque hay episodios en los que el país se ha llenado de gloria, también hay otros sumamente oscuros.
Y sin duda, uno de los capítulos de esa historia que más siniestros es la Conquista y colonización de la Nueva España y sus provincias a lo largo de tres siglos
Esta etapa o episodio, bien conocidos por los mexicanos, estuvo marcado por la explotación de los indígenas, el asesinato de miles de ellos y el abuso sin límite ni medida por parte de los conquistadores españoles.
Uno de los personajes más destacados de la Conquista fue Hernán Cortés, el español que lideró a las tropas europeas que llegaron al territorio que ahora es México, y quien logró negociar factores para su causa con algunos pueblos indígenas enemistados con los mexicas, para unirse a él y atacarlos.
Sin embargo, también hubo otros personajes durante este episodio de la historia de México que, aunque no son tan reconocidos, destacaron de alguna manera, y fue el caso de Nuño Beltrán de Guzmán, rival de Hernán Cortés, quien lo hizo pacificador de Michoacán y del occidente.
Nació en Guadalajara, España, en 1490, y murió en Torrejón de Velasco, en 1550, fue gobernador de Pánuco y primer presidente de la Audiencia de la Nueva España, de 1528 a 1530.
Es reconocido por haber dado un trato inhumano a los indígenas, lo que también le trajo la enemistad del prelado Juan de Zumárraga luego de que sometió a juicios de residencia a Cortés y a Pedro de Alvarado, y emprender la Conquista de la Nueva Galicia, de la que fue nombrado gobernador.
Fundó las ciudades de Culiacán, Espíritu Santo -actual Compostela- y Guadalajara, debido a que era miembro de una ilustre familia castellana, y cuya figura quedó asociada a las peores atrocidades cometidas por los españoles en a empresa de la Conquista.
Llegó a la Nueva España como gobernador de Pánuco, cargo para el que fue nombrado en 1525, dedicándose a la trata de esclavos y lograr vender diez mil indígenas a otros colonizadores, según los relatos de fray Zumárraga.
Además consiguió permisos de la Audiencia para explorar y ocupar las regiones aún no conquistadas por Cortes, a partir del 21 de diciembre de 1529 cuando emprendió una expedición para someter a los señoríos de la región occidental de Nueva España.
Se propuso llegar por la costa hasta el paralelo 40 y de allí bajar a Pánuco, y aumentar los territorios de su rey Carlos V con el inmenso territorio sometido, desde los actuales estados de Jalisco, Nayarit y Sinaloa, hasta las Huastecas.
Asoló toda la Nueva España aún no colonizada por Cortés, fundó villas efímeras y destruyó cuantas poblaciones indígenas encontraba a su paso, vengando salvajemente su falta de éxito como descubridor de tesoros y riquezas.
Aparte de sus excesos a costa de los naturales y de sus propios seguidores, dejó a su paso fundaciones como San Miguel de Culiacán, Compostela, Santiago de los Valles y la primera Guadalajara.
A pesar de su crueldad, la Corona lo confirmó desde Madrid como gobernador de Pánuco; pero finalmente fue residenciado, pero luego de un largo juicio en España, apoyado por sus familiares influyentes, evitó caer en desgracia y guardó sus encomiendas y su posición en la Corte.
No obstante, aunque debió permanecer confinado en el castillo de Torrejón de Velasco cercano a Madrid, falleció en ese lugar serena y tranquilamente, sin importarle la historia negra de crímenes que cargaba sobre su conciencia.