Por Loi D’Adorno Vase
Pomposamente se denomina “arquitectura del paisaje” a una actividad que, a juzgar por los resultados, es absolutamente inútil, de lo contrario la belleza de calles y arterias resaltaría e invitaría a realizar caminatas para embeberse y formar parte de la belleza que se observa y hasta sin querer o a propósito, hombres, mujeres y mascotas, podrían formar parte.
Hoy las calles y avenidas están invadidas de plástico y estructuras metálicas horrendas, con mesas, sillas y plantas que, dejos de servir de adorno, sirven de barreras para que los asistentes a cafeterías y restaurantes se hayan apropiado de los espacios que en otro tiempo fueron públicos y servían para que la circulación de personas y vehículos fluyera.
En las principales calles de todos los barrios, más allá de si es las Lomas o Polanco, San Angel o Coyoacán; en Naucalpan o en Ecatepec o en cualquier lugar, restaurantes, cafeterías, torterías o cualquier giro ponen sillas y mesas y convierte la vía “pública” en una propiedad particular y en una “terraza” para vender sus productos, incluidos alcohol o lo que se preste.
La autoridad local o municipal por supuesto está de acuerdo en esta invasión escandalosa de la vía pública.
El otrora Paseo de la Reforma está invadido en muchos tramos por puestos ambulantes que lo mismo venden artesanías, libros viejos o alimentos. En las aceras, por su parte, están las “terrazas” de cantinas, cafés o restaurantes que alegan su “derecho” a colocar sus utensilios en la calle y hasta en carriles que en otro tiempo circulaban vehículos.
De acuerdo en que todo se hace “al amparo de la ley” porque después de la pandemia estos establecimientos comerciales recibieron la autorización para colocar mesas, sillas, carpas y lo que se necesite, en la vía pública.
El resultado es un paisaje deplorable, horrendo y que no se conformó con lo “autorizado” por la “autoridad” o sea por los gobiernos al servicio de intereses particulares, sino que la gran mayoría de esos beneficiarios de la invasión de la vía pública van más allá y rebasan los “límites” que se les habían concedido y autorizado.
Bastaría, cosa que por supuesto no ocurre, con que con un metro debidamente sometido al rigor de la autoridad oficial de “pesas y medidas” salieran a avenidas y calles para verificar que se cumpla “estrictamente” con lo autorizado y se actuara, de acuerdo con la ley, a cancelar las “autorizaciones a los abusivos”. Muchos comercios, no conformes con invadir la calle y el carril de circulación, rebasan con estructuras o con macetas y estructuras que disfrazan de jardineras para invadir más espacio público.
Pero a los restauranteros no se les puede exigir que cumplan la ley, para eso alcaldes y autoridades municipales están a su disposición y servicio y no les vayan a venir ahora con el cuento de que “la ley…. es la ley”.
Es mucho mejor, como lo hará en su oportunidad la alcaldía panista en Miguel Hidalgo que preside Mauricio Tabe, ampliar banquetas para que las “terrazas” puedan disponer de más espacio, sin tomar en cuenta que Polanco y las Lomas, ya están colapsadas por el tráfico y la carencia de fluidez en la circulación. No le vengan ahora, a este funcionario o a muchos otros al servicio de comerciantes invasores de la vía pública, o sea ambulantes fifis, con que “la ley…es la ley”.