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Moderada recuperación de la economía del país en primer trimestre de 2017: CCE

CIUDAD DE MÉXICO, 15 de mayo (AlmomentoMX).-   Durante el primer trimestre del año la economía mexicana reporta una modesta recuperación tras el pesimismo con el que inició el 2017. Este comportamiento se relaciona principalmente, con la mejora en el fortalecimiento de la demanda interna en medio de un escenario de incertidumbre sobre las políticas que instrumente el gobierno de los Estados Unidos y un entorno internacional con tensiones geopolíticas que se agravó con la preocupación en torno a las elecciones francesas. De hecho, la expectativa de crecimiento de los especialistas en economía del sector privado para el presente año, se corrigió al alza por primera vez en los últimos 16 meses.

Los resultados recientes reflejan una mejoría del consumo privado, la inversión en maquinaria y equipo nacional, la construcción residencial y el empleo, además de un mayor dinamismo en la actividad exportadora. Aunado a esto, si bien durante el primer trimestre del año el PIB de los Estados Unidos creció a una tasa anualizada de 0.7%, porcentaje que fue inferior tanto a las expectativas del mercado como al dato del trimestre previo, el FMI prevé una mejora que lo llevaría a crecer 2.3% durante todo el año. Esto en un entorno en el que también se espera que la economía mundial mejore su desempeño, toda vez que se anticipa que en el 2017 tenga un crecimiento de 3.5%, después del 3.1% del 2016.

Evidentemente la fortaleza interna de la economía es fundamental para hacer frente a los desequilibrios del exterior y en este contexto, la salud de las finanzas públicas es un factor determinante. Es por ello que los resultados que dio a conocer la SHCP sobre el comportamiento de la situación financiera del país en los primeros tres meses del año generaron señales positivas que contribuyen a una mejor perspectiva para los que resta del año.

De acuerdo con las cifras de la SHCP, durante el primer trimestre del año, los ingresos totales del sector público ascendieron a 1,483,196.1 millones de pesos (mp), monto que además de ser 33.4% mayor en términos reales al reportado en el mismo periodo del año pasado, fue superior en 403,334.9 mp a la cifra programada por el Congreso para el mismo lapso. Sin embargo, se debe resaltar que el origen principal de este resultado se concentra en la evolución de los ingresos no recurrentes, en los que sobresale el remanente del Banco de México que aportó 321,653, situación que hace evidente la necesidad de seguir trabajando en el fortalecimiento de las fuentes de recursos recurrentes del sector público, es decir, en materia de recaudación tributaria, la cual si bien mejoró respecto a lo que había previsto el Congreso, resultó 3.5% inferior a lo recaudado el año pasado. De hecho, al excluir el efecto del remanente del Banco de México, los ingresos totales del sector público crecieron solo 4.5%.

En materia de gasto, se observa un mejor desempeño si se considera que en el primer trimestre del año tuvo un aumento anual de solo 0.9% en términos reales, y fue menor en 46,363.6 mp a la cifra que aprobó el Congreso para ese periodo. La buena señal en este tema, se centra en el hecho de que el gasto programable fue inferior en 6.3% real en comparación con la cifra del primer trimestre del 2016 y menor en 75,672.0  mp a lo programado. Sin duda las autoridades hacendarias han hecho un buen trabajo en materia de asignación de recursos en los primeros tres meses del año, aunque también persisten detalles que se deben atender para fortalecer de mayor manera las finanzas del sector público.

Por una parte, está el hecho de que el gasto en inversión física sigue ajustándose a la baja, lo cual puede ser un factor que inhiba un mayor ritmo de crecimiento, toda vez que la alta de infraestructura, que es en donde mayormente se refleja esta situación, incide negativamente en la productividad, competitividad y en la intención de mayores flujos de inversión privada.

Asimismo, la evolución del gasto no programable refleja principalmente la necesidad de una mayor reducción de la deuda pública, toda vez que el costo financiero ha venido creciendo significativamente: en el primer trimestre aumentó 44.3% anual. Asimismo, el aumento de las participaciones a entidades federativas también muestra un avance importante, el cual se apoya principalmente en el incremento de los ingresos públicos, aunque hay que recordar que el aumento de los ingresos proviene principalmente de fuentes no recurrentes.

Estos resultados llevaron a que el balance del sector público en el primer trimestre del año fuese superavitario en 309,068.8 mp y el balance primario, que excluye el costo financiero, reportara un superávit de 414,648.8 mp, que en ambos casos fueron históricamente los mayores resultados positivos para el mismo lapso. Sin duda esto genera una mejor perspectiva, toda vez que esto se refleja en una disminución en los montos de la deuda pública, que de acuerdo con el saldo histórico de los requerimientos del sector público al cierre del primer trimestre sumó un total de 9,230,088.7 mp, cifra inferior en 567,350.9 mp respecto al cierre de 2016.

Sin embargo, hay que recordar que estos resultados reflejan el efecto positivo del remanente del Banco de México, de tal manera que si se excluye, se tiene que el superávit primario del primer trimestre, en lugar de representar 1.6% del PIB, fue equivalente al 0.5%, porcentaje que si bien está en línea con lo esperado para todo el año, sigue siendo insuficiente para lograr que la deuda no crezca más como proporción del PIB. Esto implica que la disminución del SHRFSP pudo haber sido mucho menor a lo registrado sin considerar la transferencia del Banco de México.

No hay duda de que los resultados generales de las finanzas públicas están en línea con los objetivos planteados, pero se debe insistir en los esfuerzos por una mayor eficiencia de los recursos públicos. Inversión productiva y recursos bien dirigidos solventar carencias de los hogares son fundamentales para impulsar la inversión privada de largo plazo, lo que se debe complementar con un fortalecido estado de derecho y reglas del juego claras que inhiban la corrupción e impunidad que ha propiciado que nuestro país se sitúe entre los países peor calificados en materia de desvío de fondos público y en materia de confianza en los políticos.

AM.MX/fm

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