sábado, julio 6, 2024

Masha Bochkareva, suboficial de los Escuadrones de la Muerte

Rajak B. Kadjieff / Moscú, Rusia

*Lo correspondió crear grupos militares femeninos únicos.
*Historia de una agrupación de mujeres casi desconocida.
*Unidades castrenses formadas como un modelo a seguir,
*Fueron integradas por decreto del gobierno provisional en 1917.
*Rusia prerrevolucionaria aún enfrentaba a Alemania en la I Guerra.

El primer Batallón de la Muerte de Mujeres (del ruso: Женские батальоны смерти) fue una unidad militar compuesta por mujeres soldados que, creada por orden del gobierno provisional ruso que presidió Alexander Kerenski, entró en acción tras la primera etapa de la Revolución bolchevique.
Fue en febrero de 1917 cuando se decidió la formación de ese primer agrupamiento, como un un último esfuerzo para alentar a los desmoralizados soldados que luchaban en las últimas batallas de la Primera Guerra Mundial contra las tropas de la Alemania del kaiser Guillermo II.
María Bochkareva, conocida como Masha o Yashka, apoyada en esa fase inicial como suboficial por Emmeline Pankhurst, comandó tal formación que, en pocas semanas y por decisión superior, pasó a llamarse Batallón de la Muerte de Mujeres de Rusia, superando en inteligencia y don de mando a la alta oficialidad corrupta de un Ejército decadente.
La creación de estas unidades tuvo como principal motivo un efecto propagandístico, pues las autoridades militares zaristas pensaban que el ejemplo de ellas revitalizaría a las cansadas tropas en activo desde 1914, esperándose también que su presencia en combate avergonzaría a los soldados.
“Estos estaban más acobardados y desmoralizados que nunca, y la presencia de ellas los inspiraría para reanudar la lucha inútil del zarismo agonizante”, explica Mijaíl Olenski, historiador militar de la Universidad Lomonósov de Moscú.
Cerca de una quincena de unidades femeninas, ninguna más grande que un batallón, fueron reclutadas durante los meses de junio a agosto de 1917, entre mujeres de toda condición social que se ofrecieron voluntariamente para estar en la primera línea de fuego, añade el catedrático.​
Entre las formaciones creadas destacaron el Batallón de la Muerte de Mujeres Moscú, el de Petrogrado y el de Kubán, incluida la Unidad Naval Femenina creada en Oranienbaum, integrado a la Infantería de la Marina Imperial.
Olanski estima que unas cinco mil mujeres servían en estos batallones a finales de 1917; pero solamente el primero o Batallón de Moscú -seguido por el de Perm- fue enviado al frente, combatiendo aún mejor que el Ejército regular.​
María Bochkareva, conocida por sus maneras inflexiblemente disciplinadas, fue la organizadora y comandante de los Batallones de la Muerte de Mujeres en mayo de 1917, luego de que esa antigua campesina sirviera en el Ejército Imperial ruso desde noviembre de 1914, recién iniciada la contienda el 28 de junio de ese año, tras el asesinato en Sarajevo del heredero del imperio de Austria-Hungría.
Después de casarse casi adolescente, viajar a otras regiones y dejar atrás sus labores agrícolas para ingresar voluntariamente a filas, Masha fue ascendida a suboficial a iniciativa y petición del gobierno para crear un batallón de mujeres soldados bajo sus órdenes, dada su apariencia física y sus cualidades de mando.
A fines de mayo, Alexander Kerenski, ministro de Guerra y jefe del gobierno provisional ruso autorizó la formación en Moscú y Petrogrado de dos Batallones de la Muerte de Mujeres, como se les llamó oficialmente.
​La unidad de combate moscovita formada exclusivamente por mujeres atrajo en un principio a unas dos mil voluntarias con edades comprendidas entre los veinte y los cuarenta años; pero la disciplina impuesta por María Bochkareva redujo drásticamente el número de alistadas hasta sólo 300.​

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