CIUDAD DE MÉXICO. ― La reducción de la jornada laboral a 40 horas avanza en México y promete transformar la vida de millones de trabajadores. En este contexto, el debate ya no se centra en si esta reforma es necesaria, sino en cómo implementarla sin frenar la productividad ni afectar la competitividad empresarial.
Este 1 de septiembre de 2025 se presentó en el Congreso de la Unión la iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo, que busca reducir la jornada semanal de 48 a 40 horas. Y aunque todavía falta la aprobación legislativa, el Gobierno Federal y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) ya trazaron una ruta clara para su implementación gradual, la cual arrancará en 2026 y culminará en 2030.
Para Haydeé Jaime, Content Strategy Manager de Pandapé, “esta reducción no debe verse únicamente como un ajuste de horas, sino como una oportunidad histórica para replantear la cultura organizacional en el país. Las empresas que logren combinar flexibilidad con eficiencia enviarán un mensaje poderoso a su talento: aquí importa tanto su bienestar como su desarrollo profesional. Esa es la diferencia entre retener a los colaboradores más valiosos o perderlos frente a competidores mejor preparados”.
Un cambio gradual y con consenso
El plan de implementación presentado por la STPS prevé una reducción progresiva de horas entre 2026 y 2030. El esquema busca que tanto trabajadores como empleadores puedan adaptarse sin fricciones: primero 46 horas, luego 44, hasta llegar a las 40. La lógica detrás es sencilla: disminuir la fatiga, reducir errores y mejorar la salud, sin que ello represente un golpe súbito para la economía.
Este enfoque responde a la tradición mexicana de consensos tripartitos en materia laboral, donde sindicatos, sector privado y gobierno avanzan de forma conjunta. El reto, sin embargo, radica en equilibrar los beneficios para los trabajadores con los costos que implicará para las organizaciones, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas (pymes), que representan la mayoría en el país.
Productividad y bienestar, la fórmula a prueba
Experiencias globales muestran que jornadas más cortas pueden aumentar la productividad y reducir la rotación. Islandia y Reino Unido han comprobado que, con la reorganización adecuada, este cambio se traduce en mayor eficiencia y compromiso.
De acuerdo con Haydeé Jaime, en México, esta reforma laboral abre la oportunidad de replantear modelos de trabajo más flexibles y centrados en resultados, en lugar de medir únicamente el tiempo en oficina. Para el talento más joven, por ejemplo, acostumbrado a valorar mucho más el balance entre vida personal y profesional, el cambio representa una señal positiva de modernización del mercado laboral.
Tecnología como aliada en la transición
La adopción de plataformas digitales de gestión será clave para enfrentar el ajuste. Desde planificar horarios y medir productividad hasta facilitar comunicación interna y asegurar experiencias de bienestar, la tecnología en gestión de Recursos Humanos (RRHH) puede ayudar a que la jornada de 40 horas se traduzca en mayor orden y confianza.
Y es que el “Market Research 2025”, elaborado por Pandapé, revela que más del 60% de las empresas mexicanas identifica la rotación y la fatiga como problemas críticos de su operación. Por ello, integrar soluciones tecnológicas para administrar turnos, automatizar procesos de RRHH y personalizar la experiencia laboral permitirá a las compañías transitar con mayor seguridad hacia el nuevo modelo.
Más que tiempo, cultura de trabajo
La discusión va más allá de contar horas. Se trata de construir un entorno donde la calidad del trabajo y la satisfacción del colaborador se traduzcan en productividad sostenible. Para las organizaciones, esto significa revisar políticas de bienestar, liderazgo y comunicación, además de adoptar herramientas que apoyen un cambio cultural real.
“Lo que está en juego no es solo la duración de la jornada, sino la forma en que concebimos el trabajo. La reducción a 40 horas puede convertirse en una palanca para redefinir la relación entre empresa y colaborador, siempre que se acompañe con innovación, transparencia y compromiso. Solo así podremos hablar de un futuro laboral más justo y competitivo, donde la tecnología y la empatía se conviertan en los pilares de la transformación”, concluye Haydeé Jaime.
AM.MX/fm