TUXTLA, GUTIÉRREZ, 26 de noviembre (AlmomentoMX).- Cuando Manuel Velasco Coello tomó posesión como gobernador de Chiapas el 8 de diciembre de 2012 bajo la alianza PRI-PVEM, logró reunir a la crema y nata de todos los partidos políticos. Iniciaba la luna de miel entre el tricolor y el partido del tucán, la cual no duraría ni los seis años de gobierno del joven mandatario.
El rompimiento de la alianza PRI-PVEM comenzó con la intervención de Luis Videgaray Caso, quien personalmente abogó ante el presidente Peña Nieto para que el entonces senador Roberto Albores Gleason, fuera el candidato a la gubernatura de Chiapas 2018-2024 por la coalición PRI-PVEM, lo cual molestó a Manuel Velasco, pues él ya tenía su candidato: Eduardo Ramírez Aguilar, ex secretario de Gobierno, ex líder estatal del PVEM, ex presidente del Congreso local, ex diputado federal y actual senador de la República por Morena.
La campaña política de Albores Gleason –hijo de Roberto Albores Guillén, quien fuera gobernador interino en el lapso 1998-2000-, enfrentó toda serie de tropiezos y obstáculos, pues si bien iba por la misma alianza que empoderó a Manuel Velasco (PRI-PVEM), en la práctica la maquinaria verde operó a favor de Rutilio Escandón Cadenas, incondicional del “Güero” Velasco, quien contendió por el partido Morena (previo acuerdo con López Obrador) y quien finalmente ganó la gubernatura.
Si Manuel Velasco no impuso a su alfil Ramírez Aguilar fue porque éste en un arranque de ira y molesto por la candidatura de Roberto Albores, renunció a la dirigencia del PVEM estatal e inició el Movimiento por la Dignidad, en clara protesta por los acuerdos tomados por la dirigencia nacional de su partido desde la Ciudad de México.
Pero Velasco no quiso quedarse atrás y viendo la debacle del PRI en las preferencias electorales no solo en la entidad sino a nivel nacional, decidió jugársela con López Obrador, quien lleva una vieja amistad con su abuelo materno Fernando Coello.
Desde el comienzo de la precampaña, cuando José Antonio Meade, candidato de la coalición PRI-PVEM-Panal inició la búsqueda de la Presidencia en un acto en San Juan Chamula, Manuel Velasco y su equipo cercano, así como la militancia estatal del PVEM, operaron a favor del candidato de Morena.
Solo de dientes para afuera, Velasco decía que apoyaba a Meade, cuando en realidad estaba con López Obrador. La alianza estaba rota y el gobernador chiapaneco y la dirigencia nacional del Partido Verde Ecologista de México ya estaban trabajando para la causa lopezobradorista.
Al final, López Obrador arrasó al conseguir el 61.24 por ciento de los votos, dejando muy atrás a José Antonio Meade, por más de 38 puntos porcentuales consiguiendo un sólido triunfo.
La primera reunión con un gobernador que tuvo López Obrador tras su triunfo presidencial, fue con Manuel Velasco.
El mandatario chiapaneco difundió el 6 de julio una fotografía junto al tabasqueño acompañada del mensaje: “Un honor poder felicitar por su triunfo al Lic. Andrés Manuel @lopezobrador_, un hombre con visión social quien estoy seguro será un gran Presidente de México. ¡Le deseo el mayor de los éxitos, porque si al Presidente López Obrador le va bien a los mexicanos nos irá mejor!”.
Casi dos semanas después, Velasco salió en defensa de Morena, tras las acusaciones del Instituto Nacional Electoral (INE) de que supuestamente el partido de López Obrador creó un fideicomiso para apoyar a los damnificados del sismo, pero que en lugar de eso hubo presuntamente fines políticos.
El gobernador chiapaneco dijo que era una injusticia y un error del árbitro electoral castigar una iniciativa que calificó como humanista y solidaria. Incluso invitó a alentar la creación de proyectos similares como el de Morena, ya que dijo que en el estado que gobierna muchas familias recibieron la ayuda.
Como presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Manuel Velasco ha estado en permanente contacto con el futuro presidente de México, manteniendo una posición de colaboración que le ha permitido figurar para un cargo dentro del próximo gabinete de Gobierno.
Crecimiento de la deuda, herencia de la alianza PRI-PVEM
Chiapas, considerado el bastión del PVEM, es el estado más endeudado entre los que tuvieron elecciones este año. Su gobernador es el primero, y seguramente el último, que salió de las filas del Partido Verde.
Velasco le dejará a su sucesor Rutilio Escandón un saldo de deuda pública que asciende al 5.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) estatal.
En términos absolutos, Chiapas tiene una deuda que asciende a 20 mil 822 millones de pesos, y que fue contraída por su gobierno y entes públicos estatales, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público al primer semestre de 2018.
Velasco Coello dejará su administración con un endeudamiento para los habitantes de la entidad durante los próximos 20 años.
De acuerdo a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el documento “Financiamientos y Obligaciones Inscritos en el Registro Público Único”, el Gobierno de Chiapas contrató un crédito de casi tres mil millones de pesos.
El crédito fue contratado con el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), registrado el 2 de marzo de 2018; tiene una vigencia de 240 meses, es decir 20 años, por lo que la fecha de vencimiento es el 2 de febrero de 2038.
El monto original contratado es de dos mil 918 millones 560 mil 66 pesos, de los cuales, el saldo hasta el segundo trimestre de este año es de mil 910 millones 282 mil 168 pesos, aunque el plazo pactado de pago es de siete mil 300 días, lo que se traduce en dos décadas exactas.
El crédito con Banobras tiene como destino una Inversión Pública Productiva, aunque también se determina como un refinanciamiento.
En múltiples ocasiones, Manuel Velasco ha señalado que su administración no ha contratado un solo peso de deuda; sin embargo, el documento publicado en el portal de la Secretaría de Hacienda del gobierno federal lo desmiente.
Los números oficiales refieren que a lo largo de su gobierno se ha gastado más de 477 mil 700 millones en presupuesto, recursos que no se ven reflejados en inversión, infraestructura pública, ni desarrollo social.
Despiden burócratas y proveedores reclaman pagos
A unos días de concluir su gobierno, Manuel Velasco dejará a la entidad sumergida en una crisis económica en la que se refleja la falta de obra pública, pagos pendientes a proveedores, escases de medicamentos en hospitales, aunado todo esto al crecimiento de desempleo y pobreza.
Al recibir la administración estatal, Velasco Coello encontró una deuda multimillonaria, la que se tendrá que pagar por casi 20 años y a la que cada mes se pagan más de 200 millones de pesos que incluyen amortizaciones a la banca para evitar el crecimiento de la misma, la cual asciende a casi 21 mil millones de pesos.
Con ello, de acuerdo con el informe financiero del Colegio de Contadores Públicos en Chiapas, desde el inicio del gobierno se ha vivido con un déficit de cinco mil millones de pesos anuales; sin embargo, en los últimos dos años ha perdido 10 mil millones de presupuesto de la Federación, sin que existan razones fidedignas que lo avalen.
Tan sólo el adeudo a proveedores, asciende a más de mil millones de pesos, según estimaciones de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Chiapas.
De ese monto, alrededor de 160 millones de pesos son los que se adeudan a 30 empresas afiliadas, pero en total, sumando al resto de las empresas no agremiadas, la deuda supera mil millones.
Lo anterior, según las cifras de la Coparmex, forma parte de la herencia del sexenio pasado de Juan Sabines Guerrero y del actual encabezado por Manuel Velasco Coello.
Pero eso no es todo, con un Producto Interno Bruto decreciente y una tasa de desempleo al alza, desde el año pasado inició el despido de casi 20 mil empleados de la burocracia estatal.
En octubre pasado, alrededor de siete mil burócratas pararon labores y demandaron que el gobierno estatal les pague salarios retroactivos, otorgue aumento salarial, bono sexenal y otras prestaciones laborales que han venido perdiendo sexenio tras sexenio.
Entre los trabajadores que pararon labores se encuentra personal de la Secretaría del Campo, Secretaría de Educación, Secretaría de la Juventud y el Deporte, Secretaría de Desarrollo Social, Secretaría de Obras Públicas, Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural, Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, entre otras dependencias.
Además se sumaron a este movimiento trabajadores de diferentes municipios de San Cristóbal de las Casas, Ocosingo y Tapachula.
Los empleados del gobierno del estado argumentaron que la administración de Velasco les está negando un derecho, “si no hay dinero no es problema nuestro, en el capítulo mil de la Ley del Trabajo se contemplan estos derechos laborales”.
Manuel Velasco dejará la gubernatura el próximo 8 de diciembre, pero el estado seguirá siendo de los más pobres del país, pues según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la entidad sureña junto con Oaxaca y Guerrero, registran
los mayores porcentajes de pobreza: 77.1, 70.4 y 64.4 respectivamente.
Las cifras refieren que de los 53 millones de personas en condición de pobreza, 24 millones viven en estas tres entidades, es decir más de 45 por ciento del total.
A todo lo anterior habrá que sumarle los diversos conflictos políticos en las comunidades indígenas (de tipo religiosos y por límites territoriales), que convierten a la entidad en ingobernable, representando un verdadero reto que difícilmente podrá superar el futuro gobernador Rutilio Escandón, disputas que incluso han generado en muchos casos los mismos partidos políticos.
AM.MX/fm