sábado, noviembre 2, 2024

Los trazos de COBI: “Los árboles mueren de pie…pero que no te caigan encima”

En la CDMX conviven flora de “ornato” y flora que presta “servicios ambientales”: Buen clima, aire limpio y paisajes hermosos.
El cambio climático obliga a modificar el entorno con flora resistente a plagas
Mi muy estimado lector, agradezco este nuevo encuentro entre almas, he citado como el título de estas líneas la obra de Alejandro Casona: “Los árboles mueren de pie” frase vigente y un proceso que se agrava en nuestra megalópolis.
Los árboles mueren de viejas y nuevas plagas como le sucedió a la Palma de Reforma, y con el feroz viento azotan sobre casas, autos, infraestructura urbana y lo peor, sobre personas.
Eucalipto como ejemplo: El desecamiento del lago de Tenochtitlan, que dio paso a calles, avenidas y a un importante número de casas, incluye la introducción de la especie Eucalipto al cual nuestros antepasados del siglo XVIII, encontraban muy útil como medicamento contra las enfermedades causadas por las “miasmas” (Efluvio dañino que desprenden cuerpos enfermos, materias en descomposición.) generadas por las aguas pantanosas y fétidas de la alguna vez transparente agüita del lago.
El Eucalyptol, (obtenido del eucalipto) era lo que a nuestros días significa el Mariguanol, una panacea médica; servía para sanar las bronquitis, catarros, las pulmonías y enfisemas. En polvo, píldoras y cigarros.
El Eucalipto se aclimató y prosperó por cientos de miles de ejemplares en la CDMX, aunque desde los tiempos de Miguel Ángel de Quevedo (1940) ya se advertía que esta especie debe ser controlada para coexistir con las personas.
Como su enraizamiento no es muy profundo, los fuertes vientos lo tiran, succiona una gran cantidad de agua y el suelo de la ciudad (de por sí muy pobre por ser lecho acuático) y no permite la subsistencia de otras especies a su alrededor.
Este tipo de árbol, por otra parte, es muy barato, crece muy rápido y es perfecto para (como diría mi abuela Cuca) “taparle el ojo al macho”, a las administraciones de las alcaldías en términos de ejercer su presupuesto para el área de bosques parques y jardines correspondiente al programa de reforestación.
De ahí la necesidad de que las personas se informen de la variedad arbórea de su colonia y sobre todo de la salud de la misma.
Para finalizar, dejo esta reflexión: “se siente feo cuando se corta un árbol, pero se siente más feo cuando te cae encima.”
Instagram: acosta.jacobo
E mail: jacobo.acosta@gmail.com

 

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