Querido Lector/a, es principio de año y es la época en que la mayoría de las personas comienzan a cumplir sus propósitos; por ejemplo, adelgazar esos kilitos que afectan nuestra salud y nuestro ego, viajar o tal vez terminar la tesis trunca.
Emprender un negocio es el sueño (muy válido) de millones de habitantes en esta Ciudad de los Palacios, y por ello les invito a la reflexión de los siguientes datos.
Un negocio es un “ente” al cual se le atribuyen características humanas, pues son resultado de la más apasionada entrega de recursos materiales e intelectuales de sus dueños, es así que se puede afirmar que los negocios “nacen”, “crecen” y según su destino (totalmente en manos de las decisiones de sus dueños) “permanecen” o finalmente “mueren”.
Informa el INEGI que: “De los 4.9 millones de establecimientos (registrados), el Estudio sobre la Demografía de los Negocios (EDN 2020) estimó que (en el año de estudio) nacieron 619 443 establecimientos mientras que 1 010 857 cerraron sus puertas definitivamente.”
https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/EDN/EDN_2021.pdf
El 98% de los negocios son de los denominados pequeña y microempresa, negocios familiares o que emplean a pocas personas en los que tanto el producto o servicio es realizado por los dueños del establecimiento.
El dato anterior corresponde a comercios formales, la llamada “informalidad” es otra canción. Hay variantes en el sector; los comerciantes informales pueden ser pobres y laboran en ese sector por necesidad y en condiciones precarias, pero, al mismo tiempo, existe también el trabajador informal que es emprendedor e informal por vocación y carece de protección social, pero no son necesariamente pobres o marginales.
Formales o informales, todos son emprendedores y tienen que sortear muchos obstáculos (algunos en común) para poder operar:
La tramitología ante autoridades de gobierno y fiscales para iniciar operaciones
Las condiciones propias del mercado como competencia desleal, escasez o elevados precios de insumos
El cobro de piso por mafias o “la charola” de alcaldías locales entre otras importantes desventajas.
Por otra parte, un negocio es el núcleo social de la economía de una sociedad, en sentido estricto, es el mecanismo apropiado para desarrollar la economía de un país con un sistema de producción capitalista como en el que nos tocó vivir.
Tanto las mercancías como los servicios prestados por los emprendedores tienen en común tres características: Tienen un valor de uso (sirven para algo), poseen un valor de cambio (se pueden intercambiar en el mercado por dinero) y tercero: a través del trabajo invertido en su realización generan ganancias (plusvalía).
Para más información recomiendo ampliamente el Tomo I de la obra “El Capital” (Crítica de la Economía Política; el proceso de producción de capital, autor Karl Marx Siglo XXI editores).
Concluyo con una de las frases históricas de mi abuela Cuca que trata sobre la importancia del trabajo como generador de riqueza:
“Para hablar del Capital primero hay que producirlo, en esta casa el que no trabaja, no traga”.
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