La cuesta de enero o la ruina económica positiva
Dice la Real Academia de la Lengua Española:
“cuesta de enero 1. f. Período de dificultades económicas que coincide con este mes a consecuencia de los gastos extraordinarios hechos durante las fiestas de Navidad.”
(https://dle.rae.es/cuesta)
Querido lector/a, es tiempo de sudar frío, la cuesta de enero es el primer azote del año para mucha gente, debido a un mal manejo de las finanzas, exceso en gastos de fin de año o por el incremento de los precios en bienes y servicios causados por la inflación.
La palabra deber revolotea en tu mente; debes impuestos, debes el predial, debes la tenencia, le debes al banco, a la tarjeta de crédito, debes también la renovación del seguro, cable, telefonía, colegiaturas y por si fuera poco ya debes los incrementos a los precios que genera la inflación.
Mexicanos al grito de… “debo, no niego, pago no tengo”
Muchísimos compatriotas tienen problemas financieros en enero y muy pocos se preparan de forma adecuada para enfrentar los gastos que se deben realizar en esas fechas.
Existen consejos básicos para mantener una buena salud financiera, que desafortunadamente muy poca gente sigue:
Por ejemplo, realizar (antes de enero) un presupuesto sobre los gastos diarios, que incluya la lista de deudas y pagos que debes realizar en enero.
Es una época en que muchos productos suben de precio, también es un momento en que muchas tiendas hacen rebajas de sus inventarios, para eso sirven los estudios de mercado.
Ahorrar en meses previos o una parte del aguinaldo, puede ser de mucha ayuda, pero el “hubiera no existe” y este texto no es un curso de autoayuda.
El tío Pedro
En 1743, Pedro Romero de Terreros puso en marcha sus dos más ambiciosos planes: la explotación de minas y la puesta en marcha del Sacro y Real Monte de Piedad de Ánimas, al que hoy en día conocemos como Nacional Monte de Piedad, a donde los chilangos acudimos cada enero para buscar (como su nombre original lo indica), la salvación del alma y poder hacer frente a los estragos que deja el fin de año.
En el Montepío, como se le conoce popularmente, se pueden empeñar en primer lugar: las joyas de la abuelita (de preferencia de oro y plata), automóviles en decente estado de conservación, relojes, monedas, aparatos electrónicos y también algunos artículos varios como baterías de cocina, electrodomésticos, línea blanca, máquinas de coser, comedores, recámaras, salas, etc.
También existen casas de préstamos personales, pero son la personificación del agio en su más cruda versión, negocios que aprovechando la necesidad de la gente cobran altísimos e impagables intereses.
Como corolario a esta disertación, quiero compartir la frase estimulante y motivadora cuya repetición constante inyecta de energía positiva a aquellos y aquellas que atraviesan el trayecto más difícil de la cuesta de enero:
“Lo bailado nadie me lo quita”.
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