Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
Por tercera ocasión consecutiva, el Fondo Monetario Internacional (FMI) decidió recortar sus estimados de crecimiento global para 2022 y 2023. El organismo proyecta ahora un crecimiento de 3.2% del PIB mundial en 2022 (vs. 3.6%e. prev.) y de 2.9%e. en 2023 (vs. 3.6%e. prev.). Las revisiones a la baja se dan en el contexto de contracciones económicas en China y Rusia durante el 2T22, además de fuerte desaceleración en Estados Unidos y Europa, la persistencia del conflicto en Ucrania y sorpresas mundial de inflación que han obligado a acciones más agresivas de los bancos centrales para inhibir la demanda. Se espera que el crecimiento en 2023 sea afectado sobre todo por la política monetaria restrictiva. Adicionalmente, el FMI proyecta mayor inflación durante 2022 (8.3%e. anual vs 6.6%e. prev.), pues los precios de alimentos y energéticos se mantienen aún elevados y persisten desequilibrios entre oferta y demanda a escala mundial.
En el caso de México, 2022 fue revisado al alza por la fortaleza de la recuperación en la primera mitad del año y la fortaleza de las exportaciones a EU, por lo que la estimación se elevó a 2.4% (vs. 2%e. prev). Sin embargo, para 2023 se espera mucho menor crecimiento (1.2%e. vs. 2.5%e. prev.) dado el impacto esperado de la inflación en el consumo, los efectos negativos de la política monetaria en el crecimiento general y la desaceleración en EU.
El balance de riesgos para el crecimiento global, señalan analistas de INTERCAM, sigue claramente sesgado a la baja y el FMI no descarta cifras más bajas de expansión para 2022, en especial si se materializan riesgos como: mayor escalamiento del conflicto en Ucrania que eleve otra vez los precios de energéticos, la persistencia de la inflación, que el bajo crecimiento genere problemas de deuda privada y pública, problemas de deuda soberana en emergentes por tasas más altas en avanzados, persistente desaceleración en China, descontento social o hambrunas por los incrementos de precios en alimentos y una posible mayor fragmentación de la economía global.
Uno de cada cuatro mexicanos (25%) ha sido objeto de un “fraude romántico”.
Más de la tercera parte de los mexicanos (38%) admite haber sido objeto de fraude por lo menos en una ocasión, mientras que las recientes y populares series de Netflix, como El timador de Tinder y ¿Quién es Anna?, están sacando a la luz lo sofisticado que se ha vuelto el fenómeno de la estafa. De acuerdo con datos de un estudio realizado por Avast, líder mundial en seguridad digital y privacidad, un “fraude romántico” es una estafa basada en aprovecharse de los sentimientos de otra persona ganándose su afecto para su propio beneficio. Por su parte, al 46% de las personas encuestadas alguien que solo conocían de Internet les pidió dinero y el 9% llegó a desembolsar dicha cantidad.
Del mismo modo, un 35% de los mexicanos ha recibido una solicitud de transferencia de dinero de alguien que creía conocer, pero que resultó ser falsa. Lo más habitual es que los estafadores se hagan pasar por servicios como Netflix o Amazon (23%), mientras que el 28% declaró que fue alguien que se hizo pasar por un amigo y el 11%, incluso, creyó que se trataba de su pareja.
La encuesta realizada a 1.000 mexicanos descubrió que cerca de ocho de cada diez personas (78%) confesaron que comprendían que la gente cayera en la trampa de los estafadores, y más de la mitad (68%) considera que hoy en día es más fácil ser víctima de las estafas online que hace cinco años. La gran mayoría de las personas encuestadas (92%) está de acuerdo en que las estafas online se están volviendo mucho más sofisticadas, y las principales razones citadas son que la tecnología es más avanzada y está fácilmente disponible (41%), que es más fácil para la gente ocultar su identidad online (46%) y que la gente comparte información personal online (58%), lo que les convierte en objetivos “más fáciles”.
El estudio también reveló que el correo electrónico (43%) es la forma más común en que los mexicanos son blanco de los estafadores, seguido de los mensajes de texto (36%) y de las redes sociales (34%). Un 33% ha sido víctima de una estafa de una forma u otra, mientras que el 52% de los mexicanos está preocupado por la posibilidad de ser engañados y estafados en el futuro, lo que, según muchos, les haría sentirse “enfadados”, “estúpidos” y “molestos”.