Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
Si tomamos en cuenta sólo las cifras oficiales del IMSS, en efecto, en julio de 2025 el empleo formal alcanzó un máximo histórico de 23.59 millones de plazas registradas, lo que implicó un crecimiento anual de 6.1 %. Sin embargo, para analizar objetivamente este crecimiento se debe tomar en cuenta la incorporación de 1.29 millones de personas trabajadoras de plataformas digitales, derivado del arranque de la prueba piloto de aseguramiento obligatorio implementada a partir del 1 de julio.
Si bien esta medida de política representa un avance relevante en términos de formalización y acceso a seguridad social, particularmente por la inclusión inmediata de los trabajadores de plataformas digitales al seguro de riesgos de trabajo, esto no puede interpretarse como una mejora en la dinámica del mercado laboral formal. En realidad, se trata de empleo ya existente que fue integrado al registro del IMSS, y no de nueva creación de empleos.
Al descontar este efecto, nos dicen analistas del BBVA México, el empleo formal mostró una contracción anual de (-)0.1 %, lo que equivale a una pérdida de 25.3 mil puestos de trabajos formales respecto al mes previo. Esto confirma que persiste la tendencia de debilitamiento cíclico del mercado laboral, en un contexto donde la economía continúa sin capacidad suficiente para generar nuevos empleos formales.
Por supuesto, la debilidad del empleo coincide con el deterioro observado de la inversión y el consumo. Datos a mayo de 2025 muestra que la formación bruta de capital fijo registró una caída anual de 6.7% con cifras desestacionalizadas, reflejando una menor inversión productiva que limita la capacidad futura de generación de empleo. En el mismo mes, el Indicador Mensual del Consumo Privado (IMCP) disminuyó 1.0% respecto al mes previo y retrocedió 0.9% en términos anuales, confirmando una reducción en el gasto de los hogares en bienes y servicios.
Por el lado de expectativas, en julio de 2025 la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO) reflejó una caída anual de 1.2 puntos en el indicador general, con una baja de 3.9 puntos en la percepción sobre la situación económica esperada para los próximos 12 meses y una disminución también de 3.9 puntos en las expectativas sobre la situación del empleo para los próximos 12 meses.
La confianza empresarial, medida por el Indicador Global de Opinión Empresarial de Confianza (IGOEC), se ubicó en 49.0 puntos en julio, manteniéndose por quinto mes consecutivo debajo del umbral crítico de 50, con una caída anual de 4.5 puntos y una caída de 6.5 puntos frente al mismo mes del año anterior de la percepción sobre el momento adecuado para invertir.
En conclusión, la pérdida de dinamismo del empleo formal persiste, condicionada por la debilidad de la inversión, la desaceleración del consumo privado y la caída en los niveles de confianza tanto de consumidores como de empresarios. Si bien la incorporación de trabajadores de plataformas digitales constituye un avance en términos de formalización y acceso a la seguridad social, su efecto es principalmente estadístico y obliga a interpretar las cifras con mayor cautela, de lo contrario podría ocultarse la fragilidad actual del mercado laboral formal. En este sentido, será fundamental dar un seguimiento cercano a las cifras procurando en la medida de lo posible aislar el impacto de la prueba piloto de incorporación de trabajadores de plataformas digitales.
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