Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
De acuerdo con el INEGI, la creación de empleo suma 1.1 millones de puestos adicionales respecto al cierre del 2022, con las manufacturas (220.6 mil plazas) y el comercio (590.5 mil) como los principales favorecidos. La tasa de desempleo hila once meses debajo de 3.0% y poco más de dos años abajo del promedio de largo plazo de 4.13% (usando cifras desestacionalizadas). De manera similar, la tasa de desempleo extendida mantiene un sesgo a la baja, aunque más moderado (septiembre: 10.7%), situación que también se aprecia en la brecha laboral (septiembre 18.0%), las cuales creemos pueden extender dicha tendencia al menos hasta el 1S24.
Al respecto, analistas de Banorte nos dicen que, reconociendo la mayor demanda de trabajo, los salarios han respondido también al alza. Pero también existen otros factores exógenos que han impactado a las percepciones, incluyendo:
(1) Los incrementos al salario mínimo y el ‘efecto faro’ asociado –el impacto indirecto en los ingresos de los trabajadores que ganan más del mínimo;
(2) la elevada inflación de los últimos tres años, lo que ha afectado también a las revisiones salariales. En el corto plazo, anticipamos que la tendencia alcista continué, considerando que el alza para el salario mínimo de 2024 se espera en un rango entre 12.8% y 25.0%. El primer corresponde a la propuesta del sector empresarial y el segundo a la de los trabajadores. Por cierto, la discusión anual de la CONASAMI iniciará el 30 de noviembre.
La tendencia positiva del mercado laboral -añaden los analistas- está justificada en parte por el buen desempeño de la actividad económica. La fortaleza de la industria y los servicios en lo que va del año ha tenido un impacto positivo en la creación de plazas, con las empresas demandando una mayor mano de obra. Consistente con esto, en los reportes de S&P Global del PMI manufacturero para nuestro país en los últimos meses, los empleadores reconocen condiciones que son características de un mercado laboral estrecho, incluyendo:
(1) Mayores bajas voluntarias;
(2) dificultad para contratar trabajadores cualificados; y
(3) una elevada tasa de rotación.
Aunque también identificamos factores no cíclicos relevantes. Entre ellos destaca:
(1) El cambio en los patrones de consumo de los hogares tras la pandemia, sesgado hacia los servicios –con rubros como comercio y entretenimiento más flexibles para cubrir vacantes;
(2) menores brechas de información en el mercado laboral –con procesos de reclutamiento apoyados en servicios en línea;
(3) el efecto del nearshoring; y
(4) mayor dinamismo del comercio digital, provocando mayor demanda en transporte y logística. En algunos sectores específicos, el apretamiento inclusive es más evidente. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Transporte Privado, el déficit de trasportistas al cierre de 2023 podría profundizarse respecto el año previo, detectando desde 2022 la necesidad de alrededor de 54 mil choferes adicionales. La cercanía entre México y EU, motivaría a los conductores emplearse en dicho país por las ventajas salariales ya que puede ser hasta cinco veces más alto. En este sentido, es clave mencionar que existen programas de trabajo que permiten este tipo de movilidad. En el caso del sector automotriz, la llegada de nuevas inversiones será un impulso para la mano de obra especializada, también pudiendo presionar a la demanda actual.
Los mexicanos, vulnerables al espionaje y hackeo telefónico: 99° Degrees.
Con más de 100 millones de celulares entre la población, México se ha convertido en un foco de atención de los delincuentes cibernéticos que a través de intervenciones telefónicas y el hackeo de smartphones para extraer información del usuario, se dedican a extorsionar a las personas o incluso suplantar identidades, vulnerando su derecho a la privacidad e identidad para afectar, principalmente, su patrimonio.
Así lo señaló el experto en tecnología, Eduardo Jerome Posadas, quien consideró un grave problema la facilidad con la que cualquier persona puede adquirir en Internet dispositivos de escucha para espiar conversaciones telefónicas, pese a que el uso de esos aparatos sin mediación de una orden judicial se castiga hasta con 12 años de prisión en nuestro país.
“El programa espía conocido como Pegasus puso de cabeza al mundo, y nos reveló lo vulnerable que es nuestra privacidad ante herramientas tecnológicas tan poderosas. Sin embargo, como usuarios de un smartphone también debemos estar actualizados sobre las acciones básicas y novedades tecnológicas que existen para proteger nuestros dispositivos, y con ello nuestra privacidad, identidad y patrimonio”, agregó.
El también fundador y director general de 99° Degrees, una agencia de Medios 360° y Performance Marketing con presencia en México y Estados Unidos, describió que entre las principales señales que nos pueden referir si un celular está siendo espiado o ha sido hackeado para extraer información, se encuentran: el considerable aumento de consumo de datos; el incremento de la facturación contratada del servicio de telefonía, o el crédito precargado rinde menos; la duración de la batería es menor de lo habitual; el smartphone se sobrecalienta sin razón aparente; la señal de Internet se interrumpe con frecuencia; de forma inesperada, aparecen nuevas aplicaciones (Apps) en el teléfono, o frecuentemente se escuchan ruidos extraños durante una llamada. ¡Cuidado!.
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