GALICIA, ESPAÑA.- El expresidente ecuatoriano Osvaldo Hurtado analiza la situación política que vive su país. Asegura que nada va a cambiar mientras Rafael Correa mantenga su influencia y lo responsabiliza de haber gobernado en convivencia con el narcotráfico, cuyas bandas se fortalecieron y amenazan ahora la seguridad del Estado.
En entrevista publicada en diario El Progreso de Galicia, Osvaldo Hurtado presidió Ecuador entre 1981 y 1984 sustituyendo en su carácter de vicepresidente a Jaime Roldós Aguilera, quien falleció en un accidente aéreo. Recuerda que durante aquel mandato que significó el regreso a la democracia del pequeño país sudamericano acuñó una frase: “Ecuador es una isla de paz”. Nada que ver con el país acorralado ahora por bandas criminales conectadas con el negocio internacional del narcotráfico, lo que obligó al joven y recién estrenado presidente Daniel Noboa a declarar “un conflicto armado interno”.
1. ¿Cómo ha cambiado Ecuador en todos estos años?
Hurtado recuerda que “mi país vivía tranquilamente; había guerrillas muy fuertes y tenebrosas en Colombia, nuestros vecinos, y conflictos de distinta naturaleza en otros países de la región, pero aquí, en Ecuador, ninguna vida corría peligro”, dice este hombre que a mediados de este año cumplirá 85 años y disfruta de una vejez con dignidad, alejado de la nostalgia y lúcido, producto de una vida entregada al estudio y el análisis de la realidad de su país y de América Latina.
Hace apenas unos años concluyó una trilogía que había comenzado con su tesis de grado y remató con ‘Ecuador entre dos siglos’, en el que registra los avances alcanzados por su país en 40 años de democracia.
“El país ha cambiado como nunca lo había hecho en su historia”, destacó en la presentación del libro citado. Cambios que registra en la economía y la sociedad pero no tanto en la política y las ideas porque los ciudadanos, a los que no se puede eximir de responsabilidad, se dejan cautivar por caudillos, presidentes autoritarios y líderes populistas. “Ese es el problema de fondo”, sostiene.
Y el último —o penúltimo, que nunca se sabe— de ese tipo de hombres fuertes es Rafael Correa, que gobernó Ecuador por una década (2007-2017) y luego se asiló en Bélgica tras ser condenado a ocho años por un caso de sobornos para la financiación partidista.
2. ¿Crisis ecuatoriana después de Rafael Correa?
El expresidente dice que para entender esta conmoción se debe echar la vista atrás. “Hay que comenzar por el desmantelamiento de una falsa idea nacionalista de base gringa (estadounidense) en Manta, en la provincia de Manabí, que era la encargada de la vigilancia, control y combate al narcotráfico. Antes Correa había permitido la instalación de un campamento de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), que el presidente Álvaro Uribe ordenó bombardear y ocasionó la ruptura de relaciones con Colombia”.
“En tercer lugar, miembros de su Gobierno fueron incriminados por narcotráfico y cuando una unidad de la Policía de la lucha antidrogas mencionó a uno de esos funcionarios, ordenó su disolución y se perdió de esa manera un instrumento de trabajo que era muy valioso. Y decretó la ciudadanía universal, de manera que Ecuador se convirtió en un paraíso para la delincuencia ya que cualquiera podía entrar sin necesidad de una visa, de un registro, del mínimo control”.
Hurtado recuerda aún más cosas, entre ellas la confesión de un exjefe guerrillero de las FARC que aseguraba que Correa, o su organización, había recibido financiamiento de las poderosas y bien nutridas guerrillas colombianas. “Correa se desinteresó por la entrada de cocaína desde Colombia y Perú. Convivía con eso, en el sentido de que creo que recibía dinero y permitía su libre operación”.
3. La llegada de Guillermo Lasso, ¿cómo afectó?
El expresidente ecuatoriano apunta que durante el breve Gobierno de Guillermo Lasso —de mayo de 2021 a noviembre de 2023— se produjeron más incautaciones de drogas de lo que ocurrió durante los diez años de Correa. “Las bandas armadas, que se hicieron fuertes, empezaron a actuar contra la seguridad del Estado a partir del nivel de esas incautaciones”.
A la inseguridad en la que vive Ecuador, se le suma la inestabilidad política que marcó a los gobiernos que sucedieron a Correa, un factor clave de la política ecuatoriana que monitorea hora tras hora desde Bruselas, y, agrega Hurtado, “una crisis económica de proporciones inimaginables”.
4. Crisis económica pero ¿con sorpresa?
“El año fiscal cerró con un déficit de 5.000 millones de dólares que equivale a cinco puntos del Producto Interno Bruto (PIB). Para pagar los sueldos de diciembre, el Gobierno tuvo que escarbar en todas las instituciones del Estado para apropiarse de dinero ajeno. No tiene capacidad para pagar nada. Tiene 50 millones de dólares en caja. En enero, febrero o marzo no habrá cómo costear los sueldos de los funcionarios. Los proveedores ya no cobran y las participaciones de los municipios no se están adjudicando. Por supuesto, la inversión pública está paralizada. Es una crisis espantosa”.
5. ¿Cuál es la salida económica?
Hurtado asegura que es una salida doble, por un lado eliminar el subsidio al precio de los combustibles —que se lleva cada año entre 4.000 y 5.000 millones de dólares— y, por otro, aumentar el Iva.
“Todos creíamos que eso era imposible por razones políticas y por las características del actual presidente. Noboa es un populista y, además, costeño, y los costeños en Ecuador detestan los impuestos. Pero, para sorpresa de todos, envió el pasado viernes una ley a la Asamblea Nacional para subir el Iva del 12 a 15 por ciento, que no resuelve el problema pero va en la dirección acertada y le garantiza recursos inmediatos. La incógnita es si Correa dará la autorización a su gente para aprobarla”.
Hurtado piensa, con seguridad contrario a la mayoría, que Correa y Noboa son aliados, al igual que con Jaime Nebot, un dirigente socialcristiano alcalde de Guayaquil. Y cree que “el timing de la ley enviada al Parlamento es perfecto porque el país está conmocionado y ha reaccionado en apoyo al presidente, luego del desalojo en la toma del canal de televisión de Guayaquil, que todo el mundo vio en directo y se saldó sin muertos ni heridos”.
“Si el aumento del Iva se aprueba, la crisis pudiera diferirse pero sin solución a la vista, dada la incompetencia del presidente y de su tren ministerial”.
6. ¿Está preparado Noboa para una salida económica?
El expresidente considera que “Noboa no está preparado para ser presidente. No sé cómo obtuvo títulos en universidades norteamericanas. Se expresa verbalmente muy mal y de manera poco articulada y sus razonamientos son muy pobres. Su gabinete es aún peor, salvo un par de ministros razonablemente preparados. Hay ministros de apenas 26 años. En la historia de la humanidad ha habido genios jóvenes, pero no es nuestro caso ni el de Noboa y su equipo ministerial”.
El expresidente —junto a un grupo con el que comparte el análisis y la preocupación por el país, académicos, economistas y periodistas, entre otros— cree que “el país no tiene salida y el caos nacional llevaría a la renuncia o a la destitución de Noboa”.
Pero admite que, en doce horas —de la noche del jueves 11 a la mañana del viernes 12— el cuadro político dio un giro inesperado. “Todo fue vertiginoso en Ecuador en los últimos días, la fuga del mayor criminal del país (que solo se explica porque se compró a los funcionarios o al ministro), el desalojo del canal de televisión y la presentación de la ley del Iva. Por eso ahora soy menos pesimista”.
6. ¿Todo sigue dependiendo de Correa?
“Es el político más poderoso del país. Tiene más de un tercio de los miembros de la Asamblea Nacional y, además, el 30 por ciento de la población lo vota fanática y disciplinadamente. Según los estudios de opinión, aún tiene el 50 por ciento de las simpatías del pueblo. Es inimaginable. Es la figura más influyente. Una influencia nociva para la democracia, para esa ley del Iva y mientras se mantenga esa influencia nada va a caminar en mi país. Como autócrata que es, todo está supeditado a su interés personal”.
AM.MX/fm