CIUDAD DE MÉXICO.- En 1954, el joven psiquiatra Germán Velázquez vuelve a España para trabajar en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos, al sur de Madrid. Tras salir al exilio en 1939, ha vivido quince años en Suiza, acogido por la familia del doctor Goldstein.
En Ciempozuelos, Germán se reencuentra con Aurora Rodríguez Carballeira, una parricida paranoica, inteligentísima, que le fascinó a los trece años, y conoce a una auxiliar de enfermería, María Castejón, a la que doña Aurora enseñó a leer y a escribir
cuando era una niña. Germán, atraído por María, no entiende el rechazo de ésta, y sospecha que su vida esconde muchos secretos.
El lector descubrirá su origen modesto como nieta del jardinero del manicomio, sus años de criada en Madrid, su desdichada historia de amor, a la par que los motivos por los que Germán ha
regresado a España.
Almas gemelas que quieren huir de sus respectivos pasados, Germán y María aspiran a darse una oportunidad, pero viven en un país humillado, donde los pecados se convierten en delitos, y el puritanismo, la moral oficial, encubre todo tipo de abusos y atropellos.
Almudena Grandes (Madrid, 1960) se dio a conocer en 1989 con Las edades de Lulú, xi Premio La Sonrisa Vertical. Sus novelas Te llamaré Viernes, Malena es un nombre de tango, Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, Castillos de cartón, El corazón helado y Los besos en el pan, junto con sus libros de cuentos Modelos de mujer y Estaciones de paso, la han convertido en una autora imprescindible. Con Inés y la alegría inauguró la serie «Episodios de una Guerra Interminable», a la que también pertenecen El lector de Julio Verne, Las tres bodas de Manolita, Los pacientes del doctor García (Premio Nacional de Narrativa 2018) y La madre de Frankenstein.
El apasionante relato de una mujer y un hombre que optaron
por resistir en los tiempos más difíciles.
«La madre de Frankenstein es una novela de ficción construida
sobre hechos reales. Mi inspiración original fue, desde luego, la
vida y la muerte de Aurora Rodríguez Carballeira, que parece un
alucinante, incluso delirante, argumento de ficción… He escrito este libro en memoria de todas esas mujeres que no pudieron atreverse a tomar sus propias decisiones sin que las llamaran putas, que pasaron directamente de la tutela de sus padres a la de sus maridos, que perdieron la libertad en la que habían vivido sus madres para llegar tarde a la libertad en la que hemos vivido sus hijas.» Almudena Grandes
AM.MX/fm