Teresa Gil
laislaquebrillaba@yahoo.com.mx
Según INEGI, en el campo mexicano hay 27 millones de campesinos que laboran la tierra. Los que bloquearon las carreteras del país, fueron los agricultores. Pero éstos tardaron muchos años en protestar porque siempre vivieron como privilegiados utilizando una tierra que es de todos. Y ahora que les llega la lumbre a los aparejos, culpan al gobierno. Pero no al que le rendían pleitesía. A varios días de la celebración de los 115 años de nuestra Revolución, una de cuyas demandas fundamentales era el uso de la tierra, habría que preguntarse que sucedió con aquellas demandas y porque miles utilizan las tierra para el enriquecimiento personal. En el momento en que la oposición está lanzada, suena como se ha dicho, a política Y es lógico analizarlo por una cuestión sencilla: la reacción y protesta se da muchos años después de décadas de que el campo ha ido cayendo en descrédito y a nivel material, se exhiben con una gran marcha en varios estados. Y lo hacen con vehículos de alta potencia que no cualquier campesino puede tener, lo que evidencia que la gran mayoría de los bloqueadores, era de un sector favorecido. Y que en el número de vehículos por mas que fueran muestras de masividad vehícular, el verdadero campesino el que realmente es contratado en el campo y vive de miserables salarios, no iba en la marcha o tal vez pocos. La de los agricultores es una clase social privilegiada que no ha sido tocada en muchas décadas y cuya intención no tiene nada que ver con los proyectos sociales.
AUSENTES EN LA MARCHA, 27 MILLONES DE TRABAJADORES AGRÍCOLAS
Quizá algunos cuantos trabajadores de los 27 millones que menciona INEGI, acompañaron a los dueños de la tierra y en los vehículos que se utilizaron. Si participaron algunos, quizá fueron presionados por sus patrones, pero la enorme mayoría que es la que expresa la verdadera urgencia del campo y la que vive explotada por los que se apoderaron del terreno, no estuvieron presentes y es por la que se debe plantear un proyecto real que lance a las tierras campesinas a una verdadera propuesta social. En una maniobra de movilización en la que no aceptaron el diálogo y mencionaron multitud de cosas que nunca, en décadas pasadas, sacaron a colación, los que se han apoderado de nuestra tierra en México crearon este estentóreo movimiento que se manifestó por el obstáculo a la viabilidad. Ese tipo de maniobras son lógicas y no pueden manifestar triunfos. Cualquiera que cierra el acceso a un camino, así se trate de tres gatos, puede detener un flujo. Ya se conocen nombres de personas y partidos, como el PAN, el PRI y el PRD que intervinieron como una acción política que lo único que hizo fue impedir justos envíos y molestar al verdadero pueblo.
Y UN POEMA DESDE UN PUEBLO:
La poeta Gloria Barragán, Gloría del Yaqui, vuelve a prestarnos parte de un poema de uno de sus libros Tiempo de silencio, Tiempo Benigno (Editorial Glifo 2009). De la que llegó a sembrar “una espiga de sol desde el Valle…”. Según la describe el poeta sonorense Bernardo Elenes Habas.
Antes que sucumba mi voz y se haga polvo
en el nombre de la tribu, yo te heredo,
trozos grises y amarillentos de recuerdos
como la reconfortante flor de la pitahaya,
como los mezquites, verdolagas y sahuaros
con los cerros de EL Tambor y el Otancahui
con la imagen de Cajeme, sonriendo para ti
en el añil y el audaz Capetamaya.
