Teresa Gil
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¿Que pasará en nuestro futuro cercano? De salida, el año 2024 nos presenta la incertidumbre de lo que sucederá en el año que inicia. Los mexicanos tenemos muchas cosas prometedoras, muchas esperanzas y cambios, ofertas importantes sobre todo en la salud y en el campo. Pero la vecindad del norte se yergue amenazadora en circunstancias que no sabemos cuantas de esas amenazas se aplicarán en esa retahila de víctimas. Ya conocemos a Trump. La cumbre que se prepara para enfrentar el problema estadounidense, es un hecho prometedor porque integra a los países expulsores y se puede negociar en conjunto ante el imperio. La falsedad que Trump y sus secuaces plantean de correr a todo migrante a la redonda, no puede ser realizable. Los principales afectados serían ellos tal como se ha repetido. Más vale que el año empiece con serias negociaciones y cada quien tenga lo que debe de tener. En un México que el Consejo Nacional de Población (CONAPO) conceptúa en este año, en más 132 millones, tiene ímpetus suficientes para su defensa. Por lo pronto, recibamos el año 2025, con mucha esperanza.
AQUEL FILME DONDE EL AÑO JUGABA UN PAPEL DE INFIEL
Singular película de 1978, El año que viene a la misma hora, que ya desafiaba la infidelidad de las mujeres en un tema que no solo fue muy visto sino que gustó por el romanticismo y enfoque. Su director Robert Mulligan partió de la obra de Bernard Slave para crear un filme de tema delicado para el conservadurismo estadounidense y el control que se ejerce en las mujeres desde las religiones, mientras el hombre transita como china libre. Pese a que en esos tiempos la apertura ya tenía ciertas evidencias, había pasado el 68 en Europa y en otros lugares sobre todo en México y Estados Unidos había perdido la guerra contra Vietnam, todavía se respiraba alta censura. Y las viejas influencias de los patriarcados estaban y están presentes en las religiones, cuyo descarado misogiismo se lanzaba contra las mujeres. Un tema, la infidelidad que es un concepto que está solo en función de acuerdos, es impuesto a las mujeres como principio y como decían los viejos patriarcas romanos, para tener la seguridad de los nacimientos y lo más importante, en manos de quienes quedará la fortuna en herencia . Es solo un utilitarismo expuesto en esas limitaciones que por fortuna muchas mujeres desdeñan. El cuerpo es uno y es propio.
EL DIRECTOR SE LA JUGÓ ANTE EL CONSERVADURISMO GRINGO
Los actores Ellen Burstyn y Alan Alda estuvieron a la altura de un acto fílmico que trató de guardar las formas ante las anticonvencionales posturas de una pareja. Ella, una mujer casada que hace un viaje anual para una visita, y conoce a un hombre también casado, que transita por el mismo lugar. Se hacen amigos y terminan siendo amantes. En su breve relación inicial hablan ambos de sus respectivas familias con toda naturalidad. Pero ha sido tan bello el encuentro que acuerdan verse de nuevo el próximo año en la misma fecha y en el mismo lugar. El filme va mostrando los reencuentros a la par que exhibe a la familia propiamente dicha también con toda naturalidad. La historia queda en veremos, ¿Se seguirán viendo para siempre? Y en el caso nuestro, ¿habrá cambios en nuestras vidas?