Teresa Gil
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Contra viento y marea, la reforma del Poder Judicial sigue adelante. Septiembre el mes de nuestra Independencia está dando sorpresas. Pese a los acontecimientos tristes que ha cobijado este mes, no sería justo clasificar de oscura una etapa tan llena de circunstancias aunque los hechos se hayan ensañado en el pasado. Y en este momento los opositores truenan Estos son días cuando el verano llega a su fin y las hojas otoñales vuelan para decirle adiós. Días en los que las cifras de nuestro presente y futuro se agudizan, cuando se presenta en la lucha, una fuerte competividad por el poder. Pero ante lo que pasa, viene lo prosaico: los panistas deben de andar corriendo al baño. Y don Alito también, después de la decisión del INE de no reelección. Muy diferente será el final de uno de los gobiernos más significativos que ha tenido México. Hay otro asunto que está en marcha, el de la no reelección de presidencias municipales et al, mecanismo que solo fue utilizado para seguir en el presupuesto sin que el pueblo tuviera ningún avance. Es buen intento y lo anterior con la reforma, el adecuar el derecho y modernizarlo de acuerdo a las necesidades. Pero la viejas historias siguen presentes y esas fechas históricas se plasman indelebles para mostrar el agravio que sufrió nuestra gente. Una de ellas el 26 de septiembre cuando desaparecieron a los 43 de Ayotzinapa.
AQUEL SEPTIEMBRE DE 1903 Y AQUEL OTRO DE 1847 QUE RECORDÓ NERVO
A mediados de septiembre todavía fluye el verano en algunos estados y fue por ello que el poeta Amado Nervo cuyo nacimiento fue celebrado el pasado 27 de agosto, aún enternecido por aquel suceso invasor que cercenó en 1847 la vida de los niños heroicos, escribió en septiembre de 1903, su famoso poema Los niños mártires de Chapultepec y eternizó la frase: Septiembre estaba en flor y ellos morían. Ciento setenta y siete años han pasado de aquella invasión gringa que tomó como blanco el Castillo de Chapultepec el 13 de septiembre. Seis cadetes, el teniente Juan de la Barrera y los alumnos del Colegio Militar, Juan Escutia, Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez y Vicente Suárez, fueron arrasados en su gesto heroico, por las tropas que comandaba el general Wilfred Scott. Por México uno de los grandes generales que despuntaron por la defensa, fue Nicolás Bravo. Al día siguiente de nuestra derrota, fue izada la bandera de Estados Unidos. Ahora, con cierto desgano, ante figuras pétreas, las autoridades han acudido a desgranar un discurso independiente que en la práctica no siempre se expresa. Estados Unidos sigue metiéndose en nuestro país. Acaba de hacerlo en lo relacionado con la reforma judicial. Cada vez dependemos más de aquel invasor mientras su bandera se mimetiza y las amenazas y las concretas agresiones se convalidan, como lo vemos con lo que está pasando en este momento en Culiacán, que según AMLO, puede ser una intervención gringa en relación al caso Mayo Zambada.
PERO SEPTIEMBRE SE ALZA EN LA ALEGRÍA, ANTE UN CAMBIO QUE YA OFRECE
México se viste de tricolor en este tiempo y el espíritu patriótico se instala contra toda discordancia. Las banderas, el grito, las campanas agoreras, un zócalo lleno en su momento, reflejarán el espíritu de aquel acto de un cura, que dio su vida para dejarnos su legado. Asunto que no parece importarles a los que se desgarran por conservar ese poder judicial tan exhibido en este momento. Incluir en esta reforma a personajes como los Yunes y a otros que se están apuntando, no es traicionar ninguna causa como es la de la oposición, que ya en si es traidora del pueblo. Es simplemente exhibir en determinado momento la coherencia que la propia doña Piña debería de tener, arrestos que de acuerdo a la ministra Yasmín Esquivel, están ausentes en su persona.