La calumnia crece porque hay un interés poderoso en Guerrero, sin presentar pruebas concretas.
Teresa Gil
laislaquebrillaba@yahoo.com.mx
La calumnia, el remake de William Wyler de 1961, llamada también La mentira infame, demostró la forma como una acusación falsa o no comprobada, puede servir a muchos propósitos ocultos, destruir carreras, reputaciones e incluso la vida. La obra y el guión de Lílian Hellman fue motivo, además, para que algunos medios se ensañaran en la posición de izquierda de la gran activista y escritora. El caso de Felix Salgado Macedonio es un ejemplo de como las acusaciones crecen como bola de nieve, cuando atrás hay un interés poderoso para impedir su llegada a la gubernatura de Guerrero. Las denuncias contra él presentadas 18 años después y en cuya intervención como defensora se menciona a la panista Patricia Olamendi, ex alta funcionara de Felipe Calderón, puede evidenciar donde está el detalle, como diría Cantinflas. Pese a que dichas denuncias no han sido resueltas en un juzgado, ya son de uso común de un vocerío sospechoso, en el que se encuentran demasiados que no podrían pasar el examen de la inocencia. Es la clásica salida de ¡al ladrón al ladrón!, en un entorno de machos y denostadores de mujeres, que hacen mutis sobre sus propias conductas. Es la hipocresía y la culpa revertida, para que el caído y señalado las incluya a todas; la vieja historia del chivo expiatorio o el público cordero que hay que crucificar. Lo mas vergonzoso es la forma como intelectuales, compañeros de Morena y otros que esgrimen su moral compensatoria, se lanzan a juzgar y convierten al guerrerense en la victima expiatoria exhibido en violador, como antaño la mejor arma era denunciar como lesbiana o gay.
LA RIQUEZA DE GUERRERO EN MEDIO DE GRAN POBREZA, MOTIVO DE CAMPAÑA
El escándalo que se ha creado en torno a Salgado Macedonio no es gratuito. Acapulco es uno de los principales puertos reconocidos a nivel mundial. Quizá por eso mucha gente de clase media y alta que se nutre de las bondades del lugar, han apoyado la campaña contra el candidato de Morena. Las tierras que rodean la gran bahía, han sido objeto de grandes negocios y arrebatiñas empresariales que saben el valor que representan. Y entre personajes siempre exhibidos de la derecha, está el abogado Diego Fernández de Cevallos, llamado jefe Diego, que se hizo en su momento de 53 mil 418 metros cuadrados que a principios de 2019 estaban valuados en 402 millones 825 mil pesos. En 2020 la población de ese estado era de 3 millones 541 mil personas, cuya pobreza ya se medía desde 2016 en más del 64 por ciento y ha aumentado. En 2019 con un gobierno priísta encabezado por Héctor Astudillo, los pobres y pobres extremos fueron de 2 millones 314 mil, el segundo estado más pobre del país, después de Chiapas con más de un millón en pobreza extrema. Su principal orgullo, el puerto, el municipio más importante de la entidad, está catalogado en su parte habitada por ciudadanía residente, en 66.5 por ciento de pobreza mientras a un lado, en la zona de la bahía, los derroches del turismo relumbran en los caros hoteles de origen extranjero. Lo que deja ese turismo en épocas normales no se refleja en el desarrollo de la entidad.
GOBIERNO DEL PRI EN 76 AÑOS Y NIÑOS QUE TRABAJAN DESDE LOS TRES AÑOS
El PRI ha gobernado el estado de Guerrero desde 1945, aunque ya lo había hecho con sus antecesores el PNR y el PMR desde 1928. Once gobernadores de todos los calibres han gobernado la entidad, caciques incluso como los Figueroa, apenas interrumpida esa gestión por 10 años de gobiernos del PRD que no ofrecieron ningún avance tampoco. La violencia y casos tan notorios como el de los 43 normalistas de Ayotinapa, se evidencian en este momento cuando la disputa de parte del PRI, PAN y PRD, contra Morena, se hace violenta y calumniosa para seguir buscando extraer lo mejor de ese estado. La pobreza en las zonas marginadas, aterra. En crónicas anteriores yo he denunciado la forma como niños de alrededor de tres años y más, acompañan a sus padres, casi siempre afromexicanos, por las playas de la bahía cargando cosas de las que vende la familia. Lo mismo he puntualizado de los muchachos y niños olvidados por gobiernos que pasaron por ahí y con más razón de los empresarios y hoteleros que succionan la riqueza que ofrecen el mar y el turismo. Centenares de niños ayudan a sus padres a procesar la amapola en la zona montañosa sur. México es el primer productor de goma de opio en el mundo y uno de sus principales importadores es Estados Unidos. Mientras, esos niños insertos en una actividad ilegal de la que viven miles de familias, ingresan en muchos casos al porcentaje de analfabetismo que tiene Guerrero, que en 2019 era de 10.1 por ciento, frente al 4.4 de porcentaje nacional. Eso lo dice todo y responde el por qué de la campaña tan acentuada de la oposición y aliados, contra la candidatura de Morena en Guerrero.
OBRA Y GUIÓN DE LILIAN HELMAN, LA CALUMNIA CONMOCIONÓ AL MUNDO
Wyler ya había hecho una versión de La calumnia ( en México se llamó La mentira infame) en 1936 y en 1961 hizo el remake con Audrey Hepburn y Shirley Maclaine. La activista de izquierda y escritora Lilian Helman, compañera del gran autor de novela negra Dashiel Hammet, hizo un guión que removió el conservadurismo hipócrita de los Estados Unidos de los sesenta, al referirse a una presunta relación homosexual entre dos mujeres. El señalamiento lo hace una niña molesta por castigos que le habían aplicado en el colegio, donde las dos maestras indiciadas daban clase. La chismosa niña denuncia lo que creyó de aquella relación y el pueblo de doble moral se escandalizó ante tal situación. Un caso de mojigateria lo calificó The New York Times, obra que sin embargo fue nominada dos veces al Óscar y ganó otros premios importantes. Esa mojigatería a la que se refiere el medio causó la tragedia de la película y con ella trató de dar una lección, no se sabe si de alerta o de restricción, el director Wyler. Bien se dice en una carta enviada por la lectora Rebeca González a El Correo Ilustrado de La Jornada el 19 de febrero, que antes los señalamientos se hacían para manchar reputaciones de políticos, tildándolos de homosexuales y ahora los tildan de violadores. Como se está haciendo con Salgado Macedonio, con fines políticos.