Teresa Gil
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Pues ahora resulta que 80 países que han expulsado irresponsablemente a su gente, se quejan de que México no los atiende bien. De limón la nieve. Son gobernantes que han permanecido en la oscuridad todo este tiempo, muy contentos porque tienen a un país que padece la desgracia de ser vecino de Estados Unidos. Felices se deben de sentir dichos gobiernos porque se desligan de miles que los rechazan y que prefieren sufrir todo tipo de desgracias, antes de permanecer en sus territorios. De alguna manera hay en estos, un desprecio a sus países, porque muchos y lo vemos en ciertos sectores de México, se aferran a sus sitios y los defienden pese a los problemas que hay en su entorno. Los únicos que tienen la razón son aquellos que están en situación de asilo o que por su posición extrema no pueden permanecer en lo que es su casa. El pobre México ahí está.
EXPULSORES HAN ESTADO AUSENTES, EN EL DILEMA DE SUS MIGRANTES
Alguno que otro gobierno expulsor de migrantes, aparece de vez en cuando en el panorama mientras su gente avanza por México. Pero la gran mayoría de los gobiernos, de otros continentes incluso, se han hecho los invisibles, mientras México ha cargado con el problema del transito y apoyo y ha discutido con el gobierno evasivo del vecino país, que ha terminado por entregar la carga al nuestro. Los datos dados a conocer por la Secretaría de Relaciones Exteriores señalan que la atención ha sido permanente y que en el regreso que necesariamente se da, tiene que hacerlo cuando el pase a Estados Unidos no se concreta. Ha habido, se informa, de 2020 a este año, 845 vuelos de retorno que implican inversión y gestión administrativa del propio estado. Esos vuelos se hacen con acuerdo de los migrantes y los países de envío, y la SRE los considera apoyo humanitario. Las leyes internacionales fijan cuales deben ser las atenciones elementales que se den a los migrantes, el tránsito, alimentación en ese lapso, atención por salud y techo. México los ha dado a multitudes.
NI EXPULSORES QUEJOSOS, NI MIGRANTES, TIENEN PROPUESTA DE SOLUCIÓN México, un país de casi 130 millones de personas con sus respectivos problemas, es respetuoso de la migración y del asilo a migrantes en peligro. Es de fama, se han escrito varios libros, y todos lo sabemos, su apoyo a españoles, sobre todo a niños en durante la guerra franquista y posteriormente a argentinos contra la dictadura, a chilenos contra el pinochetismo y otras nacionalidades. Pero nunca había tenido la masividad migrante de ahora, y con miles de personas que van en busca de mejor vida incluyendo en ese deseo a los países por donde pasan sin tomar en cuenta sus propios problemas. Del sector migrante no ha salido ningún proyecto en torno a sus respectivos países, porque tienen líderes, y de los 80 países que se mencionan como enojados y exigentes por la atención, ninguno se exhibe, ni propone algo en lo que se involucre su país. Todo se lo dejan a México. Este siempre ha tratado de dar el apoyo posible, si bien ante la masividad de miles y miles que han irrumpido en el país, puede darse algún problema, incluso decesos que se han investigado. Pero paradójicamente los gobiernos expulsores aparecen en escena cuando hay que quejarse de algún problema, pero no para plantear la solución del caso de esa migración, que tiende a aumentar.