Teresa Gil
laislaquebrillaba@yahoo.com.mx
La agresión al gremio, a la vida de comunicadores, a los principios más elementales del periodismo, han conseguido lo que muchos negaron -agarrados de la vieja teoría-, que el periodista sea noticia. Una noticia terrible, triste, agresiva. Y se logró, en horas lamentables además, que medios de diferentes sectores, algunos conspicuos, con periodistas mas reacios, se unieran para expresar su sentir en un documento singular, el BASTA YA. Más de 30 medios nacionales y alrededor de 15 internacionales, “unidos como una sola voz”. lanzaron la indignada protesta para denunciar “la ofensiva asesina” que se ha lanzado contra informadores de muchas partes del país con asesinatos, secuestros, agresiones físicas diversas y censuras y bloqueos informativos. “Hoy en México, -dicen los medios-, la impunidad, la corrupción, y, en especial el crimen organizado han puesto en riesgo una labor fundamental para la sociedad”. Cuando el tema se repite por días no está de demás reiterarlo. La información sigue vigente porque los últimos asesinatos, los de Miroslava Breach y Javier Valdez, así como la desaparición de Salvador Adame en Michoacan, están impunes. Como lo siguen aunque se hayan presentado presuntos culpables, los casos de Regina Martínez en Veracruz, de Rubén Espinosa asesinado en la colonia Narvarte junto con otras cuatro personas y Cecilio Pineda en Guerrero, entre muchos. Y al revisar a lo largo de los meses y años los casos de los periodistas ultrajados y salvajemente asesinados por criticar al poder cualquiera que este sea, la gran mayoría también sigue impune. La noticia como un ideal, siempre ha estado imbíbita en el verdadero periodista, que la concreta en un hecho externo, la busca, la consigue, la trasmite, la da y la promueve y aunque utiliza reglas que han ido cambiando, la deja florecer haciéndose a un lado. El sistema, como ahora lo hacen algunos de sus ramales, ha querido leerles la plana a ciertos medios, para decirles lo que es el periodismo e imponer reglas que violan la Constitución. La SEDENA lo acaba de hacer con el diario La Jornada. A lo largo de los años y en la variada literatura del periodismo mexicano se ha insistido en esa seducción oprobiosa de los poderosos para controlar a la prensa. Muchos cayeron en el garlito y hubo épocas en las que algunos empresarios y periodistas oficiales, entregaban las preseas el presidente en turno, “por permitir la libertad de expresión”. El BASTA YA avizora un cambio importante en el sector de la comunicación. De los libros que tengo a la mano, destaco el de Humberto Musacchio Historia Crítica del Periodismo Mexicano (Colección Kiosco octubre 2016) en el que se hace un recorrido desde las colonia a la época actual. El periodista sonorense, columnista de Excélsior, puntualiza al periodismo como una actividad eminentemente política cuya relación con el poder es difícil y cambiante. Y va delineando su transcurrir hasta arribar al cambio que experimenta el poder, cuando la prensa o ciertos sectores de ella, no se adaptan a su concepto de noticia. En el capítulo final del libro, Musacchio menciona los asesinatos y agresiones diversas a ese sector y la impunidad en la que los hechos han quedado. “Todos estos hechos evidencian -dice-, que el Estado mexicano ya es incapaz de garantizar el ejercicio de la libertad de expresión y de proteger la vida de los informadores”. Tal como lo estamos viendo y contra lo que se pronuncia el BASTA YA de una gran mayoría de la prensa mexicana.