Jorge Meléndez Preciado
Impresionante fue la despedida de Fátima Cecilia Aldriguetti Antón, la niña de 7 años que fue robada al salir de su escuela, Enrique Rebsamen, y que apareció asesinada en la alcaldía de Tláhuac. A pesar de querer dar explicaciones absurdas, las autoridades, todas, deben reflexionar a fondo acerca de este y otros hechos, como el sucedido hace poco con Ingrid, para no solamente tomar las precauciones de los casos, sino además llevar a cabo protecciones serias hacia las posibles víctimas, posibilitar que funcionen las denuncias y que la Alerta Amber sea algo real, importante, posible.
Hay una fotografía de la supuesta raptora de la niña, quien al parecer era una conocida en la escuela. Pero ahora se sabe que en 2015, hace cuatro largos años, se puso una denuncia por maltrato contra la pequeña y en 2017 sus tías reiteraron el asunto. Tiempo más que suficiente para hacer algo.
Se ha señalado que se cumplieron determinados protocolos del colegio, aunque ya sabemos que hay siempre maneras de burlarlos aquí y en otras partes. Así pues, es necesario invertir más en el cuidado de los infantes en escuelas públicas, no obstante que se restrinja las erogaciones en otros rubros.
La búsqueda de los chiquillos debe hacerse sin tanto burocratismo. Sabemos que las horas son importantísimas; que a muchas se les rapta para diversas acciones malévolas, incluida la sustracción de órganos; que a otras se les incorpora en acciones de criminales. La lista es interminable, pero es indispensable que la autoridad haga su chamaba y nosotros participemos en la medida de nuestras posibilidades. Sólo la acción común entre gobierno y sociedad puede modificar ese negro panorama.
En un portal del 18 de febrero encontramos ese día: la adolescente Marbella fue encontrada muerta en Baja California; Samara de 5 meses está desaparecida, igual situación padecen Joshua de 4 años y Melanie de 6 (Sin Embargo). Galería del horror.
También supimos que la Fiscalía de Oaxaca ofrece un millón de pesos de recompensa para ubicar al ex diputado, Juan Antonio Vera, quien roció de ácido la cara de la saxofonista, María Elena Ríos. El acto cobarde se realizó el 9 de septiembre y es hora que no aparece el tipejo. Es más, otros cobardes ha mandado amenazar a los familiares de la artista.
De 2015 a 2019 los feminicidios aumentaron en 111 por ciento. Aunque se tipificaron como tales a 726 y dos mil 17 fueron considerados homicidios dolosos (Salvador García Soto, El Universal 18 de febrero). Es decir, cambiarle el nombre a los atropellos infames no conduce más que a tratar de maquillar algo evidente: las mujeres son los blancos preferidos de muchos que de manera criminal las vejan o matan.
La especialista Catalina Pérez afirma, basada en un estudio de Enpol: 41 por ciento de las detenidas por la secretaría de Marina son violadas, en tanto eso sucede con el 21 por ciento de ellas cuando las detiene el ejército, algo que sólo ocurre (la violación) en el cinco por ciento de los varones.
Clarísimo. Las más desprotegidas son ellas, en todas partes, ya sea como ciudadanas o como posibles delincuentes.
Un hombre con apariencia de narco o policía Federal, que se siente “El Rey”, esa famosa canción mexicana, se ufana del machismo y tiene un tatuaje que dice 98 por ciento de impunidad. Trazó acertado y preciso del caricaturista Palomo.
Las muchachas que protestaron por el asesinato de Ingrid, también señalaron que rotativos como La Prensa y Pásala ya no continúen revictimizando a las féminas sacando sus fotos al ser destrozadas. Pero hay otros como El Metro y Basta donde también vemos escenas que mueven a la angustia, el rechazo, la indignación por hacer la apología de los criminales y la violencia. En la gran mayoría de los casos con la complicidad de los policías, trabajadores de juzgados y agentes aparentemente del orden. La descomposición a todo lo que da.
Por cierto, la madre de Fátima acusó frente a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, a un señor de nombre Alán Herrera de estar detrás del asesinato, no obstante que él no se la llevó de la calle. Pero es necesario abordar a fondo todas las investigaciones ya que es frecuente que por unos cuantos pesos muchos se corrompan.
Al decir de Redim, en 2018 hubo 3, 752 mujeres asesinadas y entre ellas mil 463 menores de edad. Diez cada día y de esa cifra tres menores, cuando menos.
Todo esto, sin duda, ha traído una revuelta de muchachas en diferentes lugres, especialmente la UNAM. Y en ocasiones no han sido tan civilizadas, propositivas y lúdicas como las chilenas que crearon la melodía: Un violador en tu camino ni como la cantante Mon Laferte, que al recibir un premio mostró sus senos pintados con un lema contra el machismo.
Pero de eso a que la señora Yeidckol Polevnsky les pida más creatividad en sus marchas a las chavas, en tanto son ignoradas, despreciadas y apaleadas incluso en la familia donde hay un verdadero infierno, es cómico. Más porque Morena ha ignorado todo y deja que sean Andrés Manuel y/o Claudia Sheinbaum quienes lidien con la bronca.
Algunas instituciones dicen que para ir frenando y reduciendo esa terrible calamidad hay que reunir todos los datos (de violencia y juzgados), controlar las armas (algo que en la Ciudad de México se ha realizado hace tiempo y hay un programa al respecto, encabezado por Rosa Icela Rodríguez), atacar la violencia familiar y desmilitarizar la seguridad pública.
Ojalá realmente cuidemos a nuestras hermanas de tragedias y dolor, ya que si lo logramos tendremos una sociedad más armónica.
jamelendez44@gmail.com
@jamelendez44