jueves, marzo 28, 2024

LA VIDA COMO ES…: Represión financiera

De Octavio Raziel

Como casi todos los países, civilizados o casi civilizados, México enfrenta a los cuatro modernos Jinetes del Apocalipsis: El armamentismo, que implica violencia sin freno; la drogadicción en constante aumento; el costo de la salud y el cambio climático. Contra ninguno de ellos hemos podido. El Estado, el gobierno o, como usted quiera llamarlo, ha sido cooptado por empresarios y/o mafiosos.

         La vuelta de timón del dúo Reagan/Thatcher, en su momento, provocó el fortalecimiento de un neoliberalismo creciente donde el ingreso nacional está en manos de unos cuantos, mientras que la participación en el trabajo, sueldos o salarios es menor. Vivimos momentos de un “populismo multimillonario”.

         Pasamos por momentos de represión financiera (fuck the bankers) donde los ricos absorben la mayoría de los beneficios del crecimiento y los salarios reales de los trabajadores se han estancado o incluso han disminuido.

         Noam Chomsky dijo que, en su momento, había esperanzas para el mundo, “se tenía la idea de que juntos se podía vencer a la crisis. Y eso se ha perdido. Ahora vivimos la sensación de que estamos solos, de que no hay nada que hacer, de que el Estado está contra nosotros…” (El País.es)

         Ciertamente, la gente lleva una vida precaria con trabajos cada vez menos remunerados, peores cada día. Pobreza, esperanza de vida, alimentación, libertades disminuidas, si no es que anuladas. Las actuales generaciones saben que van a vivir peor que sus padres; que no podrán comprarse una casa, que no tendrán estabilidad social en medio de una mezcla de enfado, miedo y escapismo.

         El ser humano, a través de la prensa escrita (amarillista) luego por la televisión y ahora por las redes sociales ha ido incrementando su adicción a las malas noticias, hacerse inmune a la sangre, a la crueldad. Los medios de comunicación sirven sólo a los intereses del gobierno en turno y el pueblo ha vuelto la mirada hacia las redes, las que también han caído en la manipulación del Estado.

         Mientras escucho “El bueno, el malo y el feo”, interpretada por la Danish National Synphony Orchestra, me pregunto si hay esperanza para este México en donde los viejos han perdido el rumbo de la política y los jóvenes la confianza. No hay mensajes claros, sólo insultos, memes, chistes baratos bañados en mierda que se lanzan unos a otros, No hay una propuesta que dé una luz al final del túnel.

         Chomsky publicó hace unos días: “claro que hay esperanza. Aún hay movimientos populares, gente dispuesta a luchar”; aunque la gente ya no cree en las instituciones, añade.

         En su más reciente libro, Réquiem por el sueño americano (editorial Sexto Piso) denuncia la obscena concentración de la riqueza y poder que exhiben las democracias occidentales. Recuerda la época de la depresión norteamericana, cuando, ciertamente había crisis, pero también esperanza, unidad entre las familias y confianza en el sistema. Hoy, los pueblos están solos contra gobiernos a los que ya han absorbido fuerzas ajenas.

         Moisés Naím ha señalado que la democracia está rota, que hay que buscar instrumentos para repararla. Sin embargo, hay quienes se las han arreglado para “secuestrar” a las instituciones del Estado.

         Ante el saqueo que ha sufrido México en los últimos sexenios, el siguiente paso será, seguramente, apretar más las tuercas en beneficio de los inversionistas recortando los servicios. La pregunta sería: a quien beneficiarán si se recortan (aún más) carreteras, hospitales, agua potable, ambientes respirables.

         Se ha escrito que “la represión financiera ha demostrado beneficios históricamente. Al limitar las ventajas de la riqueza existente, disminuye la desigualdad y aumenta la movilidad social. Al forzar a los inversores a comprar bonos a tasas inferiores a la inflación, la represión financiera subsidia la inversión, lo que inevitablemente estimula el crecimiento”

         Sin embargo, sigo en la duda de si la “liberación financiera” podría ser la mejor alternativa. ¿Abolir el dominio de los ya ricos sobre la política pública nos libraría del resto de nosotros?

         Como se lee en el frontispicio del Infierno (Dante)

         Perded toda esperanza

 

Para entender nuestro momento y tratar de adivinar nuestro futuro les recomiendo:  Noam Chomsky (Filadelfia, 1928) Moisés Naím (Libia,1952) Javier Marías (Madrid 1951) Rosa Montero (Madrid 1951) Manuel Vicent (Castellón 1926) San Compadre (Coahuila,1942) y Evonomics, (Represión financiera).

Artículos relacionados