Guerra caliente y guerra fría
Por José Luis Camacho.-El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum levanta las banderas blancas de la paz ante un irascible gobierno imperial del republicano Donald Trump. Al emperador le irritan hasta el paroxismo, observar las banderas mexicanas desplegadas durante las marchas y manifestaciones de protesta por las despiadadas redadas contra trabajadoras y trabajadores mexicanos sin papeles, en las ciudades santuarios, iniciadas en Los Ángeles.
La presidenta mexicana se ufana en dar una imagen de normalidad con las embestidas de Trump a su gobierno y ahora a la población indocumentada mexicana. A Trump no le interesa coordinarse ni colaborar en lo que la presidenta Sheinbaum le ha propuesto en todos los temas de la relación bilateral política y comercial. La agenda del dictador de la Casa Blanca es otra: expandir su dominio político y económico con la mano derecha en las Doctrinas Monroe del Destino Manifiesto.
Trump es implacable. Es un experto en desatar las campañas de odio, hace de ello su el pilar para sembrar el miedo y llevarla a dimensiones semejantes a las que Hitler desarrolló contra la población judía o las de Pol Pot en Camboya o Stalin en la extinta Unión Soviética contra sus disidencias.
El último zarpazo al gobierno del segundo piso de la cuarta transformación de la República son las despiadadas y crueles redadas masivas de la población mexicana sin papeles en las ciudades santuarios, como Los Ángeles.
Trump está decidido a ahorcar a México con un grueso expediente de presiones. En esta última etapa son las brutales persecuciones de poblaciones mexicanas efectuadas por sus servicios de inmigración protegidos por los despliegues de guardias nacionales y marines.
La estrategia del emperador y de su procónsul en México, el espía de la CIA, Ronald Johnson , desdobla una política de guerra caliente y guerra fría que desconcierta al gobierno de la segunda etapa de la 4T. Por un lado sonríe al gobierno mexicano y por la otra lo apalea.
Trump habla maravillas de la primer mujer presidenta de México de sus ocho conversaciones con la Doctora en Física. Pero en los hechos lanza sus misiles a través de los reclamos de frenar las corrientes migratorias, la aplicación de aranceles, disputas por el tratado de agua del río Colorado, los bloqueos a las exportaciones de ganado mexicano, las exigencias de enviar en caliente a narcos mexicanos que ya ha cumplido México; la exigencia de supervisar con su fuerza militar la guerra contra el narcotráfico, y ahora atacar el corazón de México con las redadas de trabajadoras y trabajadores mexicanos migrantes e inmigrantes.
A este escenario de presiones se suma un cable de la agencia británica Reuter con una solicitud del gobierno del emperador de investigar una relación de personajes políticos mexicanos presuntamente involucrados con el narcotráfico, que la propia presidenta ha desmentido junto con su cancillería de que no existe tal petición. Es una “fake news”, dijo en una mañanera la presidenta Sheinbaum.
Reuters no es cualquier agencia, es la más antigua del mundo, su origen está en el siglo XIX. Es una de las agencias a las que recurre Trump para difundir sus noticias.
Ya desde el sexenio pasado el gobierno de Morena, desde los demócratas, ha estado en la mira de la Casa Blanca sobre las presuntas relaciones de hasta el propio expresidente López Obrador con el narcotráfico para colocar en un callejón sin salida a la 4T. Narcopresidente o narcopresidenta, fueron frases apócrifas de los robots más recurrentes en la última campaña presidencial de 2024.
Ahora la presidenta está sentada en un polvorín de coacciones. En el peor de los escenarios la presidenta está en ceder o no en su política de coordinación y colaboración a la mayor demanda de Trump: aceptar la intervención militar estadunidense contra el narcotráfico dado su visión de que parte del país es gobernado por los cárteles. Sinaloa la colocan como su ejemplo avasallador.
El motivo ideal para lanzarse al cuello de la presidenta fue por aconsejar a la población trabajadora mexicana enviar cartas a la Cámara de Representantes y al Senado quejándose del impuesto del 3 o 5 por ciento a las remesas, que representan el primer renglón de ingresos del Estado mexicano. Se desatan una red de falacias de que indujo las manifestaciones anti Trump en Los Ángeles.
En las conferencias del pueblo la presidenta Sheinbaum trata de representar un gobierno que trabaja con normalidad. Durante la del viernes 13 de junio su secretaria de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora, presenta un optimista y ambicioso plan hasta el 2030 para captar visitas extranjeras, desde luego durante el campeonato mundial de futbol de 2026 que tendrá como sedes tres ciudades mexicanas, y de los Estados Unidos y Canadá. Un campeonato mundial de la FIFA 2026 en tres países en discordia.
Todo un plan turístico para 2026 mientras se hace previsible en un partido entre las selecciones mexicanas y de República dominicana, a efectuarse este sábado 14 de junio en un estadio de Los Ángeles, asoma el temor de una baja asistencia de fanáticos mexicanos por las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
En sus ocho meses de gobierno la presidenta ha recibido las visitas de Kristi Noem, la jefa de seguridad nacional de Trump, quien llegó a México con la espada desenvainada y ha sido la principal acusadora de que Sheinbaum promovió las expresiones violentas en las protestas contra las acciones de la ICE.
La última reunión fue con Christopher Landau, subsecretario de Estado, antes procónsul en México, quien personalmente canceló la visa a una consejera de Morena, Melisa Cornejo, por difundir un mensaje escatológico contra su gobierno. El temor de perder visas alcanza a Luisa María Alcalde, la líder de Morena, quien se deslindó rápidamente de la opinión de su consejera.
No hay ninguna normalidad en México. Un gran mayoría de las familias mexicanas reciben los beneficios de las remesas. En 2024 México 64 mil 745 millones de dólares y cuatro millones 495 mil 526 familias, las beneficiadas. Es el primer renglón de la economía, le siguen el petróleo y luego el turismo. La vida de un mínimo de bienestar a esas familias por esas remesas está en juego.
La mayoría de los mexicanos tenemos parientes en las ciudades y campos estadunidenses, sean California, Nueva York, puebla York, le dicen; Illinois, Florida, Texas, Nuevo México. En general no hay un estado de Estados Unidos donde no existan asentamientos de familias mexicanas que huyeron de su país en busca de un futuro menos sórdido para sus nuevas generaciones.
Ante las redadas y repatriaciones el gobierno morenista despliega una débil respuesta de una estrategia llamada “México te abraza”, con la que el gobierno de la IV arguye que dará un recibimiento con empleo a los brutalmente desplazados de sus familias y de sus empleos por las andanadas de persecución que comanda Kristi Noem vestida de militar.
En la última sesión de la Comisión Permanente del Congreso Mexicano a la que asisten miembros de las Senaduría y de la Cámara de Diputados, unos y otros, opositores y gobiernistas, se lanzan discursos incriminatorios. Se enfrascan en ociosos e inútiles debates. Desde el inicio no hay puentes de entendimiento. Se culpan de lo que se hizo o no se hizo en sus gobiernos, mientras en Los Ángeles el terror invade las zonas habitacionales de la población de origen mexicano en un estado santuario gobernado por un demócrata atado de manos.
Los partidos de Morena, Verde, del Trabajo, Movimiento Ciudadano, Revolucionario Institucional, Acción Nacional son tan pueriles que les preocupa más el enojo sus contrapartes en la Cámara de Representantes y del Senado en Washington y de Trump, o que les cancelen las visas y no puedan ir ya a Disneylandia o a la fayuca, que defender los derechos humanos, civiles y laborales de nuestros compatriotas en el imperio del norte.
“Donde hay un migrante está la patria” dijo el senador panista Miguel Márquez Márquez, exgobernador de Guanajuato, uno de los estados más violentos del país por el crimen organizado y expulsor de migrantes, en un tono entre demagogo y un arranque de aparente sentido patriotismo en la sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
Así estamos en el México del siglo XXI en su tercera década.