WASHINGTON, D.C.- La administración Trump está promocionando una ofensiva contra la inmigración que incluye poner a inmigrantes encadenados en aviones militares estadounidenses, ampliar los arrestos de agentes a personas que se encuentran aquí ilegalmente y abandonar programas que otorgaban algunos permisos para quedarse.
Una herramienta que brilla por su ausencia en los esfuerzos del presidente Donald Trump para reducir la inmigración ilegal es perseguir a las empresas que contratan a trabajadores que están ilegalmente en Estados Unidos.
Un sistema gubernamental de casi 30 años llamado E-Verify facilita verificar si los empleados potenciales pueden trabajar legalmente en los EE. UU.
De acuerdo con la agencia AP, el programa ha tenido patrocinadores de alto perfil. El Proyecto 2025, el proyecto de extrema derecha para el segundo mandato de Trump, exigía que fuera obligatorio.
Sin embargo, sigue siendo en gran medida voluntario y rara vez se aplica. Los propios hoteles y campos de golf de Trump tardaron en adoptar E-Verify.
El debate sobre la aplicación de las leyes en los lugares de trabajo es, en muchos sentidos, un reflejo de las complejas opiniones de Estados Unidos sobre la inmigración, su dependencia económica de la mano de obra inmigrante y una división republicana que está surgiendo silenciosamente.
“Hay un límite a la cantidad de personas que se pueden detener y deportar” que son criminales o fugitivos, dijo Mark Krikorian , director ejecutivo del Centro de Estudios de Inmigración, que aboga por una reducción de la inmigración y tiene estrechos vínculos con la administración Trump. “Para lograr una reducción profunda de la población ilegal, se debe hacer al menos en parte a través de la aplicación de la ley en el lugar de trabajo”.
La orden de Trump que declara una emergencia nacional en la frontera sur utilizó términos oscuros, describiendo un país en caos debido a una “invasión” de inmigrantes. Ha vinculado la inmigración ilegal con el crimen violento y afirmó que los países están vaciando prisiones, instituciones mentales y “manicomios” para enviar gente peligrosa a Estados Unidos.
La realidad es a menudo mucho más prosaica. Muchos inmigrantes que viven aquí ilegalmente trabajan . Arreglan techos y automóviles, colocan paneles de yeso y administran hoteles. Se aseguran de que los compradores tengan lechuga, leche y manzanas.
AM.MX/fm