domingo, junio 30, 2024

“La inteligencia debe prevalecer sobre la insensatez”

Rajak B. Kadjieff / Moscú, Rusia

*Helsinki vs. Yalta, dos visiones de Timothy Garton Ash.
*Pekín no quiere a Moscú débil, ni que Occidente se fortalezca.
*Ese es el efecto que ha tenido la guerra en Ucrania.
*El conflicto bélico y el rediseño del mapa financiero mundial.
*El legítimo derecho de Ucrania de incorporarse a la OTAN.

Algunos observadores de China creen que Pekín intentará desafiar el dominio del dólar como moneda de reserva al crear una zona distinta del yuan como un espacio alternativo en la economía global que puede protegerse de cualquier intento futuro de Estados Unidos de sancionar a la nación más poderosa de Asia.
“Eso y la guerra de Putin, por tanto, podrían rediseñar el mapa financiero internacional; pero, sobre todo, esa es una guerra que enfrenta a las democracias del mundo contra los regímenes autoritarios, y también es una guerra entre dos concepciones en conflicto de las reglas por las cuales deben funcionar las relaciones internacionales”.
Así se expresa Timothy Garton Ash, internacionalista de Oxford, analista de los más prestigiados medios de comunicación del mundo, quien dice que estas dos visiones globales se pueden expresar de forma abreviada con dos palabras: Helsinki vs. Yalta.
En Yalta, en 1945, Iósif Stalin, Franklin Roosevelt y Winston Churchill diseñaron la Europa de la posguerra mediante “esferas de influencia”: la mayor parte del Este para Rusia, el Oeste para la alianza atlántica que se dedicaría a reconstruir las democracias europeas.
“Helsinki”, por el contrario, describe una Europa de estados soberanos independientes, cada uno de los cuales es libre de elegir sus propias alianzas, algo que surgió del Acta Final de Helsinki de 1975 y evolucionó gradualmente hasta convertirse en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.
Los defensores de Ucrania luchan por Helsinki. Putin ha enviado a sus tropas para imponer una versión moderna de Yalta, que acabaría con la independencia de Ucrania y la dejaría bajo el dominio ruso.
Garton Ash argumenta que Occidente ha sido demasiado tímido al defender los valores de Helsinki, que ha reconocido formalmente el legítimo derecho de Ucrania a incorporarse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en una fecha no especificada en el futuro sin tener la intención de que esto suceda.
Sin embargo, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha señalado su disposición a comprometerse con los principios de Helsinki, al aceptar abandonar la ambición de Ucrania de convertirse en miembro de la OTAN.
Con todos los riesgos que ello conlleva ¿aún puede ser el precio que Ucrania pague por la supervivencia de su condición de Estado?, se le cuestiona al politólogo
“Una generación creció con el terror existencial de la amenaza de la aniquilación nuclear. El conflicto ha devuelto ese miedo a la conciencia pública. Putin ha amenazado con utilizar el arsenal nuclear de Rusia. Eso hace que este sea el momento más peligroso desde la Crisis de los Misiles de Cuba de octubre de 1962”.
-La Unión Soviética envió misiles nucleares a Cuba, su aliado. Estados Unidos reunió una flota de barcos para montar una invasión marítima de la isla…
“Lo que los estadounidenses no sabían es que los soviéticos no solamente tenían misiles estratégicos de largo alcance. También tenían misiles nucleares tácticos más pequeños, las llamadas armas nucleares de campo de batalla. Y esa doctrina militar soviética delegó la toma de decisiones de primer uso a los comandantes en el terreno”.
Se le comenta si la amenaza de invasión hubiera seguido adelante, habría desencadenado un intercambio nuclear.
“El entonces secretario de Defensa estadounidense, Robert McNamara, solo se enteró de esto cuando se abrieron los archivos soviéticos en 1991. Solo entonces comprendió cuán cerca había estado el mundo de la catástrofe”-
Garton Ash cuanta que, en una notable película llamada “Niebla de guerra: once lecciones de la vida de Robert McNamara”, éste explicó cómo el mundo había evitado destruirse a sí mismo. ¿Fue una diplomacia hábil? ¿Liderazgo sabio? No.
“Tuvimos suerte, y esa experiencia tan amarga y casi trágica, que ahora se desvanece de la memoria, debería hacernos reflexionar sobre lo que pudiera ocurrir, si la insensatez prevalece por encima de la inteligencia”.

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