LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- El cine siempre ha sido un escaparate para promocionar productos, con numerosas empresas invirtiendo millones para que las estrellas de Hollywood luzcan sus marcas en las superproducciones taquilleras y aumentar su prestigio y ventas.
Ocurre con frecuencia en franquicias como James Bond, donde no hay compañía de moda, accesorios o autos que se resista a que el agente más elegante, carismático y perspicaz de la cultura popular luzca sus trajes, zapatos, relojes, gafas o vehículos en películas de gran difusión.
Sin embargo, también lo vemos en el género de acción con mercados tan controvertidos como el de la venta de armas, en el que interesa que iconos fortachones como Clint Eastwood, Arnold Schwarzenegger, Bruce Willis o Sylvester Stallone luzcan determinadas marcas de pistolas, revólveres o escopetas para incentivar su compra, señala el artículo escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
Dado lo peliagudo que es adentrarse en este terreno, que puede generar un problema de imagen por relacionar a estudios y películas con el fomento de la violencia en el mundo real, no suele ser tan visible. Sin embargo, en los años ’70, un clásico de Clint Eastwood revolucionó por completo la promoción de armas en la gran pantalla con una frase que hizo que los fabricantes y vendedores de armas movieran cielo y tierra para lucir sus productos en el cine.
Ocurrió con Harry el Sucio, la cinta que Eastwood protagonizó en 1971 bajo la dirección de Don Siegel y que dio pie a una de las franquicias más míticas del cine de acción. Su historia, la de un policía de San Francisco con métodos duros de trabajo, llevó al actor a uno de sus registros más intimidantes, haciendo que con una mera mirada intensa y pistola en mano quedáramos prendados de su potencia interpretativa y de este clásico del policiaco, que se expandió hasta con cuatro secuelas.
Por ello, cuando Eastwood desenfundó su arma en una escena, apuntó a un matón y pronunció la frase “esta es una Magnum 44, la pistola más poderosa del mundo”, muchos espectadores, tentados por el carisma del personaje, salieron de las salas buscando tener este mismo accesorio en su colección. La consecuencia: un terremoto en el mercado armamentístico que esta industria trató de repetir con otros productos a través de multitud de clásicos protagonizados por los grandes héroes de acción.
Según informaba un artículo de 1999 del Baltimore Sun sobre la relación entre Hollywood y las armas, la “Smith & Wesson Modelo 29: 44 Magnum”, la pistola que portaba el actor, era un producto relativamente desconocido.
Se empezó a fabricar en 1955 y en varias ocasiones se planteó descatalogar el modelo por las bajas ventas. Sin embargo, la frase del detective Harry Callahan lo cambió todo. De la noche a la mañana, los negocios tuvieron problemas para mantener el stock y los beneficios que generó producto se dispararon por las nubes.
Los héroes de acción se sumaron al movimiento de Eastwood
El fenómeno se repitió con sus secuelas. El título de la primera, Magnum Force en Estados Unidos y Magnum 44 en Latinoamérica, recalcaba esta intención.
Además, cuando en Impacto Fulminante, la cuarta entrega de la franquicia que dirigió el propio Eastwood, el actor portó un modelo descatalogado llamado AutoMag, se despertó un movimiento por traerlo de vuelta a las tiendas pese a llevar tiempo fuera de producción. Aunque más llamativo es cómo se emuló esta estrategia con otras armas que se comercializaban por aquel entonces, como con otra pistola llamada Desert Eagle.
También desarrollada por Magnum, fue presentada en 1984 y desde su lanzamiento se planteó para promocionarse en películas de Hollywood. La han portado Jean-Claude Van Damme, Bruce Willis, Sylvester Stallone o Arnold Schwarzenegger en multitud de cintas como El protector, Infierno rojo, El último gran héroe, Rambo III, Riesgo total, El demoledor o Doble Impacto.
Acorde a la información que publicó Baltimore Sun, se usó hasta en 40 títulos e hizo que año tras años los beneficios de la empresa fueran en aumento, incluso una década después de su lanzamiento. Por ejemplo, se cita que en 1996 se vendieron 1.960 unidades frente a las 969 del año anterior.
Además, el medio apunta que aquellos que la compraban lo hacían principalmente por tener un objeto portado por una estrella de Hollywood y no tanto por su utilidad práctica, puesto que se trataba de un arma bastante engorrosa.
“Lo que ha sucedido es que un arma que fue diseñada como objetivo y/o arma de caza ha sido adoptada por la industria cinematográfica y convertida en una pistola estrella del tipo malo”, comentaba Rick Washburn, quien lidera una empresa en Nueva York especializada en utilería armamentística para cine y televisión. “Aquí tenemos un arma que tiene muy poco uso práctico. Es demasiado grande y pesada. No hay mucho mercado para la caza con pistola, así que yo diría que el éxito de esa arma en particular se debe casi todo a las películas”.
Puede que desde el inicio del cine haya habido muchos héroes, gánsteres y villanos que portaran armas y despertaran en los espectadores la tentación de equiparse con sus mismos accesorios, pero en los años 70, con la llegada del concepto del blockbuster y una visión más amplia del producto cinematográfico, Clint Eastwood hizo historia al ejemplificar las múltiples posibilidades de usar el cine como escaparate de venta y tejiendo una prolífera relación entre el mercado armamentístico y la meca del cine.
AM.MX/fm