viernes, abril 25, 2025

La Fed bajo presión política

NUEVA YORK.- La Reserva Federal de Estados Unidos ha estado en el centro de atención recientemente, una posición que probablemente esta institución preferiría evitar. Visto desde la dirección futura de la política monetaria hasta la posibilidad de que el presidente de la Fed, Jerome Powell, sea destituido, se trata de factores que complican aún más la incertidumbre que predomina en los mercados. Para empezar: ¿puede el presidente Trump destituir a Powell como presidente de la Reserva Federal? Trump ha estado amenazando con ello desde hace tiempo. No es la primera vez que lanza este tipo de advertencias. Ya durante su primer mandato expresó abiertamente su intención de retirar al presidente de la Fed, aunque nunca llevó esa amenaza nunca se materializó.

Trump ha solicitado a la Suprema Corte que avale su decisión de destituir a integrantes del consejo de otras entidades autónomas, como la Junta Nacional de Relaciones Laborales y la Junta de Protección del Sistema de Méritos. Esta medida desafía directamente un precedente legal en vigor desde hace 90 años que limita al poder del Ejecutivo para despedir a integrantes de agencias independientes, salvo en casos de negligencia o mala conducta. Si ese precedente se revoca, Trump tendría más margen para despedir a Powell. En tanto, ya inicio procedimientos para cesar a otros líderes de organismos federales como la Comisión Federal de Comercio y la Comisión Federal de Elecciones, medidas que actualmente enfrentan recursos legales en tribunales inferiores.

Si unimos los puntos, retirar legalmente a un integrante de estas agencias podría derivar en una acción similar con el presidente de la Fed. Powell ya respondió, subrayando que su destitución no está permitida por ley y que los casos actuales ante la Suprema Corte no aplican a la Reserva Federal. El tiempo dirá. Y si esto llega a suceder, también habrá una fuerte resistencia política.

En lo que respecta específicamente a la remoción de miembros de la junta de gobierno de la Fed, el lenguaje aplicable se encuentra en la Sección 10 de la Ley de la Reserva Federal, que establece que cada miembro ocupará el cargo durante 14 años, salvo que el Presidente lo retire por causa justificada. No hay una referencia explícita al presidente de la Junta de Gobierno y la definición de “causa justificada” queda abierta a interpretación.

En casos anteriores se ha interpretado dicha “causa” como ineficiencia, negligencia en el cumplimiento del deber o mala conducta. El argumento de Trump gira en torno al Artículo II de la Constitución, que otorga al Poder Ejecutivo la facultad de destituir a miembros de agencias independientes para asegurar la correcta ejecución de las leyes.

En la historia hay precedentes, como cuando la Suprema Corte limitó en 1935 el intento del presidente Roosevelt de destituir a un comisionado de comercio. El fallo estableció que el Ejecutivo solo puede cesar libremente a funcionarios pertenecientes estrictamente al poder ejecutivo, y no a los que dirigen entidades autónomas a cargo de la regulación o adjudicación. Dejemos a los juristas debatir los precedentes, aunque vale recordar que las decisiones de la Fed se toman por medio del voto. Despedir al presidente altera dicho voto.

La pregunta más importante es si el presidente de la Fed debe ser destituido. La clave es la incertidumbre y la credibilidad. Con una cada vez más probable recesión en el horizonte y alta volatilidad en los mercados bursátiles, lo último que necesitan los mercados es más incertidumbre. Hasta ahora, el mercado de bonos ha reaccionado negativamente a los ataques recientes contra la independencia del Banco Central, lo cual ha moderado el tono político. Si Trump llegara a destituir a Powell, podríamos ver un alza en las tasas de interés, ante un reacomodo de expectativas inflacionarias y una prima de riesgo más alta por la inestabilidad institucional.

El golpe a la credibilidad de cualquier futuro presidente de la Fed sería incluso más perjudicial. El daño a esa credibilidad probablemente elevaría consistentemente las expectativas de inflación. La intervención política en la política monetaria puede provocar ciclos de auge y caída que conducen a una economía menos estable y con mayor inflación. Sobre estimular la economía para conseguir metas políticas de corto plazo suele generar beneficios efímeros no sostenibles y, a la larga, dejan presiones inflacionarias que afectan las perspectivas de crecimiento económico a largo plazo. La banca central opera con base en un principio fundamental: la confianza. Y esa confianza es en función de la credibilidad.

El compromiso de mantener una inflación baja a largo plazo es vital, ya que ancla las expectativas inflacionarias y limita tanto la demanda de un aumento salarial como los precios. Si se rompe esa confianza, las expectativas cambian, impulsando presiones inflacionarias y demandas de aumentos salariales y de precios. Despedir a Powell sin causa legal pondría en riesgo ese círculo de confianza. Y una ruptura en esa confianza puede derivar en una pérdida de credibilidad y confianza con consecuencias potencialmente desastrosas.

Entonces, ¿qué podemos esperar de la Fed en su reunión del 7 de mayo? Para empezar, la situación es compleja. Leer los datos es un desafío, ya que los efectos de los aranceles, migración y contracción del gobierno distorsionan las tendencias subyacentes. Hacer cualquier pronóstico implica altos márgenes de error debido a la gran variabilidad de los posibles resultados.

En comentarios recientes, Powell menciona que la Fed quiere ver el impacto de los aranceles antes de ajustar las tasas. Pero esto se complica aún más por la incertidumbre sobre la política comercial de la Casa Blanca, que cambia constantemente. Tomar decisiones con base en aranceles anunciados que después se renegociarán puede ampliar el margen de error en la política.

Dado el aumento en la volatilidad y la reacción de los mercados financieros (tasas al alza, mayores diferenciales de crédito, caída del mercado de valores), es claro que las condiciones financieras se han endurecido en el margen. Sí, hay un argumento a favor de recortes preventivos a la tasa de referencia. Esperar a ver los datos puede implicar rezagarse con respecto a la curva.

En su intervención más reciente en Chicago, Powell señaló que los efectos de los aranceles serían mayor inflación y menor crecimiento. No es un escenario ideal y representa un contexto desafiante para la política monetaria. También reiteró que la Fed no tiene prisa por recortar las tasas, un asunto que repite en varias ocasiones. No se espera un recorte en la reunión de mayo, pero la probabilidad de recortes en reuniones posteriores va en aumento.
AM.MX/fm


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