jueves, mayo 29, 2025

La Espinita

Andy S. K. Brown

 

¿Ya sabe usted como apodan a Sheinbaum?

Desastre en Exportadora de Sal por descuido

Brugada, ausente ante bloqueos de la CNTE

No ha habido Presidente de la República a quien la opinión popular no haya bautizado con un apodo.

Antonio López de Santa Anna, era El Quince Uñas, por haber perdido un brazo, que si no…

Fernando Benítez puso a Venustiano Carranza el mote de El Rey Viejo.

Álvaro Obregón era El Manco de Celaya.

Plutarco Elías Calles recibió el mote de El Turco.

El Nopalito le decían a Pascual Ortiz Rubio.

Vicente Lombardo Toledano fue un gran sacerdote de los entresijos políticos. Ponía los remoquetes exactos. Lo mismo llamaba El Narciso Negro al entreguista Ezequiel Padilla, que Cachorro de la Revolución al ungido Miguel Alemán Valdés, que lo había derrotado en las tenebras palaciegas. O Primer Obrero de la Patria, al charro Fidel Velázquez.

Es probable que haya salido del mismo portafolios el apodo para Manuel Ávila Camacho, su compañero de primaria en Teziutlán, como Mofletudo, y el de Adolfo Ruiz Cortines, el viejo pagador del ejército yanqui durante la intervención en Veracruz, recordado como Muelas de Coyote, por su habilidad para esquivar los compromisos y zafarse de sus amigos.

Adolfo López Mateos fue conocido como López Paseos. Y Humberto Romero Pérez rebautizó a Gustavo Díaz Ordaz como El Tribilín, lo que le valió doce años de ausencia de los cosos políticos.

La gente motejó a Luis Echeverría como El Loquito, y a su amigo José López Portillo, como El Perro.

Miguel de la Madrid fue conocido como El Hombre Gris, debido no precisamente a sus luces.‎

La Quina, Joaquín Hernández Galicia, el poderoso líder petrolero se ganó a pulso la defenestración y la cárcel, por haber bautizado a Carlos Salinas de Gortari como El Pitufo, aunque muchos también lo motejaban como La Hormiga Atómica, hasta que acabó siendo El Chupacabras y El Innombrable

Ernesto Zedillo Ponce de León también se ganó a pulso su anaquel en el repertorio de lo chusco, al ser apodado La Neta. Vicente Fox, el inconsciente, un chiquilicuatre militante, pasó a los anales como El Alto Vacío.

Felipe Calderón se ganó a tragos de licor el mote de El Beodo. En tanto Enrique Peña, todavía es llamado por Chumel Torres como Mi Lord Peña, pero la mayoría de los mexicanos aún antepone Pillo y Corrupto a su nombre.

AMLO es y siempre será El Cacas. A velocidad turbo fue en eso en lo que convirtió al país.

¿Y Claudia Sheinbaum?

Bueno, pues ella es La Luna. Por opaca. Sin brillo propio. Como el satélite del planeta que fulgura la luz del sol, ella sólo refleja y mantiene encendida la de su antecesor.

Las mal llamadas elecciones (sic) judiciales son prueba de ello.

*  *  *

El martes fue un día negro… ¡en Guerrero Negro!

Ahí en Baja California Sur se ubica una de las mayores salineras del mundo que es explotada por ESSA, empresa nacionalizada el sexenio pasado, y que ahora es pésimamente manejada por un corifeo de Marcelo Ebrard.

Hace dos días, en efecto, por falta de mantenimiento –lo que no es raro en la 4T– se cayó una pesada cargadora del mineral cuando se estaba almacenando en un barco que, de puritito milagro, no sufrió daños.

Esta descompostura tardará semanas, quizá meses en ser reparada, por lo que durante todo ese tiempo no se venderá el producto a cada vez menos clientes –la mayoría se los llevó consigo Mitsubishi–, lo que redundará en la economía de la empresa, de sus trabajadores y de la región, mientras el director de ESSA, Moisés Poblanno y allegados, seguirán disfrutando de la dolce vita en viajes en aviones privados a diferentes paraísos turísticos del mundo.

*  *  *

Tal vez todavía impactada por los sucesos de la semana pasada en la que perdieron la vida sus más cercanos colaboradores, Clara Brugada se mantiene ajena a las tribulaciones que afectan a habitantes y visitantes de CDMX. Desde hace 15 días la de suyo complicada circulación vehicular ha llegado a niveles máximos por los cierres de vías primarias a cargo de manifestantes de la CNTE.

Bien que se respete el derecho humano a manifestarse consagrado en la Carta Magna, pero hay protocolos de actuación que no ha seguido la Administración capitalina.

Fracasados, como hasta ahora, el diálogo y la negociación, lo mismo que la mediación con los liderazgos de la Coordinadora, el gobierno de CDMX no ha seguido los protocolos de actuación que para estos efectos firmó Claudia Sheinbaum cuando fue regenta de AMLO en la metrópolis.

Son varios los pasos que no ha seguido, por lo que la ciudadanía ya exige que se emita un comunicado oficial exigiendo el despeje, citando las leyes locales o razones de orden público.

Y si aún así no hay respuesta de los maestros disidentes, emitir órdenes de desalojo contempladas en la legislación local, usar megáfonos para anunciar claramente las consecuencias de no acatar la orden incluso con arrestos y, de ser necesario, el uso progresivo de la fuerza.

Pero ni Sheinbaum ni Brugada se atreven. Tienen miedo a perder a sus aliados de la CNTE.

@AndySKBrown1

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