miércoles, abril 24, 2024

La droga confiscada en Othón P. Blanco era del Cártel del Norte del Valle, para los Zetas Vieja Escuela

CIUDAD DE MÉXICO, 9 de octubre (AlmomentoMX).- La tonelada y cientos de kilos de cocaína, con valor de 270millones  pesos, aproximadamente. que fueron asegurados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en terrenos de la comunidad de Tomás Garrido, municipio de Othón P. Blanco, pertenecían al grupo criminal de los “Zetas Vieja Escuela”.

Fuentes cercanas a la investigación que lleva a cabo la Subprocuraduría Especial de Investigaciones en Delincuencia Organizada (SEIDO), de la Fiscalía General de la República (FGR), revelaron lo anterior a Grupo Sol y añadieron que el cargamento provenía de Colombia, del supuestamente extinguido Cártel del Norte del Valle, liderado en la actualidad por los hermanos Luis Enrique y Javier Antonio Calle Serna, mejor conocidos como “Los Comba”.

Tras las primeras indagatorias, luego que el cargamento de droga fuera puesto a su disposición por miembros de Inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional, y conforme a los informes de la Sedena, en cuanto a que una llamada anónima fue la que llevó a los militares al descubrimiento del estupefaciente, la SEIDO no descarta que el aviso haya provenido de la organización más fuerte que le disputa el control de la zona: El Cártel Jalisco Nueva Generación.

Como se recordará, las fuerzas castrenses hallaron en la maleza de dicha comunidad un total de 48 costales que tenían en su interior 20 paquetes, cada uno, con un peso de 960 kilogramos de polvo blanco, con las características de la cocaína. También fueron asegurado dos vehículos y tres armas largas, pero ningún detenido.

Lo anterior, luego de que la aeronave Gulfstream V Modelo GV, se desplomara al intentar descender en medio de un banco de niebla, lo que ocasionó que se estrellara.

 

ZETAS Y CJNG

 

Sol Quintana Roo, en entregas informativas anteriores informó que desde hace menos 15 años, en marzo del 2004, los Zetas llegaron a Cancún y se apoderaron de la plaza, liderados entonces por Heriberto Lazcano, “El Lazca” o “El Verdugo”.

A lo largo de ocho años se convirtieron lo amos y señores del trasiego de toneladas de droga, a través de la vía marítima, procedente de Centro y Sudamérica, pero en el 2012, luego de la muerte de Heriberto Lazcano, en octubre de ese mismo año, una mujer, ex agente de la desaparecida Policía Judicial Federal: Leticia Rodríguez Lara, “Doña Lety”, se convirtió en la jefa del narcotráfico en Quintana Roo.

Para ello conformó su organización criminal con desertores de otras organizaciones, incluso militares, narcomenudistas menores de la zona e integró lo que ella llamó El Cártel de Cancún y, bajo el mismo método de coptar a las autoridades y disputarles a Los Zetas a sangre y fuego el territorio… Éstos tuvieron que aliarse con otros grupos para tratar de abatir a “La 40”, otro de los motes de la mujer, pero no lo lograron y tuvieron que abandonar la plaza, por lo que desde ese entonces se creía extintos.

Fue hasta principios de agosto de 2017, cuando las autoridades antidrogas detuvieron a “Doña Lety” que Los Zetas resurgieron en Quintana Roo, principalmente en Cancún, pero con el nombre de “Zetas Vieja Escuela” volvieron a convertirse en dueños de la plaza desplazando a otros grupos criminales.

Ese dominio lo pudieron mantener hasta la llegada, a principios de enero de 2018, del Cártel Jalisco Nueva Generación que a través de ejecuciones y narco-mantas anunció su llegada y comenzó a disputarles el territorio.

Tras su arribo desplazaron a los grupos más débiles, pero el que se mantiene en el territorio y sostiene una feroz lucha a muerte por el control de las plazas de Benito Juárez (Cancún); Solidaridad, (Playa del Carmen); Othón P. Blanco, Cozumel y Felipe Carrillo, son los “Zetas de la Vieja Escuela”.

Esas disputas han ocasionado la detención de integrantes de uno y otro bando, así como el aseguramiento de cargamentos de droga, como los casi mil kilos de cocaína, confiscados en el poblado de Tomás Garrido Canabal, municipio Othón P. Blanco, el miércoles 2 del presente mes.

En opinión de las autoridades antidrogas, no solamente las organizaciones criminales resultan afectadas por su permanente lucha entre sí, sino son las causantes de la ola de violencia y criminalidad que convirtió el Estado en un infierno y mantiene a los quintanarroenses en un baño de sangre.

 

SURESTE: NARCOAERÓDROMO

 

De igual manera, Quintana Roo, concretamente la zona Sur del Estado está en manos del narcotráfico, donde los cárteles de la droga “mueven” al menos dos toneladas de cocaína a la semana provenientes de Colombia y otros países sudamericanos, que llegan a través de la frontera con Belice, lo que ha hecho de ese destino turístico un verdadero “narcoaeródromo”.

Reportes de Inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional, Marina Armada de México, Subprocuraduría Especial de Investigaciones en Delincuencia Organizada (SEIDO), y Fiscalía General de la República (FGR), señalan que los cárteles que predominan actualmente en la entidad y que están en permanente lucha a muerte por la supremacía del territorio son: El Cártel de los Beltrán Leyva, los Zetas y Jalisco Nueva Generación, considerado como el más poderoso y sanguinario, que tiene el 40 por ciento del control de la zona.

Según antecedentes, esa situación se vivió en el Estado desde hace 25 años, cuando el entonces gobernador Mario Ernesto Villanueva Madrid entregó la plaza al capo Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, líder del Cártel de Juárez, que manejó el trasiego de drogas a su antojo hasta fines de 1999 y los primeros meses de su sucesor, Joaquín Hendricks Díaz.

Esa ilícita actividad, señalan, volvió a renacer en 2007, bajo el mandato de Félix Arturo González Canto y se mantuvo bajo ese ritmo, pero a últimas fechas, desde finales de diciembre de 2018 se han incrementado las actividades de manera alarmante en la zona Sur del Estado.

Respecto a la manera cómo llega la droga a nuestro país, hay tarjetas informativas que comprueban que al menos una docena de aeronaves han descendido en el sur de Quintana Roo, en la frontera entre México y Belice, principalmente en la zona rural de Bacalar: cinco de ellas fueron quemadas de manera intencional, bien porque se descompusieron y ya no les eran útiles o porque fueron descubiertas y tuvieron que abandonarlas, no sin antes destruirlas.

Ese tráfico aéreo ilícito representa un trasiego semanal de más de dos toneladas de cocaína, procedentes de Colombia, toda vez que se ha vuelto común el cruce de avionetas en la frontera sur de México y la frontera norte de Belice, ya que dicha ruta es considerada por el crimen organizado como la más segura y rápida para transportar la droga por el centro del país hasta hacerla llegar a los Estados Unidos.

A mediados de marzo de este año, se reportó el hallazgo de una avioneta calcinada tipo Bimotor Cessna, blanca. La nave merodeaba por la zona ‪desde las 3 de la mañana y aterrizó en una pista recién habilitada, como a 15 kilómetros del municipio.

Pobladores de la comunidad El Ramonal, perteneciente al municipio de Othón P. Blanco, frontera con Belice, entre las localidades de El Palmar y Álvaro Obregón reportaron el hallazgo del aparato aéreo, totalmente calcinado, en los sembradíos de caña del poblado.

El dictamen de Aeronáutica Civil precisó que una de las propelas estaba severamente afectada, por lo que se presume que los tripulantes dejaron la nave con la intención de regresar, ya que en el lugar se encontraron recipientes vacíos con capacidad de 100 litros, con rastros de turbosina; sin embargo, como se trataba de una avería mayor, optaron por quemarla.

‪El día 10 de ese mismo mes, en las inmediaciones del poblado El Cedral, también del municipio de Othón P. Blanco, el Ejército con el apoyo de la Fuerza Aérea, aseguró una narcoavioneta tipo Hawker Siddeley, blanca, con mil 318 kilos de cocaína.

Los efectivos la descubrieron entre la maleza. A bordo estaba un hombre herido de gravedad, de nacionalidad mexicana, y otro individuo de origen colombiano, muerto, presumiblemente el piloto. También se encontraron un millón 332 mil pesos colombianos.

La droga, según informes de Sedena, venía en 48 bultos, cada uno con 25 paquetes de un kilo, lo que dio un total de mil 199 envoltorios confeccionados con cinta, transparente, plástico y recubiertos con cinta canela.

‪El 30 de julio, la Sedena confirmó el aseguramiento de 250 kilos de cocaína, encontrados en la avioneta tipo Cessna, marca King Air 300, con matrícula N-256NM y sin registro en la Dirección de Aeronáutica Civil.

La nave aterrizó en una pista clandestina de un kilómetro de ‪largo por 12 metros de ancho, en la parte trasera de un rancho, en las inmediaciones de Miguel Alemán y Río Verde. En Bacalar.

 

LOS HERMANOS LARREA, IGUAL EN LA ZONA

 

De igual forma, hay que dejar en claro que también los hermanos Larrea Cruz han estado involucrados en el trasiego en la zona, y que Sol Quintana Roo dio cuenta que los mil 347 kilos de cocaína, asegurados el 10 de septiembre de 2018, pertenecían a Juan Pablo Larrea Cruz, hermano de Eduardo Xavier, ex titular de la Dirección de Aviación Civil de Ecuador y estaban destinados para el Cártel de Sinaloa que encabeza el mítico capo mexicano, Ismael “El Mayo” Zambada García.

Como se recordará, la noche del 10 y la madrugada del 11 de septiembre de 2018, se registró una balacera en una pista clandestina de aterrizaje en Coastal Road (camino costero), en Belice, al descubrir las autoridades una avioneta King Air Aircraft 200, que transportaba mil 347 kilos de cocaína.

En la refriega, fueron detenidos Juan Pablo Larrea Cruz, ecuatoriano, quien piloteaba la nave; El mexicano Miguel Cruz Mesguer, también piloto y los hondureños Allan Yovani Mejía Chirinos, Varlis Enrique Gómez, David Noé Orellano Discua y José Carrasco López, respectivamente.

Las primeras investigaciones revelan que la nave partió de Venezuela con rumbo a Honduras, con la casi tonelada y media de droga, pero fueron alertados que en dicha país ya los esperaban, (los militares) por lo que tuvieron que desviar su ruta y enfilaron hacia Belice, donde se vieron obligados a aterrizar de emergencia y fue cuando fueron detenidos por las autoridades beliceñas gracias a una alerta de militares hondureños.

Se produjo la balacera, en la que resultó herido el mexicano Miguel Cruz, y el operativo culminó con la captura del piloto ecuatoriano y los cuatro hondureños, así como con el decomiso de la droga.

Debe destacarse que un mes antes, Juan Pablo Larrea Cruz fue interceptado y detenido en México. Piloteaba la misma avioneta, pero como solamente llevaba sustancias en bidones, que las autoridades “no supieron para que los utilizaría”, lo dejaron en libertad.

Al tratar de confirmar o desmentir la especie con las autoridades correspondientes, éstas señalaron que “no tenían reporte alguno al respecto, pero que investigarían”.

 

RED DEL NARCOTRÁFICO

 

Sin embargo, el nombre de los hermanos Eduardo Xavier y Juan Pablo Larrea Cruz, no son nuevos ni en el Ecuador ni en México, son conocidos desde hace varios años, lo mismo como empresarios en aeronáutica que como personajes ligados al narcotráfico mexicano, específicamente al Cártel de Sinaloa, liderado por Ismael “El Mayo” Zambada García.

Según indagatorias, entre 2007 y 2009, Eduardo Xavier Larrea Cruz asumió el cargo de director general de Aviación Civil de la República de Ecuador, puesto que desde ese momento utilizó para tejer relaciones con diversos narcotraficantes mexicanos, de manera especial con “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, al que mensualmente le hacía llegar no menos de una tonelada de droga.

Junto con su hermano, fundaron la empresa Sky Ecuador Líneas Aéreas S.A. e incluso crearon una escuela para pilotos en Santo Domingo de los Colorados, durante el mandato del presidente Rafael Correa Delgado.

Para poder operar libremente, las naves comenzaron a prestar servicios, de manera secreta, a altos funcionarios del gobierno del mandatario Correa. No había registros, bitácora de vuelos ni dato alguno que pudiera precisar los vuelos que efectuaban.

Las acciones de la flotilla de los hermanos Larrea llegaron a ser conocidas como “Los Aviones Fantasma de la Dictadura”.

De esa manera podían operar libremente el trasiego de droga, desde Ecuador, Honduras, Guatemala y Belice, vía aérea, hasta llegar a México, donde los cargamentos de droga los hacían llegar vía terrestre hasta el referido Cártel.

AM.MX/fm

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