*Olvida Andrés Manuel una regla del juego. A lo que ocurre en el escenario la respuesta puede ser el silencio, o la actitud irreverente, taimada, burlona. A los compromisos que él violenta, la galería puede responder con el engaño de la impostura, ofrecer, dar cifras, a sabiendas de que sólo se expresan de dientes para afuera. Vivimos en la simulación nacional
*Ahora resulta que matan periodistas para agredir a Andrés Manuel y ponerlo de mal humor
Gregorio Ortega Molina
¿Qué tan consciente estuvo “Palillo” de que el gran riesgo del sketch político es el ridículo, el fracaso, el silbido, el rechazo de la galería? Supo, de inmediato, que lo importante es que la respuesta sea una carcajada instantánea, no una media sonrisa, sino una sonora carcajada.
Así comprendemos que la comicidad es inherente a la condición humana. Todos gozamos de un gracejo, de la ironía fina, incluso de esa farsa agresiva que, como final, despierta conmiseración. Todos gustamos reír de los demás, muy pocos toleran la risa de su propia persona. Carlos M. Urzúa lo supo pronto, y por ello hizo mutis en cuanto comprendió que estuvo a un tris de convertirse en el bufón de la historia económica del gobierno de la 4T.
¿Cuánto tiempo resiste el gracejo, la burla, el escarnio, el descrédito diario y cantado en la escala musical del flautista de Hamelin desde la más alta tribuna del poder? Imposible saberlo, aunque el estribillo rescatado para nosotros por Carlos Tello Díaz nos permite un atisbo al futuro inmediato, que es fiscal:
¿Por qué si acaso fuiste tan patriota
Estás comprando votos de a peseta?
¿Para qué admites esa inmunda treta
De dar dinero al que en tu nombre vota?
De seguro “Palillo” no lo conoció, de haberlo sabido lo hubiera puesto en su repertorio para escarnecer al PRI y su compra de votos, lo que hoy se hace a través de las tarjetas de bienestar. El proyecto es el mismo, el método distinto.
Imposible dar esquinazo a la evocación de Olga Sánchez Cordero, quien aceptó el desafío en un intercambio de favores con su patrocinador. Llamó la atención que fuese la primera mujer en el cargo, pero su santo patrono supo lo que sucedería y permitió que ella lo aprendiera en las reuniones de gabinete y durante las mañaneras. Existen filtraciones, confidencias, deslenguamientos intencionales: le manoteó la mesa de trabajo, la calló, enardeció el machismo de sus colaboradores en contra de la remilgada, pero interesada, secretaria de Gobernación. Fue una pieza de decoración de la demagogia presidencial durante su permanencia en Bucareli.
Es en este ámbito que el presidente de México supera al rey de la carpa, al cómico del Tívoli: sin meditar en las consecuencias, o quizá conociendo lo que sucederá, rompe las reglas del juego. “Palillo” siempre supo lo que sucedería de salir del cauce permitido, de sobrepasar los límites del decoro establecidos por la autoridad. La multa, sí, también el susto, la presencia policial, el agravio mientras actuaba en teatro lleno. El poder en su esplendor.
Olvida Andrés Manuel una regla del juego. A lo que ocurre en el escenario la respuesta puede ser el silencio, o la actitud irreverente, taimada, burlona. A los compromisos que él violenta, la galería puede responder con el engaño de la impostura, ofrecer, dar cifras, a sabiendas de que sólo se expresan de dientes para afuera. Vivimos en la simulación nacional.
Para eso nos preparan esa sanción del ultraje a la autoridad, el presidente de los mexicanos puede burlarse de sus gobernados, pero ellos no pueden responderle con la misma moneda.
===000===
La intolerancia presidencial se hace manifiesta. Molesto ya porque Lorenzo Córdova acudió con los integrantes de Acción Nacional. Toda disonancia con lo que él cree es o debe ser, es considerada, ya, un agravio. Y nos faltan tres años.
No es el único resbalón, ahí están los nombramientos de los distinguidos diplomáticos de nuevo cuño: Quirino Ordaz recibió el plácet del gobierno español. Moría por acudir a ese lugar, para seguir los pasos de su tío Gustavo y constatar cómo vivió él su encargo.
El culmen es que considera politiquería, para agraviarlo, las ejecuciones de periodistas y activistas de derechos humanos y medio ambiente. Ahora resulta que los asesinos matan para poner de mal humor a Andrés Manuel.
www.gregorioortega.blog @OrtegaGregorio