*Conque, senadores, grupos de oposición, cárguense las pilas y refuercen la conciencia del necesario patriotismo y las exigencias históricas porque estos operadores políticos de la 4T nos salieron más cabrones que bonitos, y quieren vernos la cara
Gregorio Ortega Molina
Los mexicanos deseosos de sostener la identidad nacional y el sentido de pertenencia a la patria, hemos de congratularnos. El caudillo de la 4T cumple a cabalidad su promesa, su absoluto respeto a la no reelección, firmado y avalado ante notario y mostrado a la sociedad desde la zarza ardiente de las mañaneras.
De igual manera no impugnará la Ley Bonilla, porque ¿cómo entrometerse en asuntos de política interna estatal?, el santo federalismo no lo permita; ahora que inmiscuirse con el Poder Judicial de la Federación es otro asunto, promesa de campaña abatir la corrupción, y si Eduardo Medina Mora debió ser presionado para renunciar, sin que hasta el momento se hayan presentado pruebas de su culpabilidad, ya es responsabilidad de Santiago Nieto.
El líder no se reelige y no abusa del poder, de allí que merezca, por todas las de la ley, hacer una consulta, un plebiscito, para compulsar el estado de ánimo del pueblo bueno y sabio bis a bis de su patriarca, a efecto de renovar su confianza y, como en Baja California, en un descuido de la voluntad popular, le prolonguen su mandato de seis a 10, y si muchos lo exigen, de una vez 12.
Pues ¿qué tanto es tantito? La 4T es un cambio de régimen, y es para el bien de nuestras almas, porque a los monederos de las amas de casa de nada ha servido, como tampoco para la educación, el desempleo, la inseguridad y la salud, por eso necesita tiempo, y si no se lo dan se lo toma, ¡nomás faltaba!
Siempre hay débiles que se doblegan a la voluntad del poder. Vale la pena rescatar Caudillos culturales en la Revolución Mexicana, donde Enrique Krauze nos obsequia con una aleccionadora anécdota, cuya transcripción vale la pena, para que meditemos en la posibilidad de que nos estén viendo la cara…
“Manuel Gómez Morín relataba en 1971 una anécdota significativa en relación con las actividades de Lombardo por esos días (la reelección de Obregón). La escena habría ocurrido hacia fines de 1927, fuera del edificio del Banco de Londres y México. Gómez Morín y Vásquez del Mercado encontraron a su antiguo compañero, Lombardo, acercándose con la cabeza gacha, arrastrando los pies y con lágrimas. Había defendido en la Cámara la reelección de Obregón y sin esperar preguntas de sus compañeros les habría dicho: Me han forzado, a mí me utilizan. La más primitiva malicia aconsejaría dudar de la anécdota de Gómez Morín si no hubiese sido confirmada por Alberto Vásquez del Mercado en 1971, y mediando el hecho definitivo de la casi total falta de comunicación entre Vásquez y Gómez a partir de 1931”.
Conque, senadores, grupos de oposición, cárguense las pilas y refuercen la conciencia del necesario patriotismo y las exigencias históricas porque, como decíamos en nuestras mocedades, estos operadores políticos de la 4T nos salieron más cabrones que bonitos, y quieren vernos la cara.
www.gregorioortega.blog @OrtegaGregorio