jueves, marzo 28, 2024

LA COSTUMBRE DEL PODER: ¿Qué hicimos con México?

Gregorio Ortega Molina

*Esta es la consecuencia más sucia de la corrupción, porque la impunidad cubre a todos, lo mismo a los que se llevan la lana que a los que ponen a los muertos, y Luis María Aguilar dice que se ganan el salario con mucho esfuerzo… del cicirisco que se les frunce

Imposible todavía medir en toda su amplitud y profundidad las consecuencias de la descomposición social que se padece en México. Hay una mezcla de anomia y reacción pasiva, pero violenta, como lo muestran los resultados electorales del 1° de julio. El tamaño del rechazo exige castigo: cárcel y devolución de bienes, pero nada sucederá.

     La dimensión y análisis del daño es personal, casi diría íntima. ¿Cómo percibir los sentimientos de la hija o nuera de Juan Carlos García, de 48 años de edad, asesinado junto con su nieta de 3 años, cuando circulaban en un auto en la esquina de Pilares y Sánchez Azcona, colonia Del Valle?

     Alejandro Martí hizo públicas sus actitudes y reclamos cuando el secuestro y muerte de su hijo Fernando. Todavía en esa ocasión la sociedad se sumó, hubo una marcha, planteamientos; luego Javier Sicilia perdió a su hijo, el Castillo de Chapultepec se vistió de luto, Felipe Calderón dejó que lo recriminaran y lo besaran. Desde entonces todo va para peor.

     El fenómeno es nacional. Leamos la nota informativa: “A dos días de su desaparición, fue localizada muerta en un terreno baldío la menor que había sido reportada como raptada en el municipio de Juárez, Nuevo León.

     “El lunes, las autoridades estatales emitieron la alerta Amber para pedir la colaboración de la ciudadanía para localizar a Ana Polina Ramírez; la última ocasión que fue vista ocurrió en la colonia Vista del Río del referido ayuntamiento, el pasado domingo. La cámara de vigilancia de la ruta 572 captó la imagen del hombre que presuntamente se la llevó. El cuerpo de la víctima fue encontrado cubierto por una cobija”.

     La cuenta es larga. Leer las secciones de seguridad y justicia en los diarios, o escuchar lo que sobre el tema se dice en noticiarios de radio y televisión, produce horror e insomnio y, además, resulta inexplicable que la sociedad permanezca como agazapada, a la espera de algo mayor o de la señal de salida para salir a manifestar su descontento, si considera que la llamada de atención enviada el 1° de julio por escrito en las boletas electorales no fue captada -con suficiente claridad- por el nuevo gobierno que pronto entrará en funciones.

     Imposible cerrar los ojos a lo que ocurre y al claro origen del daño. La corrupción es inocultable, se manifiesta en la impunidad lograda por la delincuencia organizada, por los barones de la droga, por los brazos armados, que lo mismo matan en transporte público que en hogares, cafeterías, taquerías, en plena calle, porque aquí manda la ley de la selva.

     Esta es la consecuencia más sucia de la corrupción, porque la impunidad cubre a todos, lo mismo a los que se llevan la lana que a los que ponen a los muertos, y Luis María Aguilar dice que se ganan el salario con mucho esfuerzo… del cicirisco que se les frunce.

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