*El PRI creó e impulsó, sí, una dictadura perfecta que en 70 años en el poder tuvo menos desaparecidos, menos muertes violentas y menos complicidades con el narcotráfico. En cambio, la 4T cobijó a Manuel Bartlett Díaz, señalado como cómplice político de ese poder oscuro y de la muerte de Manuel Buendía. Ya sabemos la ruta elegida por el segundo piso
Gregorio Ortega Molina
La impostura del gobierno del segundo piso muestra fisuras. Nos señalaron, hasta el cansancio, que el pueblo exigió, con su voto, la reforma total, absoluta y constitucional del Poder Judicial de la Federación, y ahora se aclara que nos engañaron hasta convertir en una verdad la mentira que ahora se les revierte.
Leo, el domingo 30 de marzo último, en el texto de Ciro Gómez Leyva: de un padrón electoral de más de 80 millones de mexicanos interesados en la administración de justicia, sólo acudirá a las urnas un doce por ciento este próximo primero de junio.
Para el 31 de marzo pasado y como respuesta adelantada a lo que significa el número de votantes para la elección judicial, la casa Enkoll, en encuesta realizada para El País y para W radio, se indica que la presidenta de la República tiene un 82 por ciento de aprobación, y sólo ese dato pesa más que todo el padrón electoral. Al menos así deben considerarlo los estrategas de la imagen y de la gobernabilidad para asentar los cimientos de un segundo piso ajeno a la idea de futuro que tenemos los mexicanos.
Todavía en la evaluación literaria de El Consejo de Egipto y su cercanía con nuestra realidad política y social, nos confrontan con las cifras de impacto que se contraponen. 82 por ciento de aprobación, y sólo 18 por ciento del padrón electoral acudirá a las urnas, para apoyar un proyecto de transformación radical en la administración de justicia, en el que la doctora Sheinbaum Pardo vuelca su prestigio y compromete el futuro de su gobierno y modifica la propuesta de los tres poderes constitucionales.
Es una apuesta ideológica irracional, encimada en la trama de lo que ha sido el México posrevolucionario. Nos lleva más allá de la idea literaria de una impostura, para confrontarnos con la certeza de que muy pronto hemos de acostumbrarnos a una autocracia en la que no se admitirá disenso.
El PRI creó e impulsó, sí, una dictadura perfecta que en 70 años en el poder tuvo menos desaparecidos, menos muertes violentas y menos complicidades con el narcotráfico. En cambio, la 4T cobijó a Manuel Bartlett Díaz, señalado como cómplice político de ese poder oscuro y de la muerte de Manuel Buendía. Ya sabemos la ruta elegida por el segundo piso.
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