martes, julio 1, 2025

La Costumbre del Poder: Los militares al poder

*Sí, debemos aplaudir que hayan decidido que nuestra seguridad marche a ritmo militar y raye el pavimento con las botas de los soldados, es como un Plan DN-III a lo bestia. Y si no están contentos, siempre pueden refugiarse en las cartillas de racionamiento cubanas y venezolanas, o en las redadas del sueño americano, porque los que tienen liquidez siempre pueden hacer como que nada sucede

Gregorio Ortega Molina

A muchos les entra la temblorina por la militarización de los sistemas de seguridad, la ley de control sobre las telecomunicaciones y la puerta abierta en los escaños y curules, cuando en realidad todos, sí, todos los mexicanos debemos estar agradecidospues los milites, de coronel y hasta la más alta graduación, tienen por costumbre zanjar los problemas nacionales en una unificación de criterios, definitiva y definitoria.

     Con los uniformados no hay de dos sopas. Tenemos los nombres de quienes lo aprendieron por las buenas: Francisco I. Madero, José María Pino Suárez, Venustiano Carranza, Felipe Ángeles, Francisco Villa, Francisco Serrano y hermanos de Huitzilac, Francisco Field Jurado, Belisario Domínguez, y con toda certeza hay muchos anónimos, como los que consagra en Los recuerdos del porvenir Elena Garro, o en Maten al León Jorge Ibargüengoitia. El general Francisco Rosas es memoria viviente de cómo arreglan sus diferencias los del uniforme y los borceguís, porque dejaron atrás las botas para merecer honores.

     Los mexicanos solemos vencernos ante el azoro por el comportamiento de Onganía, Videla, Pinochet, Chávez, Somoza, Ortega, Castro… y demás estrellas del firmamento castrense de América Latina, y lo hacemos así puesto que preferimos olvidar que aquí la sangre ha corrido a raudales, y ni así lograron que se respetara la norma constitucional, la seguridad pública.

     Álvaro Obregón lo entendió tarde, hasta que sintió la bala de León Toral alojarse en su cuerpo, y así tampoco aprenden los civiles que ahora deciden regresar a los uniformados a las puertas del Ejecutivo, porque se empieza en el Congreso, ahora que ya están de plácemes en el ámbito económico.

     Considero que los mexicanos debemos prestar atención a los empeños de la doctora Sheinbaum Pardo y del Congreso, porque se trata de descargar de los hombros de los civiles ese enorme peso que consiste en poner orden, en garantizar seguridad física y jurídica, en asegurar el suministro de medicamentos, puesto que sin salud el orden constitucional de nada sirve. Sí, debemos aplaudir que hayan decidido que nuestra seguridad marche a ritmo militar y raye el pavimento con las botas de los soldados, es como un Plan DN-III a lo bestia.

     Y si no están contentos, siempre pueden refugiarse en las cartillas de racionamiento cubanas y venezolanas, o en las redadas del sueño americano, porque los que tienen liquidez siempre pueden hacer como que nada sucede.

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Las lectoras tienen su opinión, les comparto una:

Fue una estupidez de Sheinbaum haber intentado defender a esas entidades financieras pues la convierte en cómplice.

     Ella no sabe que las medidas que tomó Estados Unidos son unilaterales y conforme a su legislación de antilavado, antiterrorismo y antidrogas.

     A quién se le ocurre pedir pruebas cuando no se está tratando de un juicio sino de una sanción que puede ser implementada contando solamente con la mínima sospecha de un movimiento financiero ilícito.

     Sheinbaum debió haber respondido que se tomarían cartas en el asunto para evitar el mal uso de las instituciones financieras. Nadie la está asesorando sobre la legislación estadounidense.

     El Tesoro actuó como actúa la UIF ante una sospecha: congela cuentas y después se averigua.

     Sheinbaum quedó exhibida en su ignorancia y en su estupidez.

     El Secretario de Hacienda actual trabajó en Vector y fue el actual esposo de Sheinbaum quien lo introdujo ahí. Además de que Romo y Amlo eran o son hipercuates.

     Los lavadores de dinero de García Luna, los Weinberg, también son cuates de Bartlett y de su “novia/esposa”.

www.gregorioortega.blog                                           @OrtegaGregorio


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