*Nuestro silencio es cómplice del engaño que compramos y al cual nos acomodamos. Debemos poner un hasta aquí, reclamar la verdadera transición y exigir la reforma del Estado, porque México no puede seguir siendo el país de un solo hombre, que sale a reclamar el expolio de la Conquista y la Nueva España, pero carece de la humildad suficiente para hacer el recuento de los beneficios
Gregorio Ortega Molina
Algo más de 120 millones de mexicanos, y ni una o uno que asome la cabeza para ser líder y conceptuar e iniciar la limpieza del tiradero político que dejan -peor que el anterior-, poner orden y comenzar, ahora sí, la transición pospuesta por el miedo de Vicente Fox a hacerla, o por pura ignorancia, o quizá negra complicidad. Quien está enterada de lo que ocurrió es Marta, Martita.
Este presidente de la República que ahora padecemos los mexicanos, confundió la transición con la evangelización, sustituyó la tribuna por el púlpito, la ideología por la versión evangélica del mensaje divino, y la soberanía con el compromiso de purificar a México antes de envolverlo para regalo y entregarlo a las necesidades económicas de los prebostes de Black Rock.
Lo descrito en el párrafo anterior ha podido iniciarse y seguir ocurriendo, gracias a la pudrición de los partidos políticos, que se transformaron, todos, en patentes de corso para los más señalados de sus integrantes, así como para sus padrinos insertados en la administración pública y el ámbito empresarial.
Recuperar el sentido de la historia para reconstruir el original proyecto de nación plasmado en la Constitución de 1917 -traicionado primero por Obregón y luego por sus sucesores, con cada reforma y todo incumplimiento del mandato constitucional-, y ofrecernos, a todos, una oportunidad de construir una patria que nos ratifique el sentido de pertenencia extraviado en las universidades de Estados Unidos y en las prédicas de los pastores del Instituto Lingüístico de Verano -que resultaron triunfadores por sobre la élite intelectual-, requiere, exige que nos neguemos a ver hacia los partidos, y confiemos que de entre los gobernadores, los líderes sociales, los auténticos intelectuales (ajenos a los orgánicos de antaño y los de hoy), algún empresario sin dobleces y con suficiente templanza, pueda surgir ese liderazgo que se necesita como el agua.
Repito, necesitamos un líder, no un impostor que trueque Los Pinos por Palacio Nacional y la honradez por la simulación del combate a los corruptos y abusadores.
Caro estamos pagando los mexicanos el habernos apoltronado en una comodidad ficticia, en una seguridad pública simulada, en una dictadura perfecta, porque lo que se avecina para los próximos 4 años es el deterioro total de las instituciones, la desestructuración de lo que fue un proyecto de nación modélico envidiable y admirado, cuando efectivamente este país fue ejemplo, y no ahora que en las decisiones fundamentales todavía no aprenden a atar, y tampoco a desatar.
Nuestro silencio es cómplice del engaño que compramos y al cual nos acomodamos. Debemos poner un hasta aquí, reclamar la verdadera transición y exigir la reforma del Estado, porque México no puede seguir siendo el país de un solo hombre, que sale a reclamar el expolio de la Conquista y la Nueva España, pero carece de la humildad suficiente para hacer el recuento de los beneficios. En el trueque de toma y daca, ¿quién puede establecer cómo nos fue?
Esto no puede continuar así, destruimos más que construimos.
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Como para darnos un aliento de esperanza, “el NEGI reveló en cifras preliminares que en el tercer trimestre de 2020 el Producto Interno Bruto (PIB) de México aumentó 12 por ciento frente al trimestre previo.
“El PIB de las Actividades Secundarias creció 22 por ciento, el de las Terciarias 8.6 por ciento y el de las Actividades Primarias 7.4 por ciento en el tercer trimestre de este año con relación al trimestre que le precede.
“No obstante, en la comparación interanual, el PIB cayó un 8.6 por ciento respecto al tercer trimestre de 2019.
“La crisis del coronavirus, que se empezó a sentir con fuerza en marzo en México, llevó a una caída histórica del PIB en el segundo trimestre del 18.7 por ciento.
““Con la contracción anual estimada para 2020-T3 (-8,6 por ciento, año contra año), el PIB de México hilvanó seis trimestres consecutivos con variaciones anuales negativas, indicó en Twitter el presidente del INEGI, Julio A. Santaella.
“De esta manera, en los primeros nueve meses del año, el PIB de México acumula una caída del 9.6 por ciento, en cifras originales.
“El Fondo Monetario Internacional (FMI) calculó en un primer momento que la economía mexicana caería un 10.5 por ciento, pero recientemente ajustó al 9 por ciento el desplome del PIB.
“Expertos del sector privado situaron en el 9.82 por ciento el pronóstico de contracción del PIB mexicano para este 2020 ante la crisis del COVID-19, según la Encuesta mensual sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado del Banco de México (Banxico) de octubre, en el que participaron 37 grupos de análisis y consultores.
“La caída estimada es ligeramente inferior a la prevista en agosto, cuando los especialistas calculaban una caída del 9.97 por ciento de la economía para este año, mientras en julio las expectativas eran de un decrecimiento del 10.02 por ciento”.
Los datos reales no necesitan comentario.
www.gregorioortega.blog @OrtegaGregorio